El disco del día: Adventure

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«Desde Baltimore y con este segundo LP de Adventure, Benny Boeldt se empeña en enfrentarnos a todo el repertorio de la música de baile tecnificada que despegó en décadas anteriores»

Adventure
«Lesser known»
CARPARK/GREEN UFOS

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Desde Baltimore y con este segundo LP de Adventure, Benny Boeldt se empeña en enfrentarnos a todo el repertorio de la música de baile tecnificada que despegó en décadas anteriores. De hecho, “Lesser known” es un expositor en el que aparece prácticamente todo, desde el protodisco hasta el acid house; y cuando digo todo me refiero a que puedes encontrar un aire a cualquier grupo que cultivara synth pop o que decidiese hacer bailar usando las nuevas tecnologías. Ahí va la lista: New Order y OMD casi directamente, algo de Gary Numan, Pet Shop Boys, Human Leage, texturas de música industrial, italo-disco. Y podría seguir y seguir. Así que más o menos se planta en la generación que ve ese pasado como aún productivo, Delays o M83.

Y si avanzo su área de influencia hasta los setenta es porque ‘Another world’ acoge algo de la sensualidad, de la estructura de ‘Love to love you baby’, capas y capas de sonidos que se acaban convirtiendo en un marasmo after hours. Porque lo cierto es que el disco tiene dos direcciones. Una de ellas es repetitiva, obsesionante en ocasiones, núcleos que van creando una espiral de dureza tecnológica, aunque sea desde la intimidación y no desde el resultado. Ocurre en ‘Relax the mind’, en ‘Electric eel’ o en ‘Lights out’. Un caos de energía con control.

Pero al mismo tiempo hay un puñado de canciones dulces, de melodía comercial, mucho más accesibles que en su primer disco. Voces bien trabadas, baile controlado y sobriedad en los arreglos. Ilustrado ejemplo es ‘Rio’, le falta un tono para copiar el riff del ‘Enola gay’ y tiene esa mortecina gravedad monacal de OMD. Del mismo tono es  ‘Smoke and mirrors’, oxigenada y esponjosa, con la voz en primer plano y una pretensión certera de himno tecno, de imágenes visuales de autopista. ‘Open door’ también, con sintes de filigrana instrumental y juegos de discoteca de extrarradio.

Claramente, el disco sólo gustará a los devotos de este tipo de sonidos, para el resto del público será, quizás, algo accesorio, ajeno a la evolución de la música de baile. Pero para el que lo necesite será, simplemente, imprescindible.

Anterior disco del día: Hiromi.

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