Discos: “Live from KCRW”, de Nick Cave and The Bad Seeds

Autor:

«Una sesión de radio memorable que explota el repertorio de Cave sin ningún complejo»

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Nick Cave and The Bad Seeds
“Live from KCRW”
BAD SEED LTD

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS .

 

 

Cuando uno escucha un nuevo disco de Nick Cave debe partir del hecho de que este puede hacer lo que le apetezca. Entre bandas sonoras, la creación de Grinderman como una cruda escisión de los Bad Seeds, también álbumes con estos últimos, novelas y guiones para el cine, su universo no ha dejado de expandirse.

Es más, musicalmente se ha ido entremezclando más y más hasta no saber quién es el Nick Cave líder de los Bad Seeds y quién el Nick Cave líder de Grinderman. Parecía que haber paralizado a estos últimos y la edición de un nuevo álbum con los segundos –el soberbio “Push the sky away”– amalgamando nuevos sonidos e ideas que a su vez entroncaban con sus primitivos comienzos solistas de principios de los ochenta indicaban que los Bad Seeds volvían a ser su prioridad. Pero sus facetas siguen mezclándose y “Live from KCRW” es buen ejemplo de ello. Como decíamos al comienzo del texto, lo mejor es aceptar que la tinta negra con la que Cave escribe es una piscina de demonios en los que da igual qué formación le acompañe y qué canciones toque, siempre que empuñe él la pluma.

Este disco en directo se enuncia como un trabajo de Nick Cave and The Bad Seeds, aunque los Bad Seeds que le acompañan son aquellos de los que también se sirve para grabar y girar como Grinderman con el añadido en esta ocasión del siempre exquisito Barry Adamson, todos unidos para una sesión de radio memorable que explota el repertorio de Cave sin ningún complejo.

La idea era aproximarse a una selección de canciones desde una óptica tranquila y descargada de ornamentación, por lo que reducir su poblada banda a solo cinco músicos contando con Nick era parte del leitmotiv de la grabación. Sobra decir que sus diez canciones (doce en vinilo) son diez piezas delicadas y distinguidas, rica miel amarga ‘Jack the ripper’ como ácido final. El presente viene de la mano de las cuatro pertenecientes al mentado “Push the sky away”, el pasado en forma de ‘Stranger than kindness’ y una ‘The mercy seat’ radicalmente desnuda, dejando espacio para la reivindicación con ‘Far from me’ y ‘No more shall we part’, canciones pertenecientes al comienzo de una madurez que indicó el camino a seguir hace más de quince años.

Anterior crítica de discos: «Reno», de Reno.

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