«Es un disfrute escuchar el disco original remasterizado y también el adicional lleno de rarezas»
Tears for Fears
“The hurting”
UNIVERSAL
Texto: JUANJO ORDÁS.
Los comienzos de la década de los ochenta en Inglaterra fueron complicados, pero produjeron tan buena música como en los setenta y sesenta. Es un hecho. Realmente, el problema de los ochenta fueron los tics de producción propios de la época, pero los grandes escritores de canciones seguían prosperando. Ahí están Robert Smith, el dúo Marr-Morrissey y también Roland Orzabal. Sin embargo, esos tics de producción que asolaron a tantos discos cada vez están más integrados en la cultura pop, dejándose de ver como algo hortera y asumiéndose como algo asimilado. No hay más que escuchar muchas de las producciones más modernas de hoy día para entender que sus raíces están en los ochenta y que son algo natural. Ello juega a favor de discos clásicos que pueden comprenderse tan bien –o incluso mejor– que en su día.
Orzabal siempre fue un songwriter a tener en cuenta, canciones como ‘Mad world’, ‘Shout’, ‘Everybody wants to rule the world’ o ‘Woman in chains’ son ejercicios de pop de autor más que de banda o dúo en el caso de Tears of fears. Pero lo cierto es que la mano de Roland Orzabal siempre fue más dominante que la de Curt Smith, continuando con la carrera de Tears for fears cuando este último abandonó y firmando un disco tan interesante como “Elemental”, hasta que ambos volvieron a reunirse con el nuevo siglo. Pero ahora es momento de regresar al comienzo, a “The hurting”, el disco de debut de Tears for fears que ahora se reedita con suculentos extras, en una versión económica de dos cedés y en otra más lujosa con un cedé más con canciones en directo y la reedición en deuvedé del vídeo en directo “In my mind’s eye: Live at Hammersmith Odeon”. Centrándonos en la edición más simple, es un disfrute escuchar el disco original remasterizado y también el adicional lleno de rarezas.
En 1983, la juventud se parte en dos, entre aquellos que adoran el culto al riff duro de las nuevas bandas de heavy metal inglesas y norteamericanas y aquellos que se dejan llevar por la melancolía de los arpegios y la nueva tecnología de teclados y programaciones. Nada que en perspectiva no se pueda compaginar pero que entonces seguramente era refuerzo de personalidades adolescentes en formación. Pese a que Orzabal fuera el escritor de todas las canciones de “The hurting” en las que expresó todo el dolor emocional de una infancia marcada por un padre postrado en la cama, Curt Smith es el perfecto contrapunto vocal a la mitad de lo temas del disco, aportando una oscuridad que curiosamente Orzabal no conseguía en las canciones que canta. La voz de Smith es inseparable de ‘Mad world’, el gran himno del álbum que ejemplifica a la perfección su espíritu: soledad, desarraigo y dolor. No, nunca fue un disco cómodo, su dureza no es musical, sino emocional.
Escuchar el cedé adicional de esta reedición tiene mucho de regresión a un momento de sesiones infructuosas en las que Orzabal y Smith saltaban de un productor a otro mientras trataban de confeccionar un disco que parecía abocado al fracaso atendiendo al escaso éxito de los singles que lo avanzaban. Todo cambió cuando “The hurting” se puso a la venta y eso es algo a rememorar, especialmente en este frío otoño con el invierno a punto de llegar. No hay mejor banda sonora, deja que los fantasmas bailen.
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