«Publican su nuevo álbum diecisiete años después del anterior. Pero este no es un caso de oportunismo o de nostalgia por algo que ya quedó atrás, ya que estos dos seres no han dejado de escribir juntos en todos estos años»
Mazzy Star
«Seasons of your day»
RHYMES OF AN HOUR/MUSIC AS USUAL
Texto: JONBIL.
Cuánto tiempo tiene que pasar en un grupo, sin editar nada y sin dar conciertos, para que se considere que se han separado? Pues cualquiera podría decirlo cuando le pareciera, pero el caso de Mazzy Star es diferente, y ha llevado a sus dos protagonistas (David Roback y Hope Sandoval) a publicar su nuevo álbum diecisiete años después del anterior. Este no es para nada un caso de oportunismo o de nostalgia por algo que ya quedó atrás, ya que estos dos seres no han dejado de escribir juntos en todos estos años, ya fuera en Noruega (residencia de Roback la pasada década), en California o en Londres. En directos del grupo de hace trece años incluían en su setlist temas “nuevos” que se supone publicarían algún día; ese día acaba de llegar. Diez temas con un total de cincuenta minutos que el pasado 24 de septiembre publicaban en Rhymes Of An Hour, su propio sello discográfico.
Arranca suave con la aterciopelada ‘In The Kingdom’ y continúa de esa forma durante casi todo el disco. El segundo corte, ‘California’ (ya publicada en single a mediados de julio) tiene un aliento algo más tristón y el reconocible sello ensoñador del dúo. Lo que sorprende es no encontrar ningún tema especialmente oscuro como ocurrió en sus tres primeros trabajos: en “Among My swan” (1996) estaba ‘Umbilical’, en el anterior, “So tonight that I might see” (1993), encontrábamos la turbulenta ‘Mary of silence’ y en su debut, “She hangs brightly” (1990) teníamos el tema que da nombre al disco, en la que al igual que en ‘Mary of silence’ se percibía el abandono de los Doors más psicotrópicos. En éste último trabajo han parido temas generalmente más luminosos como el que titula el disco o como el country plagado de slides ‘Flying low’, dejando algo de espacio para la experimentación y cierta oscuridad en ‘Spoon’ (en el que el maestro del folk Bert Jansch participó con la guitarra antes de fallecer en 2011) y a través del magistral cierre que supone ‘Lay myself down’, un blues insistente y transportador.
Una de las cosas que más atraen del dúo es que hacen siempre lo que quieren y de la manera que quieren. Ellos no ven extraño publicar el álbum ahora, aunque hayan pasado casi veinte años, ya que también han estado haciendo otras cosas (Sandoval con su grupo y en colaboraciones con Massive Attack y Chemical Brothers por ejemplo, y Roback produciendo a Beth Orton o escribiendo canciones y actuando para la película «Clean») y la química entre ellos sigue intacta y fresca, con el guitarrista creando las melodías y la vocalista encargándose de las letras. Se nota que el destino de estos dos es crear música pura, sin ninguna duda, y si tenemos la suerte de que la creen juntos, pues esa sensación especial y mística que nos llevamos.
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Anterior crítica de discos: “The bare bones tour: Live at The Sydney Opera House”, de Bryan Adams.