Un reciente estudio sobre la relación de los universitarios riojanos con la música ha alborotado los medios. El martes pasado, “El País” “destacaba en su cabecera que el 72% de los estudiantes no conocía al grupo Wilco”. Pero en el mismo periódico, Diego A. Manrique prefiere quedarse “con otro dato: solo un 1,3% compra discos regularmente. Ni me asombra ni me indigna. Llevo demasiados años observando el consumo musical en España y la única constante es la indiferencia de la mayoría de los nativos”.
Después de recordar lo que sucedía décadas atrás, Manrique no cede al pesimismo “Todo lo contrario. Esa minoría de melómanos españoles es actualmente más activista que nunca. Lo que en los ochenta se manifestaba en fanzines ahora se ha multiplicado en la Red: miles de blogs, páginas especializadas, foros … Desafiando trasnochadas normas de la propiedad intelectual, los aficionados construyen la memoria musical del país con esos vídeos que suben a YouTube, especialmente los que ilustran las canciones o se toman el trabajo de traducir letras en otras lenguas.”
Al final de su artículo, Manrique achaca la situación actual a “algunos fantasmas de nuestra Transición. La carencia de proyecto en lo referente a la cultura popular. La cerrilidad de sus señorías y sus funcionarios. Esa ley del mínimo esfuerzo, ese desprecio por la excelencia, que nos lleva lenta pero inexorablemente hacia el Tercer Mundo.”
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “El bendito 1,3 %”.
