“‘Joy turns to sadness’ es uno de esos ejemplos en que Giacchino demuestra cómo es capaz de transmitir sentimientos profundos con muy poco. Mientras otros tienden a aprovechar las emociones para engrandecer la música, él procura reducir la instrumentación y los arreglos para conseguir mucho más. Y eso es marca de un compositor con las ideas muy claras y sin miedos”
Fernando Fernández se detiene esta semana en la música de dos de los estrenos más destacados: “Terminator: Génesis”, la última entrega de la saga de acción con Lorne Balfe, e “Inside out”, la alabada propuesta animada que ha musicado Michael Giacchino.
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
Nada. Es evidente que esta ola de calor no tiene fin. No tardaran mucho en hablar de calentamiento global y esas cosas, pero ya sabemos lo que nos gusta a los humanos un buen apocalipsis de vez en cuando. Sería divertido meterse en una en algunas de esas cabezas y ver cómo funcionan. Mientras tanto, demos una vuelta por las salas de cine, y aparte de las imágenes, disfrutemos de la música.
“Terminator: Génesis”, música de Lorne Balfe
Sigue el verano con el mismo ritmo y estilo de películas. Es evidente que el grueso de espectadores desconectamos las neuronas para que descansen un poco, y para poder hacerlo nos llega la última entrega de la saga “Terminator” con una nueva vuelta de tuerca (o cuatro) a esta historia de viajes en el tiempo para salvar a la humanidad del apocalipsis de las máquinas. A la dirección, el recién llegado Alan Taylor, un veterano de televisión en series como “Oz”, “Homicidio”, “Los Soprano” o “Juego de tronos”, que tras un par de pequeños proyectos cinematográficos saltó a la lista de directores a seguir con la segunda película de la saga de superheroes “Thor: El Mundo Oscuro” (2013).
“Terminator: Génesis” retoma la historia en la que John Connor, líder de la resistencia humana, envía al sargento Kyle Reese al año 1984 para proteger a Sarah Connor y salvar el futuro. La cuestión es que con tantas idas y venidas se ha producido una línea temporal fracturada donde lo importante es cómo reconfigurar el futuro. Vamos, la historia de “Terminator” pasada por el tamiz de “Regreso al Futuro II”. En esta ocasión el director vuelve a contar con uno de los nombres de la composición que se encuentra al alza, Lorne Balfe. Este año le habíamos escuchado con su estupendo trabajo para animación para “Los Pingüinos de Madagascar” y “Home”. Ahora llega el momento de disfrutar de su trabajo para un proyecto de más peso, que Balfe salda con buena nota. Y por cierto, con nota española, ya que Óscar Senén (amigo y colaborador de Film Music Festival) se ha encargado de las orquestaciones y dirección de la música. ¡Bravo!
Balfe posiblemente se ha marcado una de las partituras más entretenidas y pulidas de toda la saga. Dejando de lado el sonido sintetizado de las películas originales, el conjunto es una muy entretenida partitura de acción moderna, con muchos momentos y temas destacados. Por un lado recoge un tono melancólico y heroico en uno de los temas principales que presenta nada más empezar en ‘Faith and hope’. Ese tono lo utiliza en momentos puntuales de la partitura para proporcionarle un cierto centro emocional a la música. Aunque más emociones nos llegan también con la relación entre dos de los protagonistas, que se convierte en un bonito y descorazonador tema de amor que podemos escuchar en ‘Sarah & Kyle’. De momento, algo que suele perderse en estas películas de acción, encuentra su lugar. Y la sensación de mayor profundidad es evidente.
Eso no quiere decir que no encontremos acción, hay mucha y muy potente. Solo hay que empezar a escuchar piezas como ‘Bus Ride’ para darnos cuenta que son los momentos que aprovecha Balfe para homenajear el clásico sonido “Terminator”. Percusión y cuerdas con un cierto sonido metálico y persistente, en referencia a ese robot que no se detiene ante nada, es parte del estilo de la música. Pero sin llegar nunca al puro sonido sintetizado de Brad Fiedel para la original, a la que hace un homenaje en ‘Terminated’. Una partitura cargada de acción, muy entretenida y muy equilibrada, que sabe añadir los momentos de emoción y heroicos suficientes para permitirnos disfrutar la experiencia.
“Inside out”, música de Michael Giacchino
Siguiendo con el verano, ahora toca la cinta de animación, pero esta vez una importante. El nuevo título de Pixar ha recibido elogios de crítica y público desde su primer pase en Cannes. Una mirada a cómo funciona el interior de nuestras cabezas a lo largo de nuestra vida. Una de esas películas donde las emociones y el corazón son la base de una de esas maravillosas historias que también saben contar. En esta ocasión las riendas las lleva Peter Docter, responsable de “Monstruos S.A.” y la maravillosa “Up”, película con la guarda varios puntos en común.
Uno de esos puntos en común es precisamente su compositor, Michael Giacchino. En aquella cinta se alzó con el Oscar a la mejor banda sonora original, y aunque en este caso la partitura es bastante más ligera y divertida, no por ello pierde la emoción y delicadeza de la anterior. Desde el inicio se aprecia cómo la música busca tener un nivel mucho más ligero. Esas cortas notas a piano que trazan las líneas melódicas del tema principal en ‘Bundle of joy’ se van convirtiendo en la base del resto de la música. Son especialmente divertidas cuando se transforma en una pieza a ritmo de “big-band” en ‘First day of school’. Giacchino consigue mantener su música en un tono tremendamente animado y divertido la mayor parte del tiempo, aprovechando para introducir varios temas igual de animados y divertidos con ese tono de ragtime en los metales como en ‘The forgetters’. En conjunto, la música es tremendamente divertida y con un sentido del humor realmente delicado que la convierte en algo fresco y entretenido.
Eso no quiere decir que Giacchino se haya olvidado de esas emociones. El juego que dan dos personajes como Alegría y Tristeza es difícil que pueda desaprovecharse. Especialmente en sus momentos finales, la banda sonora se carga de una melancolía y tristeza realmente descorazonadoras, buscando transmitir esa sensación de cierta impotencia, que el piano transmite de manera tan maravillosa. ‘Joy turns to sadness’ es uno de esos ejemplos en que Giacchino demuestra cómo es capaz de transmitir sentimientos profundos con muy poco. Mientras otros tienden a aprovechar las emociones para engrandecer la música, él procura reducir la instrumentación y los arreglos para conseguir mucho más. Y eso es marca de un compositor con las ideas muy claras y sin miedos.
Aquí terminamos con los estrenos de las músicas de cine de esta semana. La que viene habrá una columna especial, para combatir las temperaturas con algún enfoque clásico del verano.
–
Anterior entrega de El Club de las BSO: Los amigos de Grú y el cine independiente.