Dramas del primer mundo, de Capitán Sunrise

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DISCOS

«Pinceladas perfectamente reconocibles, variadas y llenas de colorido para un disco que no encaja en ningún estilo porque va encajando en todos»

Capitán Sunrise
Dramas del primer mundo
JABALINA MÚSICA, 2020

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Lo mínimo que se puede decir de Capitán Sunrise es que son un grupo de pop en estado puro, un grupo que en cada canción procura destilar decenas de miles de motivos que han conformado la música juvenil desde los años 60. Pinceladas perfectamente reconocibles, variadas y llenas de colorido para un disco que no encaja en ningún estilo porque va encajando en todos. Podría dar lugar, si la maestría artesanal del grupo no fuera precisa, a refritos sin gracia; pero resulta lo contrario, todo aparece nuevo y lleno de entusiasmo.

El buen degustador de pop los irá descubriendo, como en un juego de pistas. Las melodías son siempre delicadas y absorbentes, y en ocasiones les cuesta poco tirar por el juego tecnológico, así aparecen el aire tecnificado de “Luna roja” —o el vampirismo psicológico— o la explosión rompepistas con enseñanzas eurodisco de “Mientras sobrevolaba Tokio”. Baile también hay en el hit de manual que se libera en “Bésame antes de que cambie el gobierno”, entre la Motown y el bubleggum, con una letra que trata las relaciones humanas de manera amable, nada melodramática, incluso lo hace así en momentos de separación sentimental, como en la pimpante “Los dramas del primer mundo”.

Y si hay ritmo, también hay delicadeza. “La llamada ganadora” con la colaboración de La Bien Querida tiene algo de tropical, sector bossa, y la potencia en la melodía del Donosti Sound, también cercano en “Plutón vuelve a ser planeta”; mientras que, por otra parte, “Me has convertido en el mes de enero” combina imágenes petrarquistas con cierto aire country. “Spoiler de un final inesperado” adereza todo esto con unos gorgoritos a lo Morrissey que cierran la canción.

Y, alejada del resto, autónoma, tenemos “Campaña electoral”, con unos trallazos guitarreros para abrir que siguen la saga Nikis-Vegetales e incluyen coros Pegamoides, para conseguir una adictiva rodaja punk pop con La La Love You ayudando a la fiesta. En definitiva, como los buenos artesanos, Capitán Sunrise van haciendo mejores canciones cada vez, quizás no para ir adquiriendo solera; pero el instinto melódico, la variedad y las burbujas efervescentes los hacen ideales para consumir al salir la cosecha, y bien fresquitos.

Anterior crítica de discos: Bridges to Buenos Aires, de The Rolling Stones.

 

 

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