«A día de hoy, el metal moderno sigue bebiendo de discos como el que nos ocupa y han pasado ya veinte años, motivo de esta reedición»
Pantera
«Far beyond driven» (reedición)
RHINO/WARNER
Texto: JUANJO ORDÁS.
Alguno se sorprenderá al encontrar a Pantera en la sección de críticas de vuestro diario de actualidad musical favorito, pero por eso mismo tiene que estar aquí, porque aunque Pantera vinieran de Texas e hicieran metal –quitad el heavy de delante, que ni hace falta ni es el caso–, fueron los renovadores absolutos del género, un género, no nos olvidemos, poco proclive al cambio. Pero ellos lo hicieron. El difunto Dimebag Darrel consiguió hacer que las guitarras de su banda sonaran duras y líquidas al mismo tiempo, logrando junto a su hermano, el batería Vinnie Paul, que el ritmo fuera agresivo y aún así escurridizo, sudoroso y caliente sin tener que aumentar el tempo. Se le puede llamar seguridad en uno mismo también.
A día de hoy, el metal moderno sigue bebiendo de discos como el que nos ocupa y han pasado ya veinte años, motivo de esta reedición. “Far beyond driven” fue la pieza final en el tríptico que forma junto a “Cowboys from hell” y “Vulgar display of power”, pero a diferencia de ellos fue un trabajo más oscuro, más denso y también un poco más tétrico. Lo cierto es que Pantera imponían respeto por sí mismos, pero cuando ahondaron en su psique colectiva es cuando más aterrorizaban. Títulos como ‘I’m broken’ (‘Estoy roto’) y ‘5 minutes alone’ (‘5 minutos solos’) resultaban especialmente intimidatorios cuando eran Pantera quienes los escupían con el bramido abrasivo de Phil Anselmo, un fantástico cantante al que la controversia le otorgaba un aura de peligrosidad morbosa y cuyo poderío vocal estaba fuera de toda duda.
Pantera no se caracterizaban por escribir más material del que solían emplear en sus discos, lo que hace de cualquier reedición un «remake» de “En busca del arca perdida” y en este caso el tesoro es un cedé con el concierto que dieron en el metalero festival de Donington de 1994. Está bien que el contenido adicional se centre en la música y no en el socorrido deuvedé: hay que recordar que los bonus en formato exclusivamente sonoro son deliciosos y que siempre se disfrutan tanto o más que el contenido audiovisual. La calidad del show es muy buena y su set list es un buen repaso a la carrera de la banda, con temas clásicos de sus dos anteriores trabajos y, cómo no, también de “Vulgar display of power”, aunque curiosamente de este álbum obvien momentos importantes como las ya mencionadas a favor de otros que desde luego merecen estar ahí como la salvaje obertura de ‘Use my third arm’. Por supuesto, también suenan clásicos como ‘Walk’, ‘This love’ y ‘Cowboys from hell’, dando formar a un repertorio de nueve temas bastante equilibrado con respecto a lo que entonces era Pantera.
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Anterior crítica de discos: “Juventud infinita”, de Novedades Carminha.