“El ascensor de Herodes’, ‘Se aniquila piso’ o ‘Eso fue todo’, algunos de los mejores temas que ha compuesto en años, resueltos sin corsés y con una bendita desenvoltura”
Fernando Alfaro
“Saint-Malo”
I’M RECORDS
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Pese a ser un reconocido especialista en auscultar las pliegues más cavernosos del alma mediante una lírica muy reconocible, a Fernando Alfaro nunca le han sentado mal los periodos de bonanza temperamental. Cualquiera que tenga dudas sobre la correlación podría perfectamente remontarse a “Tejido de felicidad” (Chewaka, 1999), su más que probable cima creativa, para aseverarlo. Su segundo álbum en solitario (tras la entente con Los Alienistas que le sirvió para zanjar sus dos proyectos grupales, Surfin’ Bichos y Chucho: palabras muy mayores) supone la colección de canciones más exultante que ha despachado en mucho tiempo, reforzada además por una producción (a cargo de Darío Vuelta) que las deja respirar con total naturalidad, amoldándose al canon expresivo del albaceteño con mayor fluidez que la supervisión de Raül Fernández en el estimable “La vida es extraña y rara” (Marxophone, 2011).
El Alfaro de 2015 prosigue por una senda de textos más terrenales, imbuidos incluso de juegos de palabras y adopción de acentos ajenos que revelan un notable sentido el humor. Ese arrinconamiento de sus proverbiales referentes líricos, que solían basarse en una adopción sui generis de las sagradas escrituras, redunda ahora en una sencillez que encuentra su correlato sonoro entre el pop de muchísimos quilates (‘Saariselka stroll’) y el vendaval rock (‘La luna aplastada’, con guitarra casi noise de David Rodríguez). Y entre medias, ‘El ascensor de Herodes’, ‘Se aniquila piso’ o ‘Eso fue todo’, algunos de los mejores temas que ha compuesto en años, resueltos sin corsés y con una bendita desenvoltura. Dicen que quien tuvo, retuvo. Y él, desde luego, retiene.
–
Anterior crítica de discos: “Saturns pattern”, de Paul Weller
