Discos: “New”, de Paul McCartney

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«Uno de los discos del año, porque el hueso es dorado, las canciones están bien armadas y McCartney es ejemplo de rock maduro y brillante»

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Paul McCartney
“New”
UNIVERSAL

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Es increíble que Paul McCartney siga en este estado de forma. No solo no tiene problemas en juntarse con generaciones más jóvenes de músicos y seguirles el ritmo (esa potente ‘Cut me some slack’ junto a los miembros supervivientes de Nirvana para la banda sonora de “Sound city”) sino que sigue grabando discos notables que se insertan sin problemas en la actualidad.

A veces uno piensa que Paul va a tener que vivir siempre bajo la leyenda de Lennon, especialmente de cara a esos fans que piensan que este último era algo así como Jesucristo, pero lo cierto es que habría que comparar discografías. Al margen de ello, “New” suena a eso, a nuevo, a actualidad. Tampoco es algo raro. A McCartney le gusta vivir en el presente: ahí está su proyecto semielectrónico vanguardista como The Firemen junto a Youth, su asociación con Nigel Godrich (productor de Radiohead) para su disco “Chaos and creation in the backyard” o este mismo “New”, en el que ha contado con cuatro productores, siendo tres de ellos Mark Ronson, Paul Epworth  y Ethan Jones, renovadores del pop inglés, más Gilles Martin, hijo del legendario George Martin. Ellos se reparten la tarea de trabajar codo con codo con McCartney, dando forma a un disco tremendamente inspirado y actual. Muy actual.

Suena ‘Save us’ y vaya riff. Dinámico, plástico, con unos coros góspel que hace de la pieza algo casi apocalíptico que va a tono con su título. Esa es la grandeza del disco, que suena a pop clásico pero puesto al día desde el estudio de grabación. Hay texturas que solo gente joven podría haber aportado, pero la personalidad de McCartney es tal que estas colaboraciones no dejan de ser eso, colaboraciones limitadas a hacer su trabajo. Solo con las progresiones de acordes de cada canción el ex Beatle deja claro quién lleva las riendas. Es que hasta la experimentación más radical es de agradecer, haciendo que ‘Appreciate’, ‘Road’ y ‘Looking at her’ suenen muy sexys. Es curioso, pero solo con esas tres, McCartney ha conseguido sonar más innovador que Bowie en su notable “The next day”. Hay clasicismo, claro que sí: ‘On my way to work’ es sesentera, británica, ‘Early days’ y ‘Turned out’ son la esencia folkie de Paul modernizada.

Sin duda, es uno de los discos del año, porque el hueso es dorado, las canciones están bien armadas y McCartney es ejemplo de rock maduro y brillante.

Anterior crítica de discos: “Hang your hopes on crooked nail”, de Rod Picott.

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