La admiración musical pude traducirse en inspiración, pero también en homenaje a los maestros. Fernando Ballesteros los encuentra en canciones de The Replacements, The Jesus and Mary Chain o MGMT.
Selección y texto: FERNANDO BALLESTEROS.
Escribir canciones dedicadas a otros artistas suele responder a una relación de admiración. Lo vamos a ver en los siguientes ejemplos. En todos ellos se trata de grupos que se acuerdan de otros que llegaron antes que ellos y, de alguna forma, enseñaron el camino. Como sucede con estas listas, al final nos sirven para pasar unos minutos escuchando buena música. O un rato más largo si nos dejamos llevar por las múltiples relaciones que pueden surgir con cada ejemplo. Eso, a gusto del consumidor.
The Replacements: ‘Alex Chilton’
En “Pleased to meet me”, su segundo asalto en una multinacional, los Replacements le dedicaron una canción a Alex Chilton, líder de la banda estadounidense Big Star. El vocalista de The Replacements, Paul Westerberg, tenía a Chilton como un maestro, al que admiró, conoció y del que recibió también reconocimiento. De hecho, en su momento pudo ejercer como productor de los de Minneapolis, y aunque aquello no llegó a materializarse, acabó formando parte de este quinto disco con la canción que le dedicaron, titulada ‘Alex Chilton’.
El talento de Paul y sus compañeros tenía bastantes puntos en común con los del líder de Big Star y su tendencia a huir del éxito también los emparentaba más de lo aconsejable. En ’Alex Chilton’, lo que hace Westerberg es tirar de maestría para plasmar sobre el papel todo lo que sentía por el de Memphis. El tema acabó convirtiéndose en uno de sus grandes himnos.
–
The Posies: ‘Grant Hart’
“Frosting on the beater” había situado a los de Seattle en el mapa y en la reválida que supuso “Amazing disgrace”, tres años después, los Posies decidieron subir la potencia a algunas de las composiones del disco. Una realidad que se constata, por ejemplo, en ‘Gran Hart’, la canción que dedicaron a la mitad creativa de Hüsker Dü.
La canción homenaje fluye veloz entre referencias a ‘Keep hanging on’, tema incluido en “Flip your wig”, el cuarto disco de los maestros de Minnesota, y al álbum “New day rising”. Una rutilante pieza de poco más de dos minutos con la que estuvieron más cerca que nunca de sus maestros.
Hace algo más de un año, el día que nos enteramos de que Grant Hart había muerto, muchos recuperamos sus discos una vez más, para revivir los grandes momentos que nos ha regalado. También hubo que volver a echar mano de “Amazing disgrace” para volver a escuchar este bonito homenaje.
–
The Briefs: ‘Dolly Parton’
Los Briefs nos alegaron la vida en los primeros años de siglo. En total, y antes de que sus miembros emprendieran nuevas aventuras, fueron cuatro discos de punk-rock rápido y a piñón fijo. El primero de ellos, “Hit after hit”, hacía honor a su título: todo eran éxitos.
Aquellos trece castañazos tenían más de una referencia a compañeros de profesión. En “Silver Bullet” escupían un contundente ‘Kill Bob Seger right now’, pero hoy nos vamos a quedar con el cierre del elepé, apenas medio minuto dedicado a Dolly Parton. Un perfecto fin de fiesta.
–
Fun Lovin’ Criminals: ‘Barry White saved my life’
Me van a permitir la licencia. Ya sé que en los créditos el título es ‘Love unlimited’, pero el caso es que la segunda canción de “100 % colombian”, el segundo album de los Fun Lovin’ Criminals, ha pasado a la historia entre sus seguidores como ‘Barry White saved my life’.
Con un cuarto de siglo de trayectoria a sus espaldas, los neoyorquinos son una banda que vivió su mejor momento al final de la década de los noventa: elegancia, chulería… digamos que su ecléctico sonido, que bebía del rap, el blues o el funk siempre se vio apoyado, antes de pasar por su particular batidora, por una imagen cuidada hasta el último detalle. Y con estas características y con una voz curtida con los mejores cocteles y mucho cigarrillo, la canción de la que hablamos era todo un canto a Barry White, que repetía la frase de marras de forma incesante. Puro Barry White, en fondo y forma.
–
The Jesus and Mary Chain: ‘Bo Diddley is Jesus’
Sabios a la hora de manejar las más variadas influencias, en sus comienzos los hermanos Reid ya mezclaban con maestría las melodías luminosas de Beach Boys con el ruidismo de la Velvet o a los girl-groups sesenteros con el punk.
En esa eterna dialéctica ruido-melodía, Bo Diddley también tenía cabida. Y es que el rockero de la guitarra cuadrada siempre estuvo en el particular panteón de los escoceses. Lo dejaban claro con su oscura versión del ‘Who do you love’ en aquella primera recopilación de caras B y descartes que fue “Barbed wire kisses”. En aquella entrega de 1988 también se incluía una grabación de la etapa “Darklands” con un título que habla por sí solo: ‘Bo Diddley is Jesus’.
–
Bryan Estepa: ‘Carl Wilson’
Al pequeño australiano Bryan Estepa le sobra el talento. El tío va sobrado y alguna que otra vez nos lo ha demostrado en los escenarios españoles. Hace ya más de una década debutaba en solitario con “All the bells and whistles”, un tratado de pop de querencia clásica que tuvo en “Sunday best” una más que digna continuidad
En aquel segundo disco, al que luego han seguido unos cuantos, destacaba ‘Carl Wilson’. Escucharla es comprender que los Beach Boys son palabras mayores para Bryan. La canción revive la magia de las viejas composiciones de los californianos, y al terminar solo podemos darle la razón a Estepa. Sí, nosotros también nos tiraríamos todo el día escuchando ‘Darlin’’.
Por cierto, hablando de los Wilson, recordemos también “The love songs of B. Douglas Wilson”, de Splitsville, y ya que estamos, recuperemos aquel precioso elepé titulado “Presents…the complete pet soul”, homenaje en portada, título y tantas otras cosas a dos de las grandes obras maestras de la historia del pop.
–
Television Personalities: ‘I know where Syd Barrett lives’
Ya en sus primeros días al frente de los Personalities, Dan Treacy le había dedicado una canción a Bill Grundy, aquel presentador de televisión que protagonizó un turbio incidente en directo con los Pistols. Aficionado a los temas con nombre propio, en su primer elepé este epítome de lo indie y el sonido de baja fidelidad escribió una canción con un título que, de haber respondido a la realidad, hubiera resuelto una gran incógnita. Corría 1980 y todo el mundo especulaba con el paradero del ex líder de Pink Floyd. Nadie sabía donde estaba. Bueno, en realidad, Dan sí que sabía donde vivía Syd Barrett. O eso cantaba.
Curiosamente, en los noventa, muchos se preguntaron dónde estaba Dan, hasta que descubrieron que las consecuencias de sus problemas con la justicia le tenían recluído en un buque prisión. Si pasan a la siguiente canción cerraremos el círculo.
–
MGMT: “Song for Dan Treacy”
Tras el éxito de “Oracular spectacular” (2008), MGMT decidieron encarar el difícil segundo álbum ignorando las expectativas puestas en su confirmación. Ni cortos ni perezosos se descolgaron con “Congratulations”, con el que daban rienda suelta a sus ideas más marcianas.
Como si quisieran dejar atrás los ríos de tinta y los discos despachados al calor de “Kids”, los MGMT se ponían raritos y tenían tiempo para dedicarle una canción a Brian Eno e incluso para acordarse del líder de los Television Personalities en ‘Song for Dan Treacy’.
El capo de Creation Alan McGee, imaginaba a los cientos de miles de fans de MGMT tirando de buscador para averiguar quién diablos era ese Dan Treacy y esbozaba una sonrisa al comprobar, una vez más, lo curiosos que son los caminos del pop. Algo parecido a lo que sucedió cuando los seguidores de Kurt Cobain descubrieron por una camiseta de su ídolo que existía un señor que se llamaba Daniel Johnston. La conclusión es que todo habría merecido la pena si ‘Song for Dan Treacy’, la canción que nos ocupa, servía para incorporar nuevos adeptos al cancionero de los Television Personalities.
–
Minus 5: ‘Michael Nesmith’
En 2016, coincidiendo con el 50 aniversario de los Monkees, Scott McCaughey y sus compinches en Minus 5 rindieron tributo a un grupo que trascendió, con mucho, los objetivos con los que nació: los Monkees.
“Of Monkees and men” está compuesto por nueve canciones con un hilo conductor que es la veterana banda. Hay referencias a todos sus miembros y a momentos de su historia en un trabajo que se abre con ‘Michael Nesmith’ más de nueve minutos de canción río con sabor folk y aroma a vals. Otra de esas gemas que Scott nos regala cada poco tiempo. Y que dure.
–
Weezer: ‘Buddy Holly’
Y vuelta a la década de los noventa con uno de esos grupos que nos vienen acompañando desde entonces: los Weezer. En su primer disco, el azul, los de Rivers Cuomo ya empezaban a dejar claro que lo suyo es crear canciones sencillas, rotundas. Power pop de alto octanaje con melodías alegres que, a veces, no se corresponden con la temática de los textos.
Pero corría 1994 y había etiquetas que no se usaban mucho. Casi todo caía en el saco de lo alternativo, y allí metieron a Weezer que, como para reforzar esta impresión, en el primer single del disco ‘Undone (the sweater song)’ sonaban bastante a Pixies, todo hay que decirlo. Pero hoy mejor hablamos del segundo sencillo, ‘Buddy Holly’, una de esas piezas pegadizas que el amigo Cuomo cultiva con frecuencia y que, curiosamente, estuvo cerca de no incluir en el elepé porque creía que no encajaba en el conjunto.
Menos mal que el ex The Cars Rick Ocasek le convenció asegurando que sería todo un éxito. Y la experiencia es un grado. Tenía razón.