«Me quedan muchas canciones por escribir. Muchos discos por grabar. Si la tradición significa acudir a la raíz, sí, estoy en ella. Aspiro a ofrecer temas que sobrevivan en el tiempo. Quiero cantar mi verdad. Y que sea una buena verdad»
Eilen Jewell regresa a España para afrontar una gira que, desde hoy, la llevará por seis ciudades. Es una posibilidad dorada de contemplar en directo a la cantautora con más presente y futuro de la música de estadounidense de raíz, en un viaje del folk al rockabilly. Eduardo Tébar conversa con ella.
Texto: EDUARDO TÉBAR.
Cataclismo. Desde 2009, el mundo es otro para los taxonomistas de la música norteamericana. La culpa la tiene “Sea of tears”, el disco definitivo de Eilen Jewell (Massachusetts, 1979). Como las tormentas de polvo de Steinbeck, la cantante y compositora de Ohio ha sacudido las raíces. Country clásico hermanado con folk, blues en esencia, rockabilly crudo. Y todo en un formato de poderío eléctrico, moderno y atemporal. En la era de Spotify, pero sin perder la leontina que le recuerda las lecciones del pasado. Porque ella aplica las enseñanzas de los inventores del rock ‘n’ roll y las damas del jazz vocal. Atended a sus letras: hacen falta muchas heridas como labios. Estirando la tradición, Eilen es el último eslabón de una cadena de féminas en la que figuran Billie Holiday, Dusty Springfield, Loretta Lynn –a la que homenajea en el proyecto paralelo Butcher Holler–, Emmylou Harris, Lucinda Williams y Gillian Welch. No se achanta ante el reto de superar su propia marca. Mientras recorre España con su banda, espera la llamada de Tarantino, con el que desea trabajar a toda costa. “Aquí me tiene, en cuanto tenga un ratito”.
¿Eres feliz cantando canciones tristes?
Sí, lo soy. Amo el blues desde que tengo uso de razón. Encuentro placentera la catarsis de cantar sobre algo que me resulta doloroso. Siempre he notado cierto triunfalismo en las canciones tristes. Un triunfalismo que supera incluso a las alegres. Si puedes hablar en una canción sobre tus problemas y dificultades, la carga emocional aumenta. No importa lo duro o tremendo que cuentes. Lo importante es que se trata de algo real.
Te entiendo. Encuentro una complicidad balsámica en los temas depresivos.
Creo que la miseria tiende a unir a la gente. Es por eso que la mayoría de las canciones son muy tristes.
Pero eres muy joven. ¿Qué te guardas para cuando tengas edad de blusera maltrecha?
Buena pregunta. Todavía no lo tengo claro. Nunca planifico mi vida a largo plazo. Me muevo por instinto. Me gustaría pensar que siempre cantaré con sinceridad lo que sale de mi corazón. No tiene sentido planificar tu carrera musical si no la sientes.
Sin rodeos, ¿escribes textos autobiográficos?
No te voy a engañar. Algunas canciones son totalmente autobiográficas, pero otras no. Cada una tiene su propia historia. Pero eso no te lo voy a contar.
Veo a fans comiéndose las uñas. ¿Se sabe algo del próximo disco?
Aún estoy dándole vueltas. Me dejo llevar por mi intuición. Por ahora no me ha fallado. Mi plan consiste en confiar en mi instinto para el próximo disco. Me gustaría que hubiera más canciones originales y menos versiones. El proceso de escritura está siendo fructífero últimamente. Como unas vacaciones para mi alma y mi mente. Aunque, al mismo tiempo, hay algo de tortuoso en todo ello. Al final, disfruto tanto de lo bueno como de lo desesperante durante la composición.
De verdad, Eilen, ¿podrás superar “Sea of tears”?
Esa es mi meta y mi trabajo. Espero conseguirlo. Lo lógico es que cada disco supere al anterior. De lo contrario, no me veo con mucho futuro en el negocio de la música. Por eso opino que la labor del músico se vuelve cada vez más compleja. Nunca ha sido fácil.
Se ha dicho que es el mejor álbum del género de los últimos veinticinco años.
Eso es un gran cumplido. Y espero que sea cierto. Pero no me corresponde a mí constatarlo.
¿Sientes que estás en el pico de una larga saga de cantautoras?
Es muy bueno pensar de esa manera, pero siento que la mejor versión de mí misma está todavía por llegar. Me quedan muchas canciones por escribir. Muchos discos por grabar. Si la tradición significa acudir a la raíz, sí, estoy en ella. Aspiro a ofrecer temas que sobrevivan en el tiempo. Quiero cantar mi verdad. Y que sea una buena verdad.
¿Cómo ves la última hornada de compositoras y cantantes norteamericanas?
Hay algunas buenas. Me gusta especialmente la música de Zoe Muth y Mary Gauthier. Pero la mayoría de las cantautoras de hoy me suenan como que están tratando de imitar a los bebés. Parece que sólo buscan un sonido muy bonito. No me gusta imitar a los bebés ni venderme como una chica guapa con guitarra. La afectación de éstas se me hace molesta. Simplemente tiendo a la empatía con los artistas que sólo quieren mostrarse tal y como son. Creo que cada músico se debe a su público. Y al público se le respeta dando lo mejor de uno mismo, desde dentro.
¿Y cómo debe ser el country del siglo XXI?
Deberíamos volver a la raíz de la música country. Menos pop comercial y más sinceridad.
¿El country te interesó antes que el blues?
Mi primer gancho musical en la infancia fue el rock ‘n’ roll clásico; el primigenio. Supongo que tengo incrustado en el alma a Buddy Holly y a grupos de chicas como The Shirelles, incluso desde antes de empezar a hablar.
Compartes ese acervo con tus músicos. El sonido de la Grestch de Jerry Miller es la pilastra de tu grupo. ¿Tiene ya cláusula de fidelidad contigo?
[Sonrisa] Bueno, la verdad, es una gozada que la parte más complicada de mi trabajo sea decidir qué hacer con el talento de mi banda. Los chicos, literalmente, puede tocar cualquier cosa. Así que la cuestión es la siguiente: ¿cuándo nos restringimos? Con frecuencia tropezamos con el viejo cliché de “menos es más”. Nos esforzamos en transmitir delicadeza, que es donde creo que se encuentra el corazón de la música. Hay una gran cantidad de misterio e intriga inherente a la moderación. Así que parte de mi trabajo es recordárselo a la banda.
¿Te convencieron ellos para grabar todo un cancionero de Loretta Lynn?
Sí, mi banda y yo nos lo planteamos hace unos tres años. Había pasado mucho tiempo desde la época en la que solíamos tocar en algunos de nuestros bares favoritos de Boston. Llegó un momento en el que los sustituimos por grandes teatros. No por delirios de grandeza, sino por el bien de nuestra carrera. No queremos perder esa chispa del principio, cuando surgía algo mágico en un garito diminuto. Así nació la idea de este proyecto paralelo. Es una excusa para volver a nuestros antros preferidos de forma anónima.
¿Por qué ella y no Billie Holiday?
En aquellos años escuchábamos constantemente a Loretta Lynn durante nuestros viajes en la furgoneta. Necesitábamos rendirle tributo creando otra banda en homenaje a ella. Nos llamamos Butcher Holler, lanzando un guiño también al pequeño pueblo de Kentucky donde creció. Poco después de formar Butcher Holler, teloneamos a Loretta como Eilen Jewell Band en un concierto que ofreció en el oeste de Massachusetts. Tuvimos un breve encuentro y nos sorprendió por la manera tan dulce y humilde con la que nos trató. Esto avivó el fuego e hizo que me convirtiera una fan a muerte. Cuando el jefe de nuestro sello nos vio tocar como Butcher Holler el año pasado, nos propuso grabar un álbum. Nos dimos cuenta de que sería una forma divertida de dar las gracias a Loretta por ser tan impresionante.
¿Con cuál de sus facetas te quedas?
Admiro su capacidad para deslizarse tan fácilmente y con tanto descaro por la poesía. No tiene miedo de decir las cosas como son. Me encanta su rol de polemista en los sesenta. Las controversias no la detuvieron en ningún momento.
¿También grabarías, como ella, anuncios para la tele?
Por un buen precio, yo hago cualquier cosa.
Aunque tu música ya vende las prendas de una suntuosa marca de ropa.
Y me parece algo bonito y divertido. Nunca me imaginé involucrada en la moda. Nunca arrasé con mi manera de vestir. A mis compañeros les parecía ridícula, como si me disfrazara de dama vieja. Así que fue una gran sorpresa para mí el hecho de verme ligada a supermodelos.
Sueles tocar versiones, pero el ‘Shakin’ all over’ es de examen. Los Who lo intentaron. Gracias al chapoteo de Joe Moretti, tipos como Pete Townshend o Wilko Johnson se decidieron a coger una guitarra.
Incluimos ‘Shakin’ all over’ en “Sea of tears” porque escuché la original, de Johnny Kidd and The Pirates. Es una canción muy rockabilly. Quería devolverla de nuevo a sus raíces. También pensé que sería divertido que la gente viese a una mujer cantando esa canción. No vi ninguna razón por la que no podría hacerlo.
¿Te atreves con todo?
Tengo que encajar mi voz y ponerme detrás de las palabras. Si no me puedo imaginar cantando las palabras, descarto hacer la versión. Y, por supuesto, la banda tiene que divertirse tocándola.
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CONCIERTOS DE EILEN JEWELL EN ESPAÑA:
13 de octubre: Rocksound (Barcelona)
14 de octubre: El Loco (Valencia)
15 de octubre: Planta Baja (Granada)
17 de octubre: El Sol (Madrid)
19 de octubre: Savoy (Gijón)
20 de octubre: Azkena (Bilbao)
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Desde aquí puedes visitar la web de Eilen Jewell.