«Situados entre el beat, el r&b más británico y unas gotas de aroma ye-yé solo van a interesar a los adoradores de estos sonidos. Y es una verdadera lástima, porque aunque ellos hagan profesión de fe por esta época son una conjunción perfecta de intensidad, contundencia y melodía»
Brand New Sinclairs
«Healing souls»
FLOR Y NATA
Texto: CÉSAR PRIETO.
Brand New Sinclairs es un grupo de Barakaldo que no inventa nada, no destila una personalidad insólita, no se acompaña de arreglos inusitados; y sin embargo resultan extremadamente magnéticos. Esta paradoja se explica si consideramos que su devoción y su sonido beben de fuentes que pertenecen estricta y duramente a los años sesenta digamos que menos masivos. Situados entre el beat, el r&b más británico y unas gotas de aroma ye-yé solo van a interesar a los adoradores de estos sonidos. Y es una verdadera lástima, porque aunque ellos hagan profesión de fe por esta época son una conjunción perfecta de intensidad, contundencia y melodía. ‘A way of life’ lo presenta bien a las claras.
Su segundo disco, editado a la sazón por Flor y Nata, muestra ya el tono en el instrumental que lo abre y que lo cierra: consistencia instrumental, solos afilados y en las posteriores una voz que sale de un pozo de chillidos y se ajusta como un clavo a la solidez rítmica. El magnetismo que antes he reseñado deriva de esta riqueza artesanal, de esas guitarras que en ‘Last but me’, por ejemplo, básica y densa, no desaparecen de tu cabeza hasta horas después. Pulcras también, como pulcra es su presencia en escena si atienden a la foto de la portada.
Quizás ‘Were you rent’, mucho más pop, pudiera ser afín a un público fuera de sus degustadores, quizás ‘Ready to love’ –que comienza con los acordes del ‘Twist and shout’ y acaba con los gritos del ‘Somebody to love’– sea vital y enérgica como no lo va a ser otra canción de este 2011. Y tan vital, puesto que todo está grabado sin florituras y casi en directo en el estudio. Pero de esto pocos se van a enterar. Así que hagan el esfuerzo y a la que puedan escuchen un par o tres de canciones. La poquita prestancia pedagógica que un crítico puede tener triunfa si el lector atiende dos minutos a sonidos ajenos a los suyos.
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