El disco del día: Bernardo Bonezzi

Autor:

«No hay una sola canción que se parezca a otra, lo que permite valorar la importancia que para el músico tiene lo de aprovechar la gran energía que dan los contrastes»

Bernardo Bonezzi
«La esencia de la ciencia»
«Esencias»
IKIRU MUSIC

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 
Una de las cosas que más admirable hacen a ese corredor de fondo que es Bernardo Bonezzi es su capacidad de reinvención en aquellos momentos en que sabe que tiene que cambiar de “spin” para no entrar en una vía estéril, o por lo menos que no le aburra a él. Lo hizo cuando pasó del pop a la música de cine, de ésta a la música instrumental más sofisticada y ahora de ésta nuevamente al pop.

¿Quiere esto decir que ha cerrado el círculo? Sí y no. Es la primera vez desde enero de 1982 que decide llevar un proyecto al directo, eso es cierto. Pero también que la tecnología ha evolucionado a niveles difíciles de abarcar y justo por eso ha podido encontrar alicientes que no tuvo entonces. Por eso “La esencia de la ciencia” es un disco de pop (cierto), cantado (cierto), con canciones divididas en duraciones y estructuras formales (cierto), pero sin ningún tipo de complacencia ni indolencia acerca del sonido, que es cualquier cosa menos una producción convencional (más cierto que todo lo anterior).

Jugando con las programaciones y la superposición de capas y texturas, Bonezzi entra en esa categoría de notables que manejan electrónica con guitarras eléctricas, de la que forma (o formó) parte gente como Brian Eno, David Bowie o Phil Manzanera. Precisamente uno de los grandes hallazgos del disco ha sido el descubrimiento de su guitarrista, Klaus Mechanik, su Robert Fripp particular, al que concede espacio propio en ‘Después del colapso’, el “frippertrónico” instrumental con que se cierra el disco.

En “La esencia de la ciencia” no hay una sola canción que se parezca a otra, lo que permite valorar la importancia que para el músico tiene lo de aprovechar la gran energía que dan los contrastes. También en las letras, que pueden oscilar entre asuntos traumáticos y amargos (‘Como en un espejo’, ‘La resiliencia’) y el humor y la ironía (‘Terapia ocupacional’, ‘Feliz pareja’, ‘Mónica suspira’). Sin olvidar cierto dadaísmo o cómo hacer una letra a base de recortar palabras de un periódico y juntarlas sin una idea semántica preconcebida (‘Antes del colapso’). A Bonezzi le hizo gracia el castellano macarrónico de Robert Wyatt en ‘Frontera’ y le ha inspirado también una canción tan soleada como ‘Otro día de lluvia’, de las mejores del disco. Vocalmente es un no-cantante, como lo podía ser Eno, pero esto no es sino garantía de personalidad, y sobre todo sella esa marca de urgencia que llevan las canciones. Un disco que sin duda se dejará disfrutar en estos esperadísimos conciertos.

El otro disco, “Esencias”, parece a priori el-disco-instrumental-paralelo, cuando se descubre que lleva las mismas texturas y programaciones de “La esencia de la ciencia”, solo que alterando su tempo para alcanzar a ofrecer algo completamente diferente. ‘Esencia #2’, por ejemplo, no es sino ‘Otro día de lluvia’ pero en clave ambient, con ese plácido tono contemplativo y pastoral que tienen las piezas más líricas del mejor Eno instrumental (again). Lo mismo que ‘Esencia #4’. Era el disco en el que estaba trabajando Bonezzi cuando descubrió que su resultado bien merecía extrapolarse a un trabajo vocal (como el disco del que es ¿madre, hijo?). En definitiva, un tratado de ambient como el que ya nadie practica y que, ya solo por eso, merece que se le den muchas, muchas vueltas. Este “reverso sonoro” e inquietante de “La esencia de la ciencia” solo podrás adquirirlo sin embargo mediante descarga digital.

Anterior disco del día: Leiva y Rubén Pozo.

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