«Fuster sigue dando rienda suelta a su manera de entender la vida en El Ser Humano, una aventura repleta de ciertos toques elitistas y particularísimos»
El Ser Humano
«Pyla pan»
MALATESTA RECORDS
Texto: CÉSAR CAMPOY.
En el vigoroso y frondoso vivero en que se ha convertido, en los últimos tiempos, el universo pop sonoro valenciano, personalidades como las de Gonzalo Fuster son imprescindibles. Por razones estrictamente musicales (faltaría más), y por otras que van mucho más allá, y que tienen que ver con aspectos de identidad, de pose bien entendida. Pieza angular de proyectos tan interesantes como Trinidad y Ontario, Fuster sigue dando rienda suelta a su manera de entender la vida en El Ser Humano, una aventura repleta de ciertos toques elitistas y particularísimos, que añaden prestancia a una escena viva, en pleno proceso de madurez, camino de un cosmopolitismo entendido desde lo local (las referencias, en sus textos, a otras bandas valencianas como Maronda, Dwomo o Sokolov).
«Pyla Pan» es un paso de gigante en esa senda emprendida por Gonzalo. Un considerable avance después de aquella primera referencia homónima, también editada por Malatesta, mucho más difícil de asimilar. En esta ocasión, lo meramente acústico ha dejado paso a una mayor querencia por lo eléctrico, a partir de la batuta incontestable de un Dani Cardona que se antoja crucial en todo el proceso creativo, interpretativo y técnico de un disco convertido en delicatessen altamente digerible (‘Hace dos días’), agridulcemente optimista (‘Canciones de Dwomo’), que suena a banda rabiosa (‘Mis decepciones’), pero que se convierte en monumento a la personalidad de Fuster: esa voz, inconfundible; esos vicios compositivos, definidos. En definitiva, un mundo interior tan íntimo (‘Nací sordo’), que es brindado con un afán tan exhibicionista (‘Dame un beso’), que a la segunda escucha acaba por atraparte.
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