“Dinero para la música”, artículo de Diego A. Manrique

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Diego A. Manrique nos informa, en “El País”, de que la región canadiense de Ontario ha destinado “32 millones de euros para dinamizar la actividad musical. Además, sin prejuicios paletos: el fondo está abierto a discográficas extranjeras que apuesten por talento local o, incluso, a figuras foráneas que graben allí.”

“En la política canadiense, hay un consenso general en la protección de la cultura autóctona. Cuestión de supervivencia: están emparedados entre EEUU, con 48 estados al sur y Alaska al noroeste”, dice Manque. así que para protegerse, “en 1968, se estableció la obligatoriedad del can-con, el contenido canadiense, en radio y televisión. En la radio musical, el 35-40 % de la música debe tener can-con. El sistema funciona con los parámetros MAPL, iniciales de Música, Artista, Performance (grabación o interpretación en directo) y Letra; para que sea can-con, al menos dos deben ser canadienses o, en el caso de Performance, hecha en Canadá.”

“Un inciso: sospecho que en España existe una regulación en favor de la música nacional similar a la del can-con, implantada durante los años sesenta. Resistida por las emisoras, cayó en desuso pero puede que se trate de una de las pocas ideas de don Manuel Fraga que merecería ser revisada.”

Manrique siente admiración por iniciativas como la de Ontario, ya que “Aumentará el atractivo de su principal urbe, Toronto, que ya era lugar acogedor para músicos de todas las nacionalidades: allí preparaban los Rolling Stones aquellas mastodónticas giras mundiales.” Aunque luego entra en funcionamiento el “Efecto California. Es sencillo y desolador: las estrellas que se forjan en Ontario –Paul Anka, Neil Young, Joni Mitchell, Michael Bublé, Avril Lavigne- terminan emigrando a Estados Unidos. Lo cual suena a traición… si no has vivido los tremendos inviernos de Toronto.”

Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique, “Dinero para la música”.

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