«Ocho trabajos lleva ya como solista el pianista de Santiago de Compostela. Un suma y sigue numérico que no hace sino acrecentar igualmente su calidad y destreza como compositor y como intérprete»
Abe Rábade
«A modo»
NUBA/KARONTE
Texto: GERNOT DUDDA.
Ocho trabajos lleva ya como solista el pianista de Santiago de Compostela. Un suma y sigue numérico que no hace sino acrecentar igualmente su calidad y destreza como compositor y como intérprete, bien demostrada tanto a nivel nacional como internacional. En “A modo” cierra filas en torno a su formación ideal. Tanto por el número de músicos con los que se le ve muy cómodo trabajando como por los nombres propios de estos músicos: Pablo Martín Caminero en el contrabajo y Bruno Pedroso en la batería. No hay que añadir mucho más a lo que ya dice la hoja promocional: “tres solistas y acompañantes que manejan un triángulo rítmico con mimo, rico en texturas, de un amplio rango dinámico y lleno de emoción”.
“Recorrerse” una obra de Rábade –nunca un verbo podría ser más certero– conlleva descubrir un sinfín de vericuetos y escondrijos. Tanto si optamos por una vía melómana “low profile” de simple degustador de lo que suena como si analizamos con escuadra y cartabón en mano las superposiciones de juegos melódicos, los saltos interválicos, las largas transiciones o las amalgamas rítmicas que jalonan la grabación de principio a fin.
Según la opción A, su jazz sería entonces tremendamente sencillo y cautivador. Los que elijan la opción B se encontrarán con una exposición bien compleja y estudiada. Y las dos son válidas porque están ahí. En composiciones tan líricas y profundas como ‘Perdas’ o en los sucintos homenajes que se van haciendo a unos cuantos estándares que aparecen a modo de guiño. El más llamativo está en ese ‘Tránsito Nº3: Jamal’s mood’, que se acerca a la estética de su célebre ‘Poinciana’ pero contando con las notas del ‘What is this thing called love’ y dentro del entramado armónico de la pieza. Con Abe Rábade está claro que Ahmad Jamal es siempre muy buena referencia.
De las siete piezas presentadas, solo una no es del propio pianista. Se trata del fado ‘Carmencita’, de Pedro Rodrigues. No hay que olvidar que hace ya mucho tiempo que los músicos gallegos vienen contando también con Portugal como “patio delantero” de inagotable recurso.
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