“Falta, eso sí, el otro hit, ‘Elvis me telefoneó’, pero aun sin él es un disco absolutamente disfrutable para todo los seguidores de ese pastiche hispano de mitología subcultural, desde Un Pingüino en mi Ascensor hasta Airbag”
Los Reactivos
“Los Reactivos plays Los Vegetales”
SUBTERFUGE
Texto: CÉSAR PRIETO.
Los Reactivos, trío castellonense de furioso y adictivo punk acelerado, recrean las canciones de unos de los maestros del género, si no los creadores sí los que sentaron las bases de lo que en los noventa iba a desarrollarse como una escena de guitarras afiladas y letras adolescentes. Sí señor, en genial bucle o vuelta a las fuentes, los Reactivos interpretan las canciones de los Vegetales, aquel grupo que Nacho Canut diseñó paralelo a Dinarama para desarrollar su gusto por las descargas ramonianas y la cultura de saldo. El tercer puntal del grupo era el amateurismo total, sin concesiones. Nunca llegaron a sacar ningún disco aunque sí que grabaron un elepé que aún está en el limbo. Fue Subterfuge, muchos años después, quien hubo de recuperar en un cedé sus maquetas.
Sin el mismo contexto, las canciones representan valores muy diferentes, claro, el pop español ya no es el absoluto páramo postmovida en el que solo ciertos francotiradores intentaban conservar el espíritu de diversión y fantasía. La estética que aquí recuperan los Reactivos ya es institucional y establecida, pero sigue habiendo el mismo espíritu de disfrute, sin ir más allá.
Las dieciséis canciones que escogen poco más pueden dar de sí, es imposible hacerlas más básicas y cualquier recargamiento las estragaría, así que inteligentemente las ejecutan con un casi total mimetismo, puede que ‘Odio el verano’ tenga un aire más estival, a lo Formula V, o ‘El sol no es para tanto’ vea potenciado su carácter rockabilly, pero en general son canciones a las que poco más se puede cambiar.
Ahí están los grandes éxitos, el ‘Mi novia es una zombie’ que traspasaron al último disco de Dinarama o el ‘Atraco a las tres’ que apuntala su reconocido amor por el cine de los sesenta. También el cómic en ‘Vampirela’ y ‘Estela plateada’, el cine de catástrofes en ‘Tiburón XIII’, acordes ramonianos a manta y una parodia de los adolescentes reconvertidos en tópico que a veces da pequeñas y escondidas joyas como ’17 años’. Falta, eso sí, el otro hit, ‘Elvis me telefoneó’, pero aun sin él es un disco absolutamente disfrutable para todo los seguidores de ese pastiche hispano de mitología subcultural, desde Un Pingüino en mi Ascensor hasta Airbag.
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Anterior crítica de discos: “The Monsanto years”, de Neil Young.