El colaborador de EFE EME Eduardo Guillot analiza desde las páginas de “Levante-El Mercantil Valenciano” la última moda para finaciar grabaciones, el crowdfunding o micromecenazgo. “Ahora, se trata de pedir aportaciones económicas a sus seguidores para cubrir los costes de un disco. A cambio, recompensas de diverso tipo y en función del dinero donad”, escribe Guillot.
Pero el crowdfunding genera dudas, los solicitantes de ayuda no suelen desglosar con claridad los costes del proyecto, y “más de un bienintencionado fan puede pensar que le están tomando el pelo”. En algún caso, la grabación no ha sido realizada: “Josh Dibb, miembro de Animal Collective tuvo que pedir disculpas públicamente por no haber completado el disco para el que recaudó 26.000 dólares vía Kickstarter en 2009. Los mecenas se han quedado sin CD y han sabido ahora que todo el dinero acabó en una organización de ayuda a los tuaregs de Mali”.
Guillot ofrece los testimonios contradictorios de varios músicos españoles. El Turista Optimista se muestra partidario: “El micromecenazgo es un sistema maravilloso, porque no solo te apoya económicamente, sino que también te permite estar en contacto directo con tus fans”. Mientras que Maronda dice que “nunca me ha terminado de convencer el concepto de recoger pasta para la boda sin enseñar antes a los novios”. Y Pajarita (alias artístico de Norah Alexandra Vega) rechaza que sea “una nueva manera de pedir limosna”.
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