«¿Música de calidad apta para todos los públicos? Suena impensable, pero por qué no»
Ali Khattab
«Sin país»
NESMA MUSIC
Texto: GERNOT DUDDA.
Ali Khattab sorprendió a propios y extraños con aquel espectacular primer trabajo que publicó en 2010 con el nombre de “Al-zarqa” (morena de ojos azules). A la ya de por sí intrínseca melancolía que jalonaban sus piezas hay que añadir el hecho de que se tratara de la última producción del sello Nuevos Medios, el último de la larga y soberana lista de descubrimientos brillantes del gran y añorado Mario Pacheco: un joven guitarrista egipcio, autodidacta, nacido en El Cairo en 1977, que un buen día pasó por Jerez de la Frontera para quedarse dos años (barrios de San Miguel y de Santiago). Allí se dio cuenta de que el cante gitano puro, de verdad, era la llave para aprender a desarrollar un buen acompañamiento, un buen toque.
Y no es que acabara empapándose de flamenco, es que el flamenco fue lo que entró en él como si lo poseyera, activando sentimientos comunes con la música que él ya conocía de la orilla sur. Despertó esa cosa que todos los músicos árabes tienen más o menos dormida y que siempre acaba manifestándose: una reivindicación romántica del pasado arábigo-andalusí, cuya música goza de un altísimo poder de evocación con el “oud”, el nay, el violín o unas darbucas bien puestas, y con tan particular amalgama de escalas.
Grabado entre Madrid y El Cairo con la aportación de músicos locales de impresión, “Sin país” es una obra para escuchar con disposición de emprender un viaje en volandas en pos de esos destinos imaginados y que bien pueden llevar nombre de ‘Derviche’, ‘Alejandra’, ‘Al Osba’ o ‘Mawlana’, composiciones todas que te atrapan en su maravillosa telaraña y que se dejan disfrutar con tremenda generosidad. Son instrumentales incluso cuando un cantante como Wael el Fashny lo inunda todo de una espiritualidad inmensa en piezas como ‘Sin país’ o ‘El secreto’. O con el privilegio de contar con un violinista de la categoría de Abdou Dagher en la el tema ‘Maestro, nunca mejor dicho.
Como bien dice el crítico Pedro Calvo, se trata de un sitio nuevo, pero donde los amigos del flamenco pueden sentirse como en casa. Amigos del flamenco y de mucho más allá, añadiría yo. ¿Música de calidad apta para todos los públicos? Suena impensable, pero por qué no.
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Anterior crítica de discos: “El espíritu objetivo”, de Ornamento y Delito.