«El proyecto Calibro 35 está desarrollado por un grupo de buenos músicos italianos que han encontrado su particular piedra filosofal grabando temas clásicos y oscuros de bandas sonoras de filmes, mayormente de serie B, de los años 60 y de los 70»
Calibro 35
«Ritornano quelli di… Calibro 35»
GHOST RECORDS / GREEN UFOS
Texto: JAVIER DE CASTRO.
De vez en cuando le llegan a uno productos difícilmente clasificables porque a su valor musical intrínseco –o no– a veces debe añadírsele otra clase de calidades que pueden ayudar a aumentar su cotización artística. Este es el caso del proyecto Calibro 35 desarrollado por un grupo de buenos músicos italianos que han encontrado su particular piedra filosofal grabando temas clásicos y oscuros de bandas sonoras de filmes, mayormente de serie B, de los años 60 y de los 70, sobre todo, debidas a brillantes compositores –algunos míticos– como Ennio Morricone, Riz Ortolani, Nino Rota o Piero Umiliani, entre otros.
En este caso hablamos de cortes musicales incluidos en cintas de bajo presupuesto y que en algunos casos lograron llegar hasta nosotros para conformar alguna de aquellas inolvidables sesiones de sábado de programa doble a base espagueti westerns trepidantes, películas de humor y sexo soft o, lo que aquí nos ocupa, negrísimos thrillers policíacos con agentes incorruptiblemente buenos y mafiosos camorristas de traje de mil rayas y disparo fácil protagonizando guerras sin cuartel: «Cinque bambole per la Luna di agosto», «La morte acarezza a messanotte», «Il consigliori», «Milano odia: La Policía non puè sparare»…
Aunque este «Ritornano quelli di… Calibro 35» no únicamente contiene afortunadísimas recreaciones de temas ajenos sino, también, algunas composiciones propias igualmente fantásticas (‘L’esecutore’, ‘Il ritorno della banda’, ‘Sospesi nell traffico’…) que encajan perfectamente con estos clásicos de películas setenteras además de demostrar con qué facilidad Enrico Gabrielli, Máximo Marbellota, Fabio Rondanini y Luca Nano Cavina, los Calibro 35, se saben mover por el funk, el jazz rock o el pop más groove, a partir de una capacidad de improvisación desaforada.
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