«Seguramente, Alis nunca ha sonado tan clásico como ahora, pero el clasicismo le sienta bien y la contención instrumental, igual»
Alis
“Recopilación de excesos emocionales”
WARNER
Texto: JUANJO ORDÁS.
El nuevo disco de Alis es un híbrido en formato de doble cedé. Por un lado contiene un recopilatorio para el que ha regrabado canciones de su repertorio junto con invitados (Iván Ferreiro) y por otro un nuevo disco en toda regla. No sé hasta qué punto uno eclipsa al otro, pero degustar un cedé detrás de otro es una comilona deliciosa. Tal vez un poco excesiva, pero deliciosa. Y qué diablos, uno siempre puede partir la escucha que para eso viene bien delimitada en sendos cedés.
En la primera parte junto a amigos, uno puede recorrer lo que hasta ahora ha sido la trayectoria de este hombre con un sonido puesto al día aunque, las cosas como son, su alta capacidad como ingeniero y productor ha permitido que todos sus discos suenen de lujo, por lo que tal vez la idea era preparar una mera celebración que al final resulta ser una fiesta por todo lo alto. La composición de piezas como ‘Cuando el sol nos dé calambre’ o ‘Resérvame el mejor abrazo’ no están al alcance de cualquiera, y es que Alis sigue siendo uno de los pocos nombres jóvenes a tener en cuenta en el panorama español.
Sin duda, el disco recopilatorio funciona muy bien como entrada a su mundo de canciones pop de sonoridades indies, pero lo mejor es la segunda parte, esos ocho nuevos temas producidos y tocados por él mismo en los que nos presenta una nueva faceta madura, reflexiva, quizá líricamente más intimista que nunca pero sin olvidarse de lo que ha hecho de él un artista tan respetado. Me refiero, obviamente, a unas canciones que siempre encuentran la mejor de las melodías sin dejar de sonar a música de autor, encontrando el perfecto equilibrio entre comercialidad y seriedad autoral. Una vez más, eso es algo que no está al alcance de cualquiera.
“Recopilación de excesos emocionales” no es un disco alegre, precisamente es bastante otoñal, pero eso le dota de un carácter imperecedero. Seguramente, Alis nunca ha sonado tan clásico como ahora, pero el clasicismo le sienta bien y la contención instrumental, igual.
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