CRÓNICA DE DIRECTO
“Entre humo y tinieblas, los ingleses se apoderaban del lugar con la potencia que los ha hecho grandes”
La banda de Birmingham pasó este domingo por La Riviera madrileña para presentar en directo su último disco, “Violence”. Sin perder detalle estuvo Sara Morales.
Editors
La Riviera, Madrid
29 de abril de 2018
Texto y fotos: SARA MORALES.
El aforo completo de la sala junto al río Manzanares respaldaba la noche que los de Birmingham habían elegido para presentar su nuevo trabajo en la capital. «Violence», lanzado al mundo el pasado mes de marzo, es un disco que legitima los nuevos tiempos de Editors; que sin caer en el minimal rotundo de su predecesor «In dream» (2015) y sin regresar a los tiempos más rock de la banda con sus primeros cuatro álbumes, ha sabido ganarse un sitio en muy poco tiempo a base de una identidad propia que en directo brilló más que convincente.
“Y así transcurrió toda la velada: un goteo constante de presente y pasado intercalado que supo muy bien y ayudó a digerir la novedad.
Desde que escuchamos estas nuevas canciones, y a sabiendas del gusto de Tom Smith y los suyos por las atmósferas oscuras de pálpito eléctrico, supimos que ‘Halleluja (so low)’ —segundo single de este disco— sería la toma de contacto perfecta para romper el hielo desde el escenario. Y así fue. Entre humo y tinieblas, los ingleses se apoderaban del lugar con la potencia que los ha hecho grandes, al frente de una interpretación del tema que sirvió para encender los ánimos y constatar que el estudio y el directo a veces son fieles entre sí. Afortunadamente.
Tras ella, dos momentos para el recuerdo de la mano de su cuarto disco —»The weight of your love» (2013)— con unas bienvenidas ‘A ton of love’ y ‘Formaldehyde’, que calaron con entusiasmo entre un público ya entregado que, además de comprobar de primera mano a qué suenan los Editors de 2018, buscaban rememorar uno a uno los himnos que los han convertido en referente.
“El magnetismo de las canciones recién estrenadas enlazan y encajan con coherencia con toda la trayectoria del grupo”
Y así transcurrió toda la velada: un goteo constante de presente y pasado intercalado que supo muy bien y ayudó a digerir la novedad. Porque la banda decidió con acierto no abusar de ella desplegando en directo todo el repertorio de este último trabajo, pese a que fuera el motivo de su visita. Porque el magnetismo de estas canciones recién estrenadas, como demostraron ‘Darkness at the door’ y una coreada y victoriosa ‘Violence’, enlazan y encajan con coherencia con toda la trayectoria del grupo. De hecho, fueron las encargadas de abrir paso al gran bloque del concierto, compuesto por retazos de una historia de seis discos y un carisma excepcional: la orgánica ‘No harm’ de «In dream» (2015), con la que solían arrancar los conciertos de la gira anterior; las certeras e incontestables ‘Blood’ y ‘Munich’ de aquel debut en 2005 llamado «The back room»; la bonita y siempre bien acogida ‘An end has a start’ perteneciente al disco de 2007 del mismo nombre; y dos estrellas más que sorprendieron con su presencia no tan habitual en las noches de Editors: ‘In this light and on this evening’ interpretada preciosista al piano y ‘Eat raw meat = Blood drool’, también con momentos a las teclas y ritmo de palmas en la sala (ambas del tercer álbum de la banda, «In this light and on this evening», 2009).
Una vez de vuelta a «Violence» con una Riviera volcada y frenética, saltó ‘Nothingness’ vestida de azul. Las luces armonizaron una escena en la que Smith sacó a pasear en primer plano el potencial vocal que le define y supo concatenar demoledor con ‘Belong’, el tema más experimental del nuevo álbum donde las guitarras y los teclados se impusieron para llenarlo todo.
“El nervio de los ingleses permanece no solo intacto, sino más hambriento que nunca”
La magia envolvente de ‘Sugar’ tampoco falló anoche. Nunca lo hace. Sin embargo, acostumbrados los acólitos del grupo a una ‘The racing rats’ potentísima e infalible, sorprendieron algunos fragmentos pseudo acústicos que la transformaron en un tema más descafeinado que de costumbre, pero que hiló fino con el tempo pausado y templado de ‘Ocean of night’. Esta, elegida como falso final de la cita, cedió paso a un bis compuesto de cuatro temas tan perfectamente elegidos que, acercándonos ya al final del concierto, en ánimo se podría haber arrancado en ese preciso instante.
‘Cold’ y ‘Magazine’, dos de las perlas de este «Violence», colmaron la excelencia de su estreno. Ya sin dudas —si es que en algún momento las hubo— demostraron que el nervio de los ingleses permanece no solo intacto, sino más hambriento que nunca. Y lo mismo arrampla victorioso con hits mundiales como ‘Papillon’, el tótem atómico de su cancionero que arrasa por donde pasa y es desde hace años el momento álgido de sus directos, que se da la mano con tesituras más celestiales como las de ‘Marching orders’ con la que, esta vez sí, nos dijeron adiós envueltos en su mantra eléctrico y electrónico.