«Exhiben una desacomplejada confianza en sus propias posibilidades, sin temor a prejuicios ni encorsetamientos»
La Habitación Roja
«La moneda en el aire»
MUSHROOM PILLOW
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
El trayecto de los LHR post-Albini es lo más parecido al fruto maduro de la perseverancia. Tras haber transitado no solo a otro continente, sino al más espinoso extremo con el que su proverbial sonido podía toparse, una serie de circunstancias les han llevado en sus últimos tres discos a subirse en una especie de montaña rusa, a veces con billete de ida y vuelta a su propio pasado («Universal», en 2009), en el que todo parece permanecer igual que antaño aunque en el fondo lo que resulte sea, inevitablemente, diferente.
Quizá el principal punto de fuga con respecto al refulgente «Fue eléctrico» (de 2012, seguramente su cima junto a «Nuevos tiempos», de 2005) sea aquí esa sensación de celebración vital que exudan, con muchos matices, sus once canciones. Su arrinconamiento de cierta «angst» que anidaba en el ánimo de aquel disco, y la desacomplejada confianza que exhiben en sus propias posibilidades, sin temor a prejuicios ni encorsetamientos ajenos. La que les ha llevado a bascular entre el pulso explícitamente bailable de ‘De cine’ o el baladón a tumba abierta que es ‘Si tú te vas (magnífica desolación)’: que ambos hayan sido escogidos como singles da fe de las intenciones de una banda que tiene menos reparo que nunca en mostrar las cartas de su baraja.
Entre ambas esquinas de su manual, hay espacio para las filias marca de la casa (The Smiths en los arpegios de ‘No quiero ser como tú’, R.E.M. en el estribillo de en ‘En busca del tiempo perdido’ o The Cure en los albores de ‘Quedas tú’ y New Order en sus estertores), para la combinación entre desnudo sentimental y permeabilidad social y para un mayor protagonismo de los teclados ante las guitarras, oxigenando un credo expresivo que aquí puede resumirse en el sencillo adagio del suma y sigue.
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Anterior crítica de discos: «South», de Blackie & The Rodeo Kings.