“Cory Branan tiene un rasgo demoníaco, y una habilidad con las palabras que te hará arrodillarte, puede hacer los espectáculos más salvajes y cantar tan dulce…”
Cory Branan
«The no-hit wonder»
BLOODSHOT RECORDS
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Reza la revista «No Depression» en uno de sus últimos artículos online: “Me pongo enfermo cuando la gente dice que ya no se escriben canciones country como las de antes. Abrid los ojos y los oídos. Sí se hace y Cory Branan es uno de los mejores, aunque no lleve un sombrero Stetson”. Aplastante posicionamiento de uno de los medios puntales del llamado «americana» a favor del músico de Mississippi, ahora residente en Memphis. Y es que no puede ser casualidad que alguien tan avezado en esto del country rock alternativo como Chuck Ragan considere a Branan el mejor cantautor de su generación, algo que comparten Jason Isbell, Craig Finn o Austin Lucas. «The no-hit wonder», tras su irónico título que se mofa de los artistas que únicamente viven de un single de éxito, es la confirmación, a base de canciones, de esas opiniones.
Cuarto disco de un Cory Branan que empezó a despuntar con el ya destacable «Mutt», allá por 2012, y que dos años después regresa con canciones sencillas que se mueven entre la pérdida y la esperanza, el amor y el desamor. Y es que el músico ha pasado por una etapa vital importante, con la muerte de algunos seres queridos y, sobre todo, con su boda y el nacimiento de sus dos hijos. De todo ello se nutre un disco que recuerda al Steve Earle más country en tonadas como ‘You make me’, a los Supersuckers tejanos en ‘Daddy was a skywriter’ y a los Eagles o a Poco en ‘All the rivers in Colorado’.
Tiene tiempo también para tornarse melancólico y con el traje de Gram Parsons o el sombrero de Townes Van Zandt ponerte la piel de gallina con ‘Meantime blues’ para cerrar un disco cinco estrellas que da la razón a lo que Lucero cantaban en su ‘Tears don’t matter much’: “Cory Branan tiene un rasgo demoníaco, y una habilidad con las palabras que te hará arrodillarte, puede hacer los espectáculos más salvajes y cantar tan dulce…”. Palabra de Ben Nichols.
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