Diez versiones de «Hallelujah» de Leonard Cohen

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Es, sin duda, una de las canciones más interpretadas del mundo. Xavier Valiño, autor de un interesante reportaje sobre el “Hallelujah” de Leonard Cohen incluido en el Cuadernos Efe Eme 22, a la venta aquí, bucea ahora entre las múltiples revisiones que se han hecho del “Hallelujah” de Leonard Cohen, y elige diez de las más jugosas.

                                                                           

Selección y texto: XAVIER VALIÑO.

 

La carrera de Leonard Cohen había llegado a su punto más bajo cuando compuso “Hallelujah”. Tal era así que el disco para el que la grabó ni siquiera fue editado por su compañía discográfica en los EE.UU. Ahí quedó, aparentemente olvidada, como otros millones de canciones, hasta que otros supieron ver en ella el potencial que ni su propio autor había reconocido para, poco a poco, irla recuperando. Hoy es una canción omnipresente, casi inevitable, contabilizándose más de 300 versiones «oficiales» de un tema que sirve para revestir cualquier acontecimiento, utilizada tanto en bodas como en funerales, por poner dos ejemplos. Esa historia es la que recoge el Cuadernos Efe Eme número 22, recientemente publicado. Para acompañarlo, recuperamos aquí algunas de las versiones que la catapultaron a esa dimensión más allá del bien y del mal en la que ya se ha instalado para siempre, empezando por la de su autor, Leonard Cohen.

  

1. Leonard Cohen (Various positions, 1984)

“Hallelujah” tuvo una gestación lenta y obsesiva. El proceso de composición se extendió durante unos cinco años en los que Leonard Cohen llegó a escribir hasta ochenta estrofas de entre seis y doce versos cada una, de las que conservó unas treinta y seis. «Encontrar esa canción, esa canción urgente, conllevó hacer un montón de versiones, mucho trabajo y mucho sudor», reconoció en su día. Incluida en el álbum Various positions, de 1984, Cohen no estaba satisfecho con su letra en su primera encarnación más espiritual, así que siguió reescribiéndola en los siguientes cuatro años. En su segunda versión (interpretada para el programa de televisión Austin City Limits el 31 de octubre de 1988 e incluida seis años después en su disco Cohen live, de 1994), Cohen omitía todas las referencias bíblicas del original, con una conclusión más sombría, utilizando la simbología judeo-cristiana del mundo occidental para representar gráficamente el goce y el dolor de la vida.

Alternativa: Leonard Cohen (Cohen live, 1994)

2. John Cale (I’m your fan, 1991)

El primero en atisbar el potencial de “Hallelujah” fue Bob Dylan, quien la había escuchado el 22 de febrero de 1985 en Salle Pleyel (París), cuando consiguió que Cohen se la cantase en persona después de su actuación. Sin embargo, no la grabó en disco. John Cale también la escuchó por primera vez en directo, en el Teatro Beacon de Nueva York durante el concierto que allí dio Cohen del 16 de noviembre de 1988, quedando completamente noqueado. Como no tenía la letra, se puso en contacto con Cohen para pedírsela. Se marchó a cenar y, a la vuelta, se encontró en el suelo de su apartamento 15 páginas que el canadiense le había enviado por fax, o sea, una pequeña parte de todas las estrofas que había escrito. Cale la arregló entonces para piano, reordenó algunos versos y la grabó para el disco colectivo de homenaje a Cohen titulado I’m your fan, publicado por la revista francesa Les Inrockuptibles. El mérito de Cale estriba en escuchar algo en la canción de Cohen que no estaba en su primera encarnación, otorgándole un tono sobrio y sincero que contrastaba con el más desapasionado que Cohen le había imprimido. Al año siguiente, Cale la editó en su versión en directo en el álbum Fragments of a rainy season.

Alternativa: Bob Dylan (Fórum de Montreal, Canadá, 8-7-1988)

3. Surfin’ Bichos (Family album I, 1993)

Curiosamente, la segunda versión grabada de la canción llegó desde España, y estuvo a cargo de Surfin’ Bichos, en su disco de seis interpretaciones de temas ajenos titulado Family album I, editado en 1993. Lo que hasta entonces solo habían visto Dylan y Cale, lo vio también Fernando Alfaro. En su caso se ciñó a la versión que hizo John Cale a piano y voz en el disco I’m your fan porque fue la primera que escuchó, aunque adaptándola a un formato rock. Primero tradujo la letra y, luego, la adaptó a la música. Como por aquel entonces Cohen estaba recluido en un monasterio budista, se supone que el permiso lo dio quien llevase sus asuntos en aquel momento. Según Alfaro, en su día le escuchó una versión a Abraham Boba en la que respetaba la letra tal y como él la había adaptado, aunque desconocía si la había grabado; esa grabación existe y apareció acompañando a un número de la desaparecida Go Mag, de mayo de 2008, incluida en un disco con el que se celebraban los 75 años de la tienda de disco Castelló.

Alternativa: Abraham Boba (75 aniversario de Discos Castelló, 2008)

4. Jeff Buckley (Grace, 1994)

Fue la versión de John Cale en el álbum I’m your fan la que Jeff Buckley descubrió en 1992 en el apartamento de unas amigas en Nueva York, cuando estas se habían ido de viaje dejándole al cuidado de sus gatos. A partir de ese momento, la hizo suya y empezó a incorporarla a sus conciertos, tocándola solo con su guitarra y aportándole una dimensión distinta, más frágil e indomable. En Grace (1994), su único álbum editado en vida, aparece la que es, probablemente, la versión definitiva de “Hallelujah”: sensual, intensa, personal, sentida, afligida y emocionante, perdiendo por el camino todo atisbo de ironía. Ya desde el principio se revela solemne, incluso antes de que suene la primera nota, cuando el hijo de Tim Buckley dejar caer una breve exhalación antes de empezar con una larga introducción a la guitarra. Después, exuda el texto compuesto por Cohen a través de todos los poros de su piel, extrayéndole su parte sagrada y volviéndola una experiencia física, terrenal. Según explicó en su día, «Quien escuche atentamente “Hallelujah” descubrirá que es una canción sobre el sexo, sobre el amor, sobre la vida en la tierra. El aleluya no es un homenaje a una persona adorada, ídolo o dios, sino el aleluya del orgasmo. Es una oda a la vida y al amor». Buckley la interpretaba de forma diferente cada noche, aunque con una mayor carga eléctrica, como se puede comprobar en las nueve versiones que han aparecido en sendos discos póstumos en directo.

Alternativa: Jeff Buckley (Live in Chicago, 1995)

5. Morente & Lagartija Nick (Omega, 1996)

La siguiente reinterpretación memorable del ya entonces clásico llegaría desde España, dándole un giro casi radical. Fue Alberto Manzano, amigo y traductor de la obra de Cohen, quien le puso a Enrique Morente varias canciones del canadiense porque creía que podría llevarlas al flamenco, lo que confluyó con el proyecto de Jesús Arias (de Lagartija Nick) de grabar unos poemas de Lorca mezclando punk y flamenco, para acabar convirtiéndose todo ello en Omega, un disco influyente y reverenciado. Manzano hizo su adaptación teniendo en cuenta los versos de la versión original de 1984 aunque, también, los que John Cale o Jeff Buckley incluyeron después en sus interpretaciones. Sin embargo, Morente se alejó del texto original para adaptarlo a la métrica, a la rima y al ritmo de la canción, lo que Manzano sintió como una decepción. La solución fue firmar la adaptación como hecha por ambos, Manzano/Morente.

Alternativa: Sandra Carrasco (Como un corazón, 2015)

6. Bono (Tower of song. The songs of Leonard Cohen, 1995)

Por pura lógica, entre las numerosas versiones de “Hallelujah” las hay más o menos afortunadas. Entre las segundas estaría la del cantante de U2, Bono, quien la incluyó en el disco colectivo de homenaje a Cohen publicado en 1995 y titulado Tower of song. The songs of Leonard Cohen. Desde entonces no ha hecho más que reconocer su error al grabarla con ritmos dub, cajas de ritmos, un fraseado forzado y quejidos en falsete. «Hay un “Aleluya” santo y otro roto; el mío fue definitivamente de los segundos. No decepcioné solo a mis padres, decepcioné a toda la escuela».

Alternativa: Willie Nelson (Songbird, 2006)

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7. Rufus Wainwright (Shrek, 2001)

Tendrían que pasar otros cinco años para que llegase una producción de Hollywood y convirtiese “Hallelujah” en un tema casi inevitable. La versión que aparece en la banda sonora de la película Shrek (2001) viene firmada por Rufus Wainwright, aunque en la escena de la película en la que se ultiman los preparativos para la frustrada boda de la princesa Fiona y Lord Farquaad se optó por recuperar la de John Cale. El también canadiense Rufus Wainwright, que es el padre biológico de la nieta de Leonard Cohen, se mantuvo bastante fiel a la adaptación al piano de Cale. Su rendición del tema deviene más purificadora y casi litúrgica, celebrando más la melodía, su sonido y su flujo que las luchas internas o las complejidades de las adaptaciones previas. Así lo reconoció en una entrevista con Elisa Bray para The Independent el 5 de diciembre de 2008: «Es una canción fácil de cantar. La música nunca golpea las palabras. La melodía es casi litúrgica y evoca sentimientos religiosos».

Alternativa: Rufus Wainwright (con un coro de 1.500 personas en Toronto, 2016)

8. k.d. lang (Hymns of the 49th Parallel, 2004)

Cuando k.d. lang decidió registrar un álbum de versiones de grandes canciones de compatriotas suyos en 2004, Leonard Cohen entró entre los posibles candidatos desde el primer momento. Lang optó también por “Hallelujah”, grabando una de las versiones más emotivas del tema, con una cadencia suave y fluida, siguiendo la adaptación de John Cale y logrando hacerla suya antes de que llegasen las innumerables versiones sin personalidad que le seguirían. Aunque la interpretaría en la apertura de los Juegos Olímpicos de Vancouver en 2010, su versión más celebrada en directo es la que hizo en la entrega de los premios Juno en Winnipeg en 2005.

Alternativa: k.d. lang (entrega de los premios Juno, 2005)

9. Susanna & The Magical Orchestra (Melody mountain, 2006)

Tras hacerse universal y llegar adaptaciones de todo tipo, ¿qué podría ya sorprender? Probablemente solo aquellas versiones que la despojaran de casi todo lo accesorio y lo dejaran en lo esencial. El dúo noruego Susanna & The Magical Orchestra, formado por Susanna Karolina Wallumrod (voz) y Morten Qvenild (piano, autoarpa, vibráfono, teclados y otros instrumentos) la utilizaron en 2006 para abrir su segundo disco, con una voz que le da una dimensión emocional muy particular, casi espectral, y a la que se acompaña de una instrumentación mínima.

Alternativa: Regina Spektor (Festival de la Herencia Judía, 2005)

10. Imogen Heap (The O.C., 2006)

Después de todo lo visto anteriormente, solo quedaba ya desnudar a “Hallelujah” de todo acompañamiento musical, y eso fue justo lo que hizo la cantautora y productora musical británica Imogen Heap, conocida por su trabajo en el dúo musical Frou Frou y sus cuatro álbumes solistas. Para acompañar el final de la tercera temporada del drama The O.C., Heap grabó una versión a capela de la canción, tan breve y pura como debería ser.

Alternativa: Jake Shimabukuro (Peace Love Ukelele, 2011)

 

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