«Echo & The Bunnymen nos dejan con la sensación de llevar el piloto automático activado y con la luz en rojo desde hace ya tiempo»
Echo & The Bunnymen
«Meteorites»
429/CAROLINE/MUSIC AS USUAL
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Sorprendió positivamente que en 1997 los Echo & The Bunnymen volvieran (tras una década de mutismo, solo roto con aventuras individuales) con un álbum tan brillante como fue aquel «Evergreen». Desde entonces, el asombro ha ido gradualmente dando paso a la rutina, con trabajos que cada vez destilan un aroma más administrativo, como una mera forma de ir despachando hojas del calendario sin que nada realmente relevante sacuda un repertorio que, no nos engañemos, deposita su mayor porcentaje de «highlights» en un pasado ya bastante lejano.
Este «Meteorites» no es una excepción a la regla. Ni arruinará el recuerdo de su legado ni entusiasmará al más irredento de sus fans. Tampoco la producción de Youth (Killing Joke, The Verve, Marylin Manson), con su profundidad de campo marca de la casa, contribuye en demasía a realzar un temario marcado por la discreción, pese a aciertos puntuales como ‘Holy Moses’ o ‘Lovers on the run’. El tándem nuclear que forman Ian McCulloch y Will Sergeant mantiene las señas de identidad de su banda, pero nos dejan con la sensación de llevar el piloto automático activado y con la luz en rojo desde hace ya tiempo. Quizá demasiado.
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Anterior crítica de discos: “The man upstairs”, de Robyn Hitchcock.