El disco del día: Asfalto

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«Aunque es un disco accesorio para el neófito, hará las delicias de la militancia más acérrima. El iniciado disfrutará de la presencia siempre grata de la nostalgia»

Asfalto
«Inédito»
LAZSOUND MUSIC

 

 

Texto: JOSEMI VALLE.

 
Se acaba de publicar un disco de temas inéditos de Asfalto. Las enciclopedias recuerdan que Asfalto fue el grupo que acuñó el término rock urbano allá por los setenta, se adentró en los ochenta con una propuesta más fiera pero manteniendo cierta deferencia a sus orígenes, vivió luego un tiovivo de encuentros y desencuentros de miembros de la formación original y, finalmente, tras una larga hibernación, se reactivó en 2008 con un plantel de nuevos músicos capitaneado por el único superviviente en todos los naufragios, el guitarra y voz Julio Castejón. Este álbum de inéditos atraviesa los años 1982-1986, una época de muchas mutaciones en el grupo pero también de mucha creatividad. En el primer bloque anidan cuatro caras B del periodo Sniff (1983-1986), los años de la autogestión. Se trata de canciones desterradas de sus LPs correspondientes por una mera cuestión técnica. En aquellos años predigitales se intentaba que el minutaje de cada cara del vinilo no sobrepasara los veinte minutos para que el surco no se redujera y el sonido no perdiera calidad. Asfalto grababa siempre algún tema extra para luego combinar las canciones según su duración y ajustar el repertorio del mejor modo posible a cada cara del vinilo. Todo para maximizar la calidad del sonido. Esta limitación obligó a Asfalto a discriminar varias piezas de enorme pujanza creativa, algunas con más calidad que las que finalmente se alojaron en los trabajos oficiales.

El disco arranca con ‘Justo y traidor’, pieza antibelicista cantada por Miguel Oñate, un potente chorro de voz que inundaba de vida los textos y te hacía jurar que las canciones le salían de lo más recóndito de sus entrañas. Testimonia el sonido del grupo en sus años más rockeros. Este tema pertenecía a la camada de «Más que una intención» (1983), y a pesar de su condición de cara B del single ‘La paz es verde’, la banda lo tocó habitualmente en directo y lo incluyó en aquel inconcebible artefacto para la época que fue el Vídeo-LP homónimo. Recuerdo que mi hermano y yo teníamos el LP y este single, y nos grabamos una casete incluyendo ‘Justo y traidor’, de tal modo que nunca la consideramos una rareza, ni tan siquiera una cara B. A fuerza de escucharla a todas horas, quemamos aquella cinta, pero la canción se acurrucó en nuestra memoria como una más del álbum. La preciosa balada ‘Dinos qué fue’ sufrió similar diáspora en el álbum siguiente, «Cronophobia» de 1984. La canta de nuevo Oñate y su voz y los interesantísimos juegos de teclado de Banegas forman una dupla marca de la casa. La canción es en realidad un guiño autorreferencial al tema ‘Rocinante’ de la opera prima del grupo. Rocinante cuenta aquí que Don Quijote y Dulcinea han seguido el signo de los tiempos (estamos en los ochenta), han dejado el tractor y han montado un videoclub. El tema transpira sensibilidad a raudales, pero también tristeza al comprobar cómo los sueños de Don Quijote han devenido en prosaicos y anodinos para poder ir tirando.

El acorde final pertenece a la hornada del «Corredor de fondo» de 1986. Ahora es Richi Benítez en vez de Oñate el que pone su voz al servicio de una pieza de muchos kilates, bastante más redonda que muchas de las que terminaron agolpadas en aquel vinilo cuya cara B mostraba irregularidades. Medio tiempo de atmósfera misteriosa pero cálida, la experiencia de que nada es importante si no hay con quien compartirlo, y la prueba de que Richi cumplió a la perfección la misión imposible de sustituir al gran Oñate. Esta certeza se ratifica con ‘Halley’ en su versión alargada y en inglés (la cara B del maxi que recordaba la llegada del cometa y hoy pieza inencontrable), con Banegas dando saltarinas pinceladas con su teclado y demostrando que Asfalto en 1986 se adentraba en sonidos muy alejados de la ortodoxia rockera, pero manteniendo la prudencia necesaria para no caer en el mal visto pop. La prueba inequívoca es que el siguiente tema, la maquetera ‘Pregunta a mamá’, se descartó de «Corredor de fondo» por su excesiva proximidad a los sonidos de la movida madrileña, aunque es innegable lo divertido que resulta descubrir que un tema tan pegadizo y popi pertenece a Asfalto. No hubiera desentonado en absoluto en una radiofórmula.

El siguiente bloque de este «Inédito» es la maqueta de finales de 1982 y principios de 1983, la que se grabó después del «Déjalo así» (1981) y meses antes del «Más que una intención» (1983). Son piezas cuyo sonido mantiene lazos sanguíneos con el doble álbum precedente, un libro de ruta de lo que hubiera sido Asfalto si Oñate no se incorpora a sus filas y el grupo no vira su sonido hacia las guitarras más fieras. Querencia pop, temas muy rápidos en su ejecución, mucho protagonismo de las teclas, fidelidad a la sensibilidad y las transparentes narrativas del grupo. Aquí están ‘Carrera ilegal’ (un alegato en contra de esas carreras de coches tan típicas aquellos años, cuyo estribillo recuerda al de ‘Lucy escóndete’), ‘El futuro no está aquí’ (el miedo cerval a una bomba nuclear tan promocionado por la guerra fría), ‘Tengo vida’ (una exultación a la persona que nos quiere y que queremos) y la surrealista ‘Un buzo en el jardín’ (un relato ficticio muy de la época, en el que un extraterrestre se dejaba caer por nuestro planeta).

«Inédito» finaliza con tres piezas en directo. Dos de ellas pertenecen a la época de Oñate: ‘Es nuestro momento’ y ‘La paz es verde’, dos testimonios de lo bien engrasada que estaba la banda entre 1983 y 1984,  cómo en un escenario sonaban más potentes que en vinilo, y lo desacertado de no haber registrado en un directo ese estado de gracia. El disco concluye con una toma de muchos años después. Se trata de un concierto de Banegas en solitario de 2003 a cuyo escenario se subió Oñate para interpretar la nostálgica balada ‘Tiempo gris’. La releen con heterodoxia, mucha plasticidad y mucho desprejuicio. Dos músicos alejados del mundanal ruido que muestran su talento ajenos a corsés discográficos, o a la escuadra y cartabón de la mercadotecnia.

Este trabajo de inéditos no es oficial, pero tampoco se puede elevar al rango de pirata. Es un híbrido que sólo se puede adquirir a través del foro de la página oficial de la banda, un lugar donde los seguidores del grupo comparten viejas batallas, recuerdos de un tiempo pasado en el que brilló el sol, pero también la actualidad ya más crepuscular del Asfalto del siglo XXI. Aunque es un disco accesorio para el neófito, hará las delicias de la militancia más acérrima. El iniciado disfrutará de la presencia siempre grata de la nostalgia, teñirá momentáneamente su vida del color sepia de las fotos decrépitas. Comprobará que han pasado treinta años de la edición de aquellas canciones, aunque parece que fue ayer por la tarde cuando nuestros tímpanos las inauguraron. Impagable escuchar y rumiar lo que pudo ser, lo que fue, lo que nunca llegó a ocurrir. Un placer empaparte de todo lo que se llevó la corriente y al apagar el equipo sonreír por haber estado allí.

Este disco se puede conseguir solicitándolo a la siguiente dirección.

Anterior disco del día: Thiossane Ablaye Indiaye.

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