“En su voz está la cuestión. O te seduce, como es mi caso, o directamente te empalaga en ese eterno susurro. Y eso es bueno. Los artistas que no provocan sensaciones neutras son los que valen la pena”
Fabián
“La fe remota”
LA VIEJITA MÚSICA
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Situar a Fabián es fácil. Él es un cancionista. Vamos, lo que venía siendo un cantautor pero con algo más o con algo menos. Dice la tan utilizada –y a menudo errónea– Wikipedia que los cantautores incorporan a sus letras temáticas sociales o políticas. Esa clase se la saltó el leonés, que prefiere dedicar sus textos a los sentimientos, a las emociones. Como él asegura en el texto promocional que acompaña al disco, esas que van de la “desazón más angustiosa a la felicidad más sincera”.
Es además Fabián un músico de esos que no deja a nadie indiferentes. En su voz está la cuestión. O te seduce, como es mi caso, o directamente te empalaga en ese eterno susurro. Y eso es bueno. Los artistas que no provocan sensaciones neutras son los que valen la pena. Y Fabián es uno de ellos.
Artista de largo recorrido, este “La fe remota” es ya su quinto larga duración, al que hay que añadir su EP de debut “Plegarias” (2006). Un álbum titulado a conciencia con palabras que van entre lo místico y lo terrenal. Porque la fe, aunque queramos negarlo, tiene algo de terrenal cuando es un sentimiento totalmente humano. De hecho, a menudo se confunde con la esperanza, también etérea pero permanentemente presente. Fabián Díez Cuesta tiene fe en algo remoto, algo que no acierta a definir pero que marca la cadencia de sus canciones, pero sobre todo la tiene en el poder del afecto, la ternura, la piedad o incluso la tristeza. Por eso trata con mimo sus canciones. Se llamen ‘Turista’, ‘Sálvalo’ o ‘Gorriones’. Trabajadas con la única ayuda de José E. López, que además coproduce el disco también. Como si no quisiera que nadie picoteara en su más preciado tesoro. Ni siquiera si está haciendo una versión deliciosa de Carlos Madrid (‘Los relámpagos’), un injustamente olvidado también cancionista de Cartagena. Fabián sufre y disfruta haciendo el disco. ‘Herida y cicatriz’. ‘Premio y castigo’. Y eso se transmite. En cada una de sus diez canciones (once si optas por el formato digital). Y sientes cosas. “Como cuando estás solo/a y piensas que nadie te ve”.
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Anterior crítica de discos: “Django and Jimmie”, de Willie Nelson y Merle Haggard.