“La pátina de inmediatez, con esa factura que parece privilegiar las primeras tomas en detrimento de un rebozado que podría arruinar la frescura que siempre ha sido marca de la casa (y que ayuda a explicar por qué despachan sus álbumes como churros: seis en otros tantos años), sigue primando”
Las Ruinas
“Siesta mayor”
EL GENIO EQUIVOCADO
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Siguen fieles a su impepinable ritmo editor, a disco por año, pero al menos Las Ruinas rehúyen el monocultivo y van diversificando – en este álbum, con más rotundidad que nunca– el espectro de sus afinidades sonoras con un “Siesta mayor” (continúa la hilera de títulos ingeniosos) que encarna su versión más heterogénea hasta la fecha. La pátina de inmediatez, con esa factura que parece privilegiar las primeras tomas en detrimento de un rebozado que podría arruinar la frescura que siempre ha sido marca de la casa (y que ayuda a explicar por qué despachan sus álbumes como churros: seis en otros tantos años), sigue primando. Pero ahora se descuelgan con un reggae cortocircuitado (“Vida pequeña’), un rap sobre una base de funk rebosante de groove –en la onda de Betunizer– (‘Jam session man’) o algún viraje a latitudes meridionales (‘Fruta de temporada’) que guiña el ojo a Pony Bravo o Triana. Tampoco faltan sus dianas pop (‘Gabriel y Vencerás’, ‘Cosas tontas que hice por ti’, ‘Hacia la luz’), ni su inclinación por destilar los modismos de la nueva ola (‘Cuando el amor se va’) o la triturada herencia de Los Planetas (‘Llegas tarde’), lo que evidencia su condición no solo de ‘musicófagos’ irredentos, sino de hábiles gestores en el despacho de pildorazos de ingesta voraz y digestión ligera, tan rápida como la propia duración de sus temas. Una virtud, se mire como se mire, en tiempos tan propensos como estos a que sea -generalmente- el primer impacto el que sedimente, y no la atención al detalle. No dan brochazos sobre un lienzo que se tambalee, desde luego.
–
Anterior crítica de discos: ‘Heirloom varieties’, de Donovan’s Brain.