“La tinieblas de los Cure de ‘Disintegration’ (1989), el post punk menos fibroso, el shoegaze o el dream pop evocan huellas que pueden rastrearse en su música”
Blacanova
“Regiones devastadas”
EL GENIO EQUIVOCADO
Texto: Carlos Pérez de Ziriza.
Hay al menos un par de cosas que justifican que a los sevillanos Blacanova se les sitúe en el mapa de la independencia hispana más prometedora. Por una parte, su traslación al castellano de un imaginario sonoro meridianamente anglosajón, repleto de brumas que se verbalizan de una forma que le resulte familiar y cercana a su receptor más evidente. En ese sentido, podrían hasta sintonizar con una versión actualizada del primer Antonio Luque, su paisano Sr. Chinarro.
Por otra, lo difuminado de sus contornos estilísticos, esa suerte de nebulosa que (curiosamente) nunca redunda en la falta de foco de sus composiciones, pero sí en la gozosa dificultad de adscribirlas a un modus operandi concreto, rehuyendo así al encasillamiento. La tinieblas de los Cure de “Disintegration” (1989), el post punk menos fibroso, el shoegaze o el dream pop evocan huellas que pueden rastrearse en su música, pero de una forma integrada en un único discurso, sin evidenciar costuras ni suscitar que nadie ponga el grito en el cielo ante cualquier semejanza con patrones ajenos.
Y a la altura de este tercer álbum, se intuye que no habrá marcha atrás. “Regiones devastadas” es un disco que juega a proponer varios estados de ánimo que acaban siendo uno mismo, más que canciones de combustión instantánea. Y a fe que lo consigue.
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Anterior crítica de discos: “Lo nuestro”, de Christina Rosenvinge