“La música de “Bob Esponja 2: Un héroe fuera del agua” logra un tono y unas melodías memorables que recuerdan a “La isla de las Cabezas Cortadas”, por lo que la banda sonora es una autentica gozada que se disfruta de principio a fin”
Aprovechando que esta semana no se publican bandas sonoras de los estrenos, Fernando Fernández echa la vista atrás sobre algunas que se editaron después de su llegada a los cines, y entre ellas encuentra alguna joya.
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
Bienvenidos a una nueva y especial edición del club. Como mencionaba la pasada semana, a veces la publicación de la banda sonora de algunos estrenos se queda por el camino. Las razones son muy variadas: desde los estrenos mundiales simultáneos que provocan que otros elementos no se estrenen hasta que la película está en las salas, hasta bandas sonoras que pasan a segundo plano al haber sido licenciadas para su venta y distribución a discográficas pequeñas que necesitan más tiempo para el lanzamiento. Pero todas tienen su interés, por eso rescatamos algunas que quedaron pendientes las últimas semanas.
“Lost river”
La primera es en realidad la última. Me explico: la película se estrenó la pasada semana, pero hasta ahora no ha sido posible escuchar su curiosa banda sonora. “Lost river” es la primera película como director del actor Ryan Gosling, un proyecto que toma mucha inspiración del maestro David Lynch y de uno de los últimos directores con los que ha trabajado, Nicholas Winding Refn (“Drive” y “Only God forgives”). No solamente por su sentido onírico y extraño, sino también por varias razones, una de ellas, su banda sonora.
Su responsable es Johnny Jewel, un compositor, artista conceptual y productor americano, conocido sobre todo por los temas que formaron parte de la banda sonora de “Drive”, en especial el tema de su impecable escena inicial. En aquella ocasión su banda sonora fue compuesta por Cliff Martinez, y él sólo aportó un par de canciones, pero Gosling quedó encantado. En esta ocasión no sólo es el compositor acreditado, sino que lo es por partida múltiple. Además de componer en solitario, también lo hace con diversos grupos (todos ellos de su productora) para esta película. Temas de Chromatics, Desire y Glass Candy también son parte de la banda sonora.
En conjunto es una música electrónica –aunque sólo utiliza equipos analógicos, es una seña de identidad propia– más ambiental que otra cosa. Exceptuando un par de piezas que le dan un marcado carácter onírico y de música para cuentos infantiles, el resto es pura tensión y ambiente. Con sonidos cristalinos y metálicos, la música recuerda bastante al estilo de la que compone a veces Badalamenti para David Lynch, aunque pierde el componente emocional que Badalamenti suele incluir en sus partituras. Aquí los músicos aportan otros colores que ponen sus voces en otros proyectos de Jewel. Una de esas bandas sonoras que sólo funciona fuera de la película para los muy aficionados al sonido ambient y electrónico deprimente.
“Home: hogar, dulce hogar”
Para recuperarnos de un panorama tan negro y deprimente, lo mejor es irse al extremo opuesto. Una música divertida, vital y tremendamente pegadiza que acompañaba a uno de los estrenos animados del mes de marzo. “Home : hogar, dulce hogar” nos contaba la historia de Oh, un marciano inadaptado que se instala en nuestro planeta huyendo de sus congéneres y entabla una entrañable amistad con una niña que también se siente fuera de lugar en su mundo.
Dichas aventuras vienen acompañadas por una estupenda partitura de Lorne Balfe (en esta ocasión con la colaboración del grupo Stargate) que no ha sido publicada hasta hace un par de semanas, oscurecida por la publicación del disco de canciones que contenía temas de Rihanna y Jennifer Lopez. Sin embargo, Balfe vuelve a componer una pequeña joya, como ya hiciera a principios de año con “Los pingüinos de Madagascar”. Una banda sonora orquestal, cargada de emoción y aventuras, reforzada por la original percusión de los Stargate ideal para esta película de corte infantil. Pero gana puntos de recomendación gracias a la sensación de vitalidad y diversión que contagia a la música, y por la calidad de la composición y la orquestación, que convierte la música en memorable, especialmente en sus piezas más animadas. Totalmente recomendada.
“Zombeavers”
Una de las bandas sonoras que, sorpresivamente, han visto la luz a posteriori ha sido la de esa broma del terror juvenil ochentero que es “Zombeavers”. Evidentemente es complicado tomarse en serio una película sobre castores mutantes que atacan a un grupo de jóvenes más preocupados por las drogas y el sexo en un viaje a las montañas. Castores mutantes. Nunca se nos habría pasado por la cabeza escribir sobre algo así, pero hay que agradecer su gran dosis de humor y que tengan claro que es lo que están haciendo.
La primera prueba la tenemos en la música. Compuesta por dos de los guionistas de la película (otro de los puntos curiosos, aunque no son los primeros que lo hacen), Jon y Al Kaplan aprovechan para referenciar todos los tópicos posibles de las bandas sonoras de terror de aquella época. El mejor de todos, con mucha diferencia, es la alucinante canción que he puesto sobre estas líneas, que parecería compuesta por un clásico “crooner” americano, a lo Frank Sinatra o Tony Bennett, si no fuera porque su letra se encarga de narrar la historia de la película. Habla sobre chicas, diversión… y sobre castores mutantes que van a divertirse comiéndose tus entrañas. Impagable.
Desgraciadamente la partitura no alcanza el mismo nivel. Al principio parece basar su sonido en las clásicas bandas sonoras sintetizadas, típicas del cine de terror barato de la época, pero luego su sonido se hace mucho más cercano al orquestal de las típicas series B de los ochenta. Y al igual que muchas de ellas, cae en la falta de originalidad y personalidad, aunque la música se adapta bien a los momentos de la historia y está cargada de acción y sustos. Es de esas músicas que se olvidan según acabas de escuchar el disco, si no fuera por esa canción y su letra, que consiguió sacarme una carcajada la primera vez que la escuché.
“Bob Esponja 2: Un héroe fuera del agua”
Es el otro destacado de esta semana, aunque el más atrasado de todos. En febrero de este año se estrenaba en nuestro país “Bob Esponja 2: Un héroe fuera del agua”. Antes de que alguien se ría de esta película… que siga leyendo. La película se aleja de lo que conocemos de la famosa serie televisiva. Aprovechando una excusa de la trama, los personajes se acercan al mundo real gracias a una estupenda animación en 3D. Su tono de humor surrealista no disminuye en absoluto, queda aumentado al máximo aprovechando la trama ideada para la película. Por eso la decisión de no continuar con la música habitual de la serie, sino proporcionarle un tono igualmente exagerado y tremenda realista, como si de una película de aventuras real se tratase, es un absoluto acierto.
Aparece el nombre de uno de los artesanos de confianza del cine de Hollywood: John Debney, responsable de películas como “La Pasión de Cristo”, “El rey Escorpión” o “La isla de las Cabezas Cortadas”, que aprovecha para poner toda su experiencia y clase en una partitura de aventuras que parece sacada de alguna de esas películas. Logra un tono y unas melodías memorables que recuerdan a “La isla de las Cabezas Cortadas”, por lo que la banda sonora es una autentica gozada que se disfruta de principio a fin. Evidentemente su tono es mucho más ligero y no puede compararse con el resto de las mencionadas, pero es una de esas bandas sonoras que podían pasar desapercibidas para los aficionados por acompañar a esta película. Y se perderían un buen rato de entretenimiento y buena música.
Ya que los estrenos semanales no nos han traído nada nuevo publicado esta semana, hemos preferido revisar bandas sonoras que se quedaron por el camino y seguro que encuentran su hueco entre los aficionados. No será la única vez, seguro.
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