“Delicada y ligera, llama la atención que la música es muy pegadiza, incluso adictiva, y tiene una gran capacidad para transmitir el estilo de vida de una aislada isla italiana”
Fernando Fernández se adentra en la Edad de Plata para hablarnos de la música de “El cartero y Pablo Neruda”, una de las grandes bandas sonoras del cine moderno compuesta por Luis Palov.
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
“El cartero y Pablo Neruda” (“Il postino”)
Música de Luis Bacalov, 1994
La época moderna de las bandas sonoras es la más polémica, porque hay quien piensa que cualquier cosa pasada (muy pasada) fue mejor. Por eso los títulos más modernos que desfilen por esta sección pueden generar más desavenencias. Algunos, como “El cartero y Pablo Neruda”, llegaron a ganar un Oscar.
“Il postino”, como se llamó originalmente, es una de esas películas sorpresa que surgieron en los 90 y que consiguieron hacerse un hueco entre los grandes espectáculos de taquilla estadounidenses. Una época que marcó el despegue del cine independiente internacional, y la demostración de que había otro cine más allá del de las grandes productoras.
Lástima que todos estos elementos marcaron, y no para bien, a esta deliciosa y pequeña historia, un proyecto personal de su guionista y actor principal Massimo Troisi. Cargó con el estigma de haber sido ayudada, especialmente en lo que se refiere a la sencilla y preciosa banda sonora compuesta por el veterano compositor argentino Luis Bacalov. Casi fue calificada de premio de consolación, cuando se trata de una preciosa muestra de buen gusto y estilo mediterráneo. Veinte años después, es más sencillo valorarla.
Una banda sonora multipremiada
Esta banda sonora es una buena representación de lo que la mejor música de cine italiana tiene que ofrecer. Es una partitura que refleja muy bien su aire mediterráneo, proporcionándole una deliciosa situación geográfica a la historia, perfectamente coordinada con la fotografía y paisajes que inundan la película. Un estilo musical que funciona en ese tono poético, sencillo y casi infantil de sus personajes, que ha pasado muy desapercibido fuera de Europa. Y es que, por muchas manías que le podamos tener al estilo de película y música, la composición de Bacalov es un complemento perfecto para esta historia en particular. Valga como prueba cómo, tras el Oscar, su partitura también ganó el premio BAFTA, el Globo de Oro, el David di Donatello y varios otros premios internacionales. Algo que es fácil saber por qué.
Delicada y ligera, llama la atención que la música es muy pegadiza, incluso adictiva, y tiene una gran capacidad para transmitir el estilo de vida de una aislada isla italiana. Todo ello partiendo de la autenticidad del espíritu de la partitura con el uso de las mandolinas y el bandoneón, con el sabor romántico de los cuartetos de cuerda. Utiliza todos los elementos que podría esperarse, y lo hace de manera muy exitosa. Una partitura pequeña, que compensa dicha limitación con su contagiosa personalidad.
Muchos acusarán a la partitura de repetitiva, por la utilización tan destacada que hace del tema principal, pero quizá se olvidarán de la variedad de motivos auxiliares y de la presentación de todos ellos a lo largo de la película. Bacalov juega con los tempos de una manera deliciosa para hacernos conocer los sentimientos de su romántica pareja protagonista. Esos temas van introduciéndose en la vida de Beatrice, indicándonos lo que está ocurriendo, aunque ella todavía no se de cuenta de los cambios en sus sentimientos.
Bakalov, compositor veterano
Antes de componer “El cartero”, Bacalov ya era uno de los grandes de la música de cine italiana. Tenía 61 años y más cien títulos de cine y televisión, entre ellos obras míticas como “Django”, “El Evangelio según San Mateo” o “Yo soy la revolución”. Estamos hablando de uno de los nombres clásicos de la música italiana, casi todos ocultos por la larga sombra del maestro Morricone, pero grandes músicos por derecho propio, aunque fuera necesaria una alineación galáctica como esta para conseguir darse a conocer.
El sencillo carácter e infecciosa personalidad de esta banda sonora ha quedado más que oculta tras elementos externos, y el perfecto desarrollo de sus elementos locales tampoco la han ayudado demasiado. Sin embargo es una de las mejores muestras del estilo mediterráneo, ese gusto por la melodía y las emociones que se echa tanto de menos en la actualidad, especialmente cuando transmite también los sentimientos de sus personajes, incluso antes de que ellos los sepan.
Ediciones discográficas
Existen varias ediciones europeas, por parte de CAM, disponibles y fácilmente encontrables, aunque probablemente sea la edición americana de Hollywood Records la más sencilla de poder localizar y a un precio realmente asequible. Presenta unos 45 minutos de música de la película junto a poemas de Neruda leídos por conocidos admiradores del poeta (eso sí, en inglés), como Julia Roberts y Sting. Tanto por la música como por la poesía, así como la facilidad para poder encontrarla, la convierten en mi edición favorita.
–
Anterior entrega de Las grandes B.S.O.: “Tiburón”, de John Williams.