«Solo son cuatro temas, pero no hace falta más. Así, cortito, puedes escucharlo una y otra vez. Quedarte poco a poco con esas letras, con esa voz, con la densidad de ese sonido guitarrero que tan bien se adapta a las canciones de Julio Bustamante»
La Gran Alianza y Julio Bustamante
“E.P.”
COMBOI RECORDS
Texto: JUAN PUCHADES.
Solo son cuatro temas, pero no hace falta más. Así, cortito, puedes escucharlo una y otra vez. Quedarte poco a poco con esas letras, con esa voz, con la densidad de ese sonido eléctrico y guitarrero que, sorprendentemente, tan bien se adapta a las canciones de Julio Bustamante. Sí, porque lo que ha hecho La Gran Alianza ha sido homenajer al inquebrantable cantautor pop valenciano (que últimamente no para de que le rindan pleitesía; quizá hasta en exceso: ¡a ver si le va a dar algo!), adaptando dos temas conocidos suyos (una versión martilleante de ‘Amor antiguo’ y una lectura prodigiosa y hechizante de ‘Yo me rindo’) y sumando otros dos que, para la ocasión, les ha cedido el maestro: los inconmensurables ‘Una ensaimada considerable’ (de contenido social, en un viaje en el tiempo que nos acerca a la actualidad: «Donde hay beneficios, sobran los principios, / sin tener esclavos nadie se hace rico») y ‘Nosotros somos el grupo’ (que explica muy bien el sentido de esta unión entre La Gran Alianza y Bustamante). Lo dicho, el asunto funciona. Tanto que si te descuidas puedes quedarte colgado escuchándolo tres veces seguidas, ajeno al tiempo.
Lo interesante es que La Gran Alianza (que debutaron hace un par de años con un doble) no renuncia a su sonido intenso, pero este se ve engrandecido por el material tan especial que tienen entre las manos. Y, a la vez, las canciones de Bustamante muestran su permeabilidad, su capacidad de mutar y adaptarse, y eso es grandeza. A ello hay que sumar la voz de Vanessa Prado, a la que los más memoriones recordarán de su paso por esa delicada exquisitez que fue Índigo. No es Vanessa cantante de aquellas de chorro de voz presta a demostrar sus poderes, al contrario, su tesitura oscila por escalas de pop sensible, pero de músculo tenso cuando hace falta. Con ese cantar con naturalidad, con una tranquilidad que pasma y desarma, enreda al oyente inevitablemente con su sinuosa capacidad para transmitir. Te lleva donde quiere, apuntalando ella sola, por contraste, el entramado eléctrico que tejen las omnipresentes guitarras punzantes de Iván Vega.
Por su parte, Julio Bustamante suma en las segundas voces su garganta cada día más arenosa. Es como el anfitrión de una fiesta en la que se ha encargado de poner la casa, las copas y los canapés, mientras que La Gran Alianza aporta el color, la decoración y la animación. El oyente sale de la velada conmocionado, muy noqueado, porque este es un disco de los que tocan muy hondo. Como acertadamente cantan en ‘Nosotros somos el grupo’, «Afuera está lloviendo, y de lo lindo, / pero aquí dentro vamos a estar la mar de a gusto». Y es verdad, en este breve cedé se está de lo más a gustito. Apetece guarecerse en él, que es como un excelente refugio.
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Anterior crítica de discos: “El rayo de Gerry Lopez”, de Fila India.