«Ahora ya, descaradamente, hemos dicho con este disco que el año que viene se cumplen veinticinco años de Doctor Divago. ¡Y se va a celebrar!»
Siempre enredados en la tradición del mejor rock español, y oteando ya su primer cuarto de siglo de existencia, Doctor Divago han grabado una de las más logradas obras de su trayectoria, «Imperio». Un disco para quienes gustan de las buenas canciones en nuestro idioma.
Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: JUAN TEROL.
Doctor Divago han logrado grabar con «Imperio» el que probablemente sea el mejor disco de su carrera, y uno de los mejores del rock español en lo que llevamos de año. Es cierto que no han sonado fanfarrias ante su lanzamiento ni los medios se han volcado haciéndose eco de la buena nueva, pero supongo que el grupo asume que eso se reserva para otras bandas, para otros artistas. No sé si les importa o no, pero uno tiene la sensación de que ellos aspiran, principalmente, a hacer buena música, y que todo lo demás es ruido de fondo. Así han sido las cosas para estos valencianos desde que iniciaron su andadura hace veinticuatro años. Convertidos –con el tiempo, el tesón y la fortaleza artística que les da atesorar una amplísima colección de canciones inolvidables y unos cuantos discos excelentes– en grupo de culto para aquellos que apreciamos el buen rock en castellano. Doctor Divago es un grupo con solera, pero todavía hay que recordarle a muchos su existencia.
En una cafetería no muy lejana del lugar en que murió la vedette Gracia Imperio, a la que cantan en una de las canciones más logradas del disco, quedo a media tarde con Manolo Bertrán, corazón, vocalista y esmerado compositor del quinteto. Ahora también copropietario de Bonavena, el sello que ha editado «Imperio»: «Son muchos años trabajando con discográficas pequeñas, la mayoría sellos de una sola persona, gente muy bienintencionada, fans del grupo la mayoría de las veces. Lo que pasa es que son discográficas que trabajan quizá con otros doce grupos más, y a su vez el responsable del sello puede que tenga un grupo, y entonces, claro, el tiempo que te pueden dedicar es escaso. Son muchos años de experiencias de ese tipo, y hace años que debería de haber dado el paso de crear mi propia discográfica. Lo pensaba, y en esas que Raúl Tamarit está con Los Radiadores, ha trabajado con otras discográficas y también está descontento, así que dijimos «pues vamos a hacerlo nosotros», siguiendo el modelo de otra gente que lo ha hecho».
¿La idea es que solo grabéis Los Radiadores y Doctor Divago?
Sí, en principio sí, no sé en el futuro, pero bastante carga supone sacar los discos de Los Radiadores y Doctor Divago. Claro, la experiencia no es muy distinta a experiencias anteriores, porque aunque trabajaras con sellos pequeños, precisamente por ser pequeños tú te encargabas de muchísimas cosas, incluso descuidabas cosas que pensabas que estaban cubiertas, como determinados aspectos de la promoción, y ahora todo pasa por tus manos. Estás saturadísimo, pero tú lo controlas todo y, al final, le dedicas mucho tiempo porque todo pasa por ti. Pero, oye, ¡que estamos contentos!
¿Vais a recuperar viejos discos de Doctor Divago que han quedado perdidos en otros sellos?
No creo que exista tanta demanda como para hacerlo [risas]. Sí que hay gente que me lo pide, pero no, de momento no vamos a reeditarlos.
¿Tienes la sensación de que habéis grabado uno de vuestros mejores discos?
Sí, seguro. El tiempo de cocción también ha estado mejor medido, se ha hecho tranquilamente. Y sí, tengo esa sensación. Además, las canciones son, creo, especialmente cercanas para lo que somos nosotros.
Hay dos canciones, que a la vez son dos de las más impactantes del disco, que se sitúan en Valencia, ‘Gracia Imperio’ y ‘Sonaba Julio Galcerá’. ¿Te gusta incluir referencias a tu entorno más próximo?
Sí, me gusta incluir referencias a la ciudad, y a esa Valencia en blanco y negro. Me resulta muy atractivo remontarme a los años cincuenta. Y en el caso de Julio es un homenaje a un músico de mi ciudad al que admiro y al que he visto tocar desde que yo era jovencito. Es un hombre que ha sido constante en la cartelera y en los escenarios de esta ciudad, aunque muchos no se hayan enterado.
Sí, eso te iba a decir, porque intuyo que poca gente sabrá quién es Julio Galcerá.
Sí, lamentablemente. El otro día en una radio comercial de Valencia me encontré con ese caso, que no sabían quién era.
Para la escena rock de finales de los setenta y de los primeros ochenta fue un personaje habitual y emblemático.
Sí, pertenece a esa vieja guardia que yo veía cuando empezaba en esto, porque él era más mayor. Entonces tocaba en Infieles, luego en Julio Galcerá y Ambientes, luego como Julio Galcerá y Mala Seguida. La verdad es que lo conocí de verlo tocar, en el año 82 o el 83. Él y Julio Bustamante eran la vieja guardia, gente constante, como Burguitos, que lo veía con el Combo Potombo y con Stilo Gráfico…
Con Castafiore Swing.
Eso es, ahora sigue tocando mucho, y me gusta verlo porque me parece que es muy bueno.
Sí, son como personajes de una Valencia rock algo maldita u oculta. Gente que ha estado al margen de las «escenas» más o menos modernas o de temporada.
Sí, eso es, y hoy están como olvidados, pero porque Valencia es una ciudad que no tiene memoria en absoluto. Por eso viene bien sacar estas canciones para recordar, porque está claro que todos olvidamos, y en el proceso del ser humano el olvido es constante.
Pero sí que ha habido olvidos importantes. Estoy pensando en Julio Bustamante, al que se le ha ignorado mucho y durante décadas, en los medios y la escena local. Y en los últimos años parece que al ser reivindicado desde medios de Barcelona se ha decidido reivindicarlo también desde aquí.
Sí, ha sido eso. Cuando yo llego al rock y empiezo a moverme, Valencia no tiene memoria de grupos de los sesenta, aquí no se habla de Bruno Lomas, o se habla como de algo prehistórico, muy lejano, cuando en realidad tiene el espíritu germinal de todo lo que hemos hecho después. Yo, por lo menos, no detecté en aquel momento que Valencia tuviera ninguna memoria de eso, quizá tenía algo de memoria de lo que eran los setenta, algo de la Valencia del barrio del Carmen, pero más allá de aquello no había.
¿Qué te atrajo de Gracia Imperio, el personaje o la historia?
Lo que cuenta la canción de que tengo una foto, es cierto, era de mi padre, la licencia es que esté dedicada, que no lo está: es una foto real, no una postal o un recorte de periódico o de revista, y el escribir la canción tira de ahí. Porque mi padre sí que me hablaba de Gracia Imperio y de cómo había muerto, porque mi padre y madre eran seguidores, iban a verla al teatro. Luego, hablando con amigos, está lo extraño de la muerte, y muy cerca de su casa está La Caverna [bar rockero y ocasional sala de conciertos], que es un sitio al que hemos ido mucho, y sales a la calle con unos cubatas de más y te preguntas dónde estaría su casa, sería esta, o aquella de allí… Hasta que van cuadrando las cosas, tienes la información y va saliendo la canción. Desde luego es una historia que tiene una canción, más allá del aspecto truculento de la historia, porque la canción obvia era esa, hablar del edificio…
Sí, el edificio maldito [se cuenta que el edificio en el que murió Gracia Imperio está maldito y suceden fenómenos extraños].
Eso es. Estos días atrás ha salido algo de un juicio relacionado con el edificio, todo aquello quise dejarlo de lado. Con la canción quería hacer un homenaje a mi padre, que murió mientras se gestaba este disco, a mi madre, que sale en la canción, a mi entorno, a mi barrio de la infancia. Sé que puede parecer localista.
No, las historias si están bien contadas acaban por ser universales. Por ejemplo, están muy bien las referencias a teatros que, por edad, nosotros no conocimos.
Me molaba mucho lo de incluir referencias al Apolo y al Ruzafa, a una época en la que había teatros. Claro, la época de los teatros no la conocí, pero sí los cines de reestreno, que es en lo que acabaron convirtiéndose los teatros.
En Valencia los cines de reestreno han acabado siendo Mercadonas…
Eso es. Es recordar también que las cosas no siempre han sido como son ahora, y eso conviene tenerlo en cuenta porque el futuro no será como es ahora.
¿Existió la noche que relatas en la canción de Julio Galcerá?
¡Muchas noches! Más que la noche son determinados tipos de personajes que se dan en la noche. La canción, en realidad, va contando toda esa categoría de personajes que van apareciendo y que están sacados de la «Divina Comedia», del infierno de Dante. El contrapunto ideal de eso, y que es lo único que en la canción aporta algo de luz y de esperanza, es que escuchas a Julio Galcerá en el viaje de vuelta y te puedes imaginar muchas cosas, volviendo de una noche de fiesta o lo que sea, y me apetecía contarlo y sacar a Julio, pero no haciendo una reivindicación al uso diciendo qué bueno es, porque eso no habría tenido sentido y yo no habría sabido hacerlo bien, sin embargo sí poniéndolo en mayúsculas comandando un estribillo.
Mira, de pronto he pensado que Julio Galcerá ejerce en la canción un poco el papel de Eric Burdon en ‘Una noche sin ti’, de Burning.
¡Ah! No lo había pensado. [Comienza a recordar la canción y la canta] No lo había pensado, pero sí.
Otra historia real en el disco es la de ‘Barney Ross’.
Sí, las canciones muchas veces te llegan. Un día apareció un amigo mío con un libro que había encontrado por casa, una edición vieja, de finales de los sesenta, que se llamaba «El demonio de las drogas» y que era la autobiografía de Barney Ross, y me lo pasó porque sabe que soy aficionado al boxeo. El libro lo dejé en la librería y se quedó allí hasta que me animé a leerlo, y me impresionó esa historia tan típica del sueño americano: el chico del gueto que acaba siendo campeón del mundo, y luego estaba la historia de su adicción a la morfina. Por otro lado, me encontré con otro amigo, este de la infancia y al que no veía desde los tiempos de la Comunión, ahora es muy cinéfilo, y hablando de una medicación que tomaba le dije que estaba leyendo la biografía de Barney Ross y él me habló de una película sobre él y me la grabó, y aunque ya tenía la canción casi hecha, la película me ayudó a completarla. Fue por eso, pero también porque en muchos discos meto un guiño pugilístico. A veces el guiño nadie lo reconoce, pero algunos están sacados del boxeo.
Eres muy aficionado.
Bueno, soy más aficionado desde un punto de vista histórico que técnico, aunque me gusta ir a veladas y controlo un poco, pero me interesa más la historia del boxeo. Lo he contado muchas veces, pero mi padre era aficionado al boxeo, llegó a practicarlo, yo heredé la afición desde esta perspectiva. Además, en mi infancia leí muchas revistas sobre boxeo que tenía mi padre y la literatura pugilística ocupa un lugar importante en mi lectura. Dices que hago referencias a cosas, pero no siempre las he hecho, ha sido en los últimos discos, los cuatro o cinco primeros discos estaban más blindados, de alguna forma he ido saliendo afuera.
¿Por timidez?
Puede ser, antes era más intimista, ahora empleo más elementos externos, utilizo algunas referencias de mi entorno o culturales, lo que sea, antes estaba superblindado a eso, no lo sabía trabajar, sin embargo son recursos que quedan muy bien.
Cuando ya llevas un buen número de canciones compuestas, y tú llevas más de cien, ¿es difícil escribir canciones nuevas, o que te suenen nuevas?
Es difícil si te lo planteas con un nivel de autoexigencia, es decir, no repetirte en la temática, en las formas de contar, en los giros que incluso emplees al hablar. Pero sí, es difícil no repetirse, con el tiempo cuesta más. Yo al principio hacía muchas canciones, porque en los primeros años que me dediqué a esto estaba todo el tiempo componiendo. Ahora compongo, grabo el disco, me dedico a la promo, salgo de gira… Ahora mismo no estoy componiendo, y me molaría estar componiendo todo el tiempo, porque tendría más material y podría hacer una criba más intensa, pero es lo que hay.
«A lo largo de estos años hemos tocado por toda España, creo que los únicos sitios en los que no hemos tocado han sido Canarias y Extremadura»
Seguís siendo fieles desde hace bastantes discos al mismo productor, Dani Cardona, ¿no apetece cambiar y ver si alguien puede tener una visión diferente y puede aportar algo distinto al grupo, o sois un equipo cerrado?
La verdad es que siempre hemos estado cómodos con él, hemos trabajado a gusto y las grabaciones y los proyectos discográficos de Doctor Divago son algo muy de andar por casa y se trabaja con lo que se tiene. Es como si me preguntas si no sería más interesante hacer producciones más ambiciosas, con muros de sonido de Phil Spector, y sí, vale, pero esto lo tengo que tocar en directo, y no puedo ir con todo eso, y menos hoy en día, que casi que la gente está yendo solo con la acústica. La cuestión es que hemos estado cómodos y en los últimos años no hemos buscado otro productor. Con Dani el resultado es bueno y él no enfoca cada producción igual, en ocasiones nos ha puesto a todos a tocar en directo, otras veces ha decidido que lo hagamos por separado o que para determinada canción grabe primero yo y no con el método tradicional de grabar primero la batería e ir llenando con pistas. Como siempre ofrece algo nuevo, siempre quedan ganas de volver con él.
¿La pobreza en la que os movéis, la propia de un grupo autogestionado, os impone límites musicales en el momento de grabar o como dices no quieres grabar algo que no puedas llevar al directo?
No es solo no poder llevarlo al directo, es hacer algo que sea fiel a lo que vas a hacer en directo.
¿Pero pensando en un tema, de pronto no imaginas que te gustaría grabarlo con una orquesta o con un cuarteto de cuerda?
A lo largo de nuestra historia ha habido puntualmente algún cuarteto de cuerdas, alguna sección de vientos, algún violín, pero siempre hay limitaciones que hacen que te plantees las cosas de una forma más restringida que si contaras con un presupuesto ilimitado, obviamente.
En realidad, son límites a la imaginación, ¿no?
Pues no sé si son límites a la imaginación o que te tienes que buscar la vida para hacer las cosas como puedes, lo que supone un esfuerzo de imaginación mayor, porque ese sonido de una trompeta tienes que ver de sustituirlo por otras texturas, a lo mejor con pedales de la guitarra. No es que se pongan límites a la imaginación, sino que se la obliga a ir por otros caminos.
¿Hasta qué punto Doctor Divago eres tú?
Hasta qué punto… Bueno, soy el autor de las canciones, el que ejerce de portavoz del grupo, y claro, la identificación conmigo es muy grande, pero hay que ensayar, hay que tocar en directo y hay que juntarse y yo no tomo las decisiones musicales unilateralmente, algunas sí, obviamente, las que corresponden a letras, a esqueletos de canciones, pero en el local de ensayo el trabajo es muy participativo.
¿En Doctor Divago no puede aparecer alguien que no seas tú con una canción?
Supongo que sí, pero no se ha dado el caso.
¿No se ha dado porque los roles están muy definidos?
Supongo, sí. Pero a ver, en los primeros tiempos había canciones de Agustín, que era el guitarra, hizo dos o tres en los tres primeros discos, y algo firmé con el bajista de entonces, Miguel. Ten en cuenta que llega un momento, en el año 98, que Manolo Contreras, el bajista, y Agustín Sanz, el guitarra, se van del grupo, con lo cual medio grupo se va un poco al carajo. Se queda Wally, batería, que no es compositor, Chumi, armonicista, que no es compositor, y se busca gente para completar la banda, y de esos que han venido, igual sí que en algún momento podrían haber hecho canciones, porque hacían canciones para otros grupos, pero no se ha dado el caso. Pero nunca me he negado en rotundo, aunque sí que hay un universo lírico muy definido, y a lo mejor es difícil entrar con canciones para que encajen. En todo caso, jamás me he negado a aceptar ninguna canción que hayan traído. Es que no han traído. Puede ser que alguna vez, y ha pasado, que yo haya terminado haciendo una canción por alguna cosa que ha sugerido alguno de mis compañeros.
¿Tú vas con la canción tocada con guitarra acústica y os ponéis a trabajar entre todos con ella?
Sí, la llevo en acústica y siempre con la letra terminada, porque no me gusta ir con la letra sin acabar, ya que me parece importante que el músico que va a tocar sepa lo que está diciendo la canción. Aunque luego el arreglo vaya a ser el mismo, no es lo mismo arreglar sobre una determinada palabra que sobre otra. Me parece importante. Sé que hay gente que deja la letra para el final, pero yo no me siento a gusto así.
Se os considera eslabón de la tradición del rock español, y tú a la vez eres un buen conocedor de la historia del rock español, ¿es cierto que vuestros referentes son esencialmente españoles o no?
No, no solo. Tenemos muchos referentes anglosajones.
¿New wave, y músicas de los sesenta y los setenta?
La new wave es un referente muy claro, en el grupo hay gente que igual no es tan fan del pop español como lo soy yo, que vienen del garaje o del sonido sixtys, o del punk. Nuestros referentes son mucho años sesenta, que es inevitable, y hay muchos grupos ingleses, estadounidenses y australianos que nos gustan. También italianos o franceses, pero se conocen menos, Celentano me mola. Cuando empecé a tocar, un grupo que me gustaba muchísimo eran los Doors, es un grupo que me ha marcado mucho, y las letras de Jim Morrison me gustaban mucho. Otro grupo fundamental en mi formación son los Beatles, yo soy muy beatleliano, me impresionan mucho. Ahora en el repertorio tocamos una versión de Eric Burdon, bueno, de los Animals, ‘We’ve gotta get out of this place’, es de Barry Mann y Cinthia Well.
¿La cantas en castellano o en inglés?
[Risas] ¡Hago un guiño a la versión en castellano de Lone Star! Es una canción que he escuchado mucho tanto por los Animals como por Lone Star.
Revisando entrevistas contigo, siempre en algún momento se comenta el tiempo que lleváis en activo: diez años, quince años, veinte años… El año próximo vais a cumplir los veinticinco, ¿estás un poco cansado de estas referencias?
Antes sí, pero ya no. Antes me llegaba a molestar, porque Doctor Divago, no sé porqué motivo, ya era un grupo veterano con el segundo disco, cuando hoy muchos grupos de mi entorno llevan un montón de discos y todavía son promesas, y no sé porqué nosotros ya éramos veteranos. Puede que por entonces los grupos no duraran demasiado, y veníamos de una época en la que Glamour, Interterror o La Resistencia no habían durado demasiado. No había grupos que duraran, y hasta los noventa no empieza a haber bandas con más años, como Las Máquinas, o más tarde Polar o La Habitación Roja. ¿Puede ser eso? No lo sé, no soy un buen analista de esto. Desde el segundo disco se empezaron a usar adjetivos como veteranos, incombustibles, y llega el tercer disco y se sigue igual y se van sumando epítetos de esas características, y a lo mejor llega un momento que el propio grupo empieza a contar los años que lleva, con lo cual se produce una retroalimentación para que siempre se citen los años. Ahora ya, descaradamente, hemos dicho con este disco que el año que viene se cumplen veinticinco. ¡Y se va a celebrar!
Sabes que trato de observar la escena valenciana desde fuera, pero tengo la sensación de que habéis sido un grupo bastante ignorado o poco apreciado por los medios locales.
No lo sé, habría que ver medio a medio, con algunos me he sentido muy arropado y con otros bastante poco, pero no podría generalizar, es verdad que hay casos puntuales que no voy a citar. Ya sabes lo que suele pasar: pocas veces los grupos valencianos somos protagonistas en los medios de aquí, parece que eso quede mal, no viste, recibimos trato de secundarios la mayoría de las veces. Sin embargo, bastantes veces los grupos valencianos relegados a la escena local son bastante más interesantes que los de fuera que se llevan las portadas y los especiales. Afortunadamente, no es una situación generalizada y hay medios que sí que se vacían con los grupos de aquí.
Aunque habéis tenido dificultades para salir fuera, siempre lo habéis hecho, no habéis sido el típico grupo valenciano que hace poco por salir de aquí.
Sí, hemos tocado mucho fuera, desde el primer disco, que ya salimos, y lo vimos claro porque nos daba la sensación que los grupos de aquí no salían fuera de Valencia, y eso nos molestaba. Así que comenzamos a montarnos nuestras giras, en plan un poco épico, porque se hacía lo que se podía. A lo largo de estos años hemos tocado por toda España, creo que los únicos sitios en los que no hemos tocado han sido Canarias y Extremadura.
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Doctor Divago presentará «Imperio» en directo en estas fechas:
30-XI Castellón. Veneno Stereo.
07-XII Valencia. Wah Wah.
28-XII Madrid. Fotomatón.