«Sigue situando su carrera como peligrosa amenaza a la de su banda matriz demostrando que si su proyecto en solitario no es ya más interesante que el grupal poco le falta»
Bill Janovitz
«Walt Whitman mall»
Janoclair
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Dice el líder de Buffalo Tom que cuando decidió dedicarse plenamente a la realización de las canciones que iban a dar forma a su quinto disco en solitario, primero en los últimos seis años, no se planteó, en absoluto la realización de un álbum conceptual. Fue casualidad que al final se encontrara con trece canciones que giraban alrededor de su ciudad natal, Huntington, situada en Long Island. Intenciones previas aparte,Janovitz ha vuelto a conseguir un disco redondo, que sigue situando su carrera como peligrosa amenaza a la de su banda matriz demostrando que si su proyecto en solitario no es ya más interesante que el grupal poco le falta.
Aquí hay poco de las guitarras eléctricas que marcaba las canciones de Buffalo Tom, pero es menos sutil, menos acústico, que trabajos anteriores como el ya lejano «Up here» (2001), por ejemplo. De hecho no hay más que ver lo que sucede con la inicial ‘Long Island’, tema retomado de aquel trabajo y que gana en contundencia con una nueva versión adictiva y rítmica que lo convierte en un hit inmediato. A partir de ahí, Janovitz es capaz de jugar con maestría con la melancolía y la diversión o el optimismo, si se prefiere, para ir dando forma a un álbum rico en detalles.
Un disco que ahora ve la luz, como tantos otros, gracias al crowdfunding realizado a través de Pledgemusic, y que lleva a otra reflexión: ¿realmente es tan inmoral este método como algunos defienden? Yo sigo sin tener la respuesta clara pero, desde luego, que gracias a él me lleguen discos como este ayuda a definir mi opinión.
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