“El Elfman que gusta a los aficionados ha vuelto con ‘Pesadillas’. Y lo ha hecho con un tono como de circo carnavalesco, cargado de temas y melodías, coros, orquestaciones originales, así como un ritmo y acción frenéticos en la orquesta”
Los títulos de esta semana vienen acompañados de grandes propuestas musicales, como el regreso de Rocky compuesto por Ludwig Göransson, la divertida partitura de Danny Elfman en “Pesadillas” o la música de Howard Shore para “Spotlight”. Por Fernando Fernández.
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
Este año empezamos fuerte y con muchos nombres destacados y conocidos. Y esta semana no se queda fuera de dicha consideración.
“Creed. La leyenda de Rocky”, música de Ludwig Göransson
El regreso de Rocky es el título destacado de esta semana. Se trata del último episodio de la historia, y uno que ha levantado mejores críticas (y más atención) que los anteriores, hasta tal punto de granjearle a Sylvester Stallone un Globo de Oro a Mejor actor secundario y una nominación al Oscar en la misma categoría.
Una de las grandes sorpresas ha sido el estupendo trabajo de un recién llegado en su banda sonora: Ludwig Göransson, un joven compositor de origen sueco, que a sus 32 años tiene una interesante carrera en cine y televisión, que se enfrenta a su mayor reto hasta el momento. Una saga que cuenta con el lastre de la mítica banda sonora compuesta por Bill Conti para la película original, y que Göransson aprovecha para retomar y poner al día, uno de sus grandes aciertos. Recupera ese aire “Philadelphia” que se respira a lo largo de toda la banda sonora. La música sabe conjugar elementos atmosféricos, junto a motivos casi pop (muy cercanos al sonido Conti) y otros grandiosos y emocionales. Una banda sonora que se disfruta de principio a fin.
Göransson juega con un tema principal omnipresente a lo largo de toda la banda sonora, muy memorable y atractivo. Lo utiliza de muy diversas formas: piano, tema de acción e incluso con letra referenciando al original de Conti. La única pega es que el disco queda estropeado por la inclusión de diálogos de la película sore la música, algo habitual en ocasiones y que fastidia a los aficionados a las bandas sonoras. Al menos es un álbum que puede escucharse fuera de la película, ya que la partitura merece mucho la pena.
“Pesadillas”, música de Danny Elfman
Otro de los estrenos más importantes de la semana es la adaptación de las novelas de R.L. Stine “Pesadillas”, en una película con muchísimo estilo a aventura juvenil de los 80 o 90. Un tono que nos trae recuerdos de “Gremlins”, “Goonies” y similares, a lo que contribuye mucho la estupenda partitura de Danny Elfman, que recupera con mucho el espíritu burlón y divertido que llevaba tiempo sin mostrarnos.
Aunque Elfman ha cambiado y madurado mucho a lo largo de estos años, al empezar a escuchar los primeros compases de la banda sonora el corazón nos da un vuelco. El Elfman que gusta a los aficionados ha vuelto. Y lo ha hecho con un tono como de circo carnavalesco, cargado de temas y melodías, coros, orquestaciones originales, así como un ritmo y acción frenéticos en la orquesta. Esta todo ahí. La partitura juega muy bien con el tono de horror gótico, añadiendo órgano y theremin, sin olvidarse de dejar espacio para momentos más emocionales y delicados. Una de esas bandas sonoras completas que se disfrutan mucho en su escucha aislada. Una gozada volver a disfrutar de este Elfman divertido y despreocupado, algo que a mi juicio es el verdadero espíritu del compositor. Aunque sea interesante diversificar estilos, y demostrar la capacidad de solventarlo con calidad, este tono es el preferido de Elfman. Esa sensación de diversión no puede simularse.
“Spotlight”, música de Howard Shore
Aún hay títulos interesantes esta semana, la factura musical es interesante y de mucha calidad, además de variada estilísticamente. El tercero es uno de esos títulos “de prestigio” que adaptan una historia real. Y una importante: la trama descubierta por unos periodistas del Boston Globe de casos de pederastia en la archidiocesis católica local. Para rematar la buena acogida, ya tiene seis nominaciones a los Oscar, entre los que no se encuentra (y no por falta de mérito) la estupenda partitura de Howard Shore.
El nombre de Shore se encuentra relacionado con grandes espectáculos orquestales, como los que hizo para “El Señor de los Anillos” y “El Hobbit”. Sin embargo, el compositor suele manejarse muy bien en el terreno del thriller oscuro y dramático. Ese es el suelo que pisa con “Spotlight”, un tipo de historia complicado para un compositor, que debe decidir el estilo que quiere utilizar. Y ahí, Shore demuestra su maestría, ya que acierta de lleno. La partitura se encuentra llena de texturas y melodías dramáticas, llevadas principalmente por piano, guitarras y arpa. Sobre ella añade una base de cuerdas y elementos sintetizados que le proporciona el cuerpo necesario a la banda sonora. El conjunto es realmente bueno y cargado de clase.
La música evita cualquier tipo de referencia religiosa, el centro de la historia son los periodistas y su investigación, toda una demostración del estupendo toque de Shore. La música se mueve entre piezas ligeras y dramaticas, que se van convirtiendo en el corazón de la investigación, a veces más activas y otras más elaboradas. Posiblemente el eje de atención sean los momentos desgarradores y emocionales que el compositor introduce en ocasiones, centrándose en el sufrimiento de los niños. Una maravillosa partitura que le proporciona a la historia una fuerza y espíritu interno maravilloso. Una pena que a algún aficionado le cueste acercarse a este estilo de música más controlado, diferente de sus grandes espectáculos.
No quiero despedirme de los estrenos de esta semana sin al menos mencionar otro título que merece la pena conocer: “Le Grand Jour”, una película multicultural que nos muestra las vidas de cuatro jóvenes de muy diferentes localizaciones exóticas del mundo que deciden perseguir su gran sueño. El encargado de acompañar esas cuatro historias es el veterano compositor francés de origen indio Krishna Levy, que ha compuesto una música preciosa y emocional, salpicada por toques étnicos en ciertos momentos sin inundar la banda sonora. Ciertamente algo manipuladora, pero realmente bonita y emocionante. No la dejéis pasar.
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Anterior entrega de El Club de las BSO: “Legend”, una partitura con clase.