“La partitura de ‘Carlitos y Snoopy, la película’ se encuentra llena de diversión e incluso de romance, algo inevitable con Carlitos de por medio. La música captura lo que cualquier película de animación debería incluir obligatoriamente: diversión. Y lo transmite”
Fernando Fernández valor las últimas bandas sonoras del 2015: los trabajos de Alan Silvestri en “El desafío”, de Christope Beck en “Carlitos y Snoopy, la película” y de Jed Kurzel en “Macbeth”.
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
Empezamos año nuevo con energías renovadas y las mismas intenciones: acercaros al mundo de la música de cine, descubrir a compositores y bandas sonoras que podían pasar desapercibidas y mantener un foro con información permanente. Para el comienzo del año, las distribuidoras preparan sus mejores títulos. Se acercan los Globos de Oro, los Oscar y otros festivales, y es la época de elegir los mejores títulos del año, los favoritos de la crítica, los del público, los de los profesionales… Toca estar atentos, porque llegarán cosas interesantes.
“El desafío”, música de Alan Silvestri
Arrancamos la sección con algunos de los mejores títulos finales del 2015, entre ellos la nueva colaboración entre dos auténticos maestros de Hollywood. Zemeckis vuelve al drama, esta vez basado en un hecho real: el paseo de Philip Petit sobre un alambre que comunicaba a las dos torres gemelas en 1974. Un proyecto en el que demuestra que sigue teniendo un magnifico pulso para el ritmo de sus películas, y una capacidad técnica envidiable.
La película ha supuesto la decimoquinta colaboración entre Zemeckis y Alan Silvestri, que ha apostado por una partitura muy controlada y estilo clásico. Es cierto que es muy clásica, una de esas partituras que funciona mucho mejor en la película que fuera. No es que la música sea mala, todo lo contrario. Silvestri sigue demostrando su clase y estilo, pero está más centrada en proporcionar ambiente y acompañar las emociones que necesita la película, que en buscar una melodía o temas memorables. Y lo hace de una manera muy evidente, con varios de los temas iniciales compartiendo dos mundos completamente diferentes. Uno emocional y delicado, repleto de cuerdas y piano, que repentinamente introduce un segundo cargado de clásico sonido de club de jazz. Esas transiciones son incluso discordes, repentinas. Como si la música se rompiera de un mundo a otro.
En la música se introduce el acordeón como elemento francés, algo casi inevitable y que también le proporciona ese tono melancólico, y como elemento final en varios momentos de acción en los que Silvestri brilla y demuestra su dominio del instrumento. Quizá el problema está en que la partitura parece intentar manejar demasiados elementos sin centrarse en ninguno, probablemente es lo que produce esa sensación que mencionaba al comienzo. Pero también hay momentos en que se aprecia el carácter del compositor, especialmente en toda la parte final de la misma, en donde la emoción acapara el primer plano de la música. Puede no ser brillante, pero si una muestra de calidad y buen trabajo.
“Carlitos y Snoopy, la película”, música de Christophe Beck
Por las fechas en que nos encontramos, la animación está muy presente en las salas. Y la actualización de dibujos animados clásicos a la era digital también. En esta ocasión son Snoopy y sus amigos, con sus divertidas personalidades las que acaban de llegarnos. Steve Martino, uno de los veteranos de los estudios Blue Sky (“Ice age”, “Horton”) es el encargado de traernos a todos estos encantadores personajes de nuevo a la vida animada.
En cuanto a su banda sonora, un nuevo nombre que se incorpora a la productora: Christophe Beck todo un especialista en la comedia americana. El mundo de la animación es uno de los que los compositores suelen disfrutar más, y los aficionados también. Música muy variada, mucha fantasía, mucha acción… muchos elementos para disfrutar. El problema es que en ocasiones la música puede ser brillante pero muy cercana a las imágenes y la historia. Este es uno de esos casos. En absoluto creo que sea una mala banda sonora, todo lo contrario. En este caso es bastante más entretenida para el aficionado en su escucha aislada. Esto es debido a la sensación de disfrute y acción que proporciona el trabajo de Beck, incluso comparado con el conocido tema de Snoopy para la serie de animación clásica de Vince Guaraldi Trio que también aparece en la película. Y eso que el sonido de la música de Beck se aleja por completo de dicho estilo, con una composición completamente orquestal, e incluso pomposa en ocasiones, la música se encuentra llena de diversión e incluso de romance, algo inevitable con Carlitos de por medio. La música captura lo que cualquier película de animación debería incluir obligatoriamente: diversión. Y lo transmite.
“Macbeth”, música de Jed Kurzel
Terminamos con los últimos estrenos de 2015 hablando de una de esas historia de prestigio que adaptan un clásico, y más clásico que Shakespeare hay pocos. Llega a las carteleras una nueva y espectacular adaptación de uno de los clásicos más trágicos y oscuros del bardo inglés. Dirigida por un casi recién llegado como el australiano Justin Kurzel, y apoyada en el maravilloso trabajo de Michael Fassbender y Marion Cotillard, supone todo un avance de las cosas buenas que pueden llegar, ya que es el mismo equipo que está rodando en España la adaptación del videojuego “Assassin’s creed”.
Para la música, la solución estaba cerca. Que mejor que el compositor de su anterior película “Snowtown”, que además resulta ser el líder de la banda The Mess Halls y que lleva un tiempo mostrando sus habilidades en el mundo de la música para el cine: Jed Kurzel. O sea, su hermano. De Jed Kurzel ya hemos hablado en esta sección, se ha incorporado recientemente al panorama moderno de la música cinematográfica, y tenía cierta curiosidad en este proyecto, ya que es su historia y película más ambiciosa hasta el momento. El resultado tiene mucho que ver con una de las palabras que he mencionado antes al hablar de la película: oscuro. La música es uno de los proyectos más orquestales del compositor, pero a la vez sigue manteniendo la afinidad del compositor por las atmósferas frente a las emociones.
De principio a fin, la música dibuja un mundo oscuro y deprimente. Los elementos sobrenaturales, la locura de los personajes, las batallas y las muertes se convierten en los puntos principales de la historia de Shakespeare, pero el tono de la música de Kurzel los acentúa y agiganta aun más. Casi parecen tener un tono épico y elegíaco que se adapta perfectamente al carácter de esta adaptación. La música centra toda su base melódica en las cuerdas, casi sin ningún desarrollo temático o similar. Al desproveer a la música de toda emoción positiva, el tono de la música es realmente difícil de disfrutar en su escucha aislada. Es una de las partituras más trabajadas y complejas de Kurzel a nivel técnico, pero se necesita estar en la misma sintonia con la música y el tono de la historia para saborearla. Queda seguir conociendo el trabajo del compositor para ver si sigue evolucionando musicalmente y entrar también en otros terrenos.
–
Anterior entrega de El Club de las BSO: Star Wars VII, el retorno de una galaxia muy, muy lejana.