Diez discos grabados en lugares extraños

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¿Qué sucede cuando un grupo decide grabar su disco fuera de un estudio de grabación? Que puede acabar en los lugares más inesperados, como pirámides, castillos o tumbas. Por Xavier Valiño.

 

Selección y texto: XAVIER VALIÑO.

 

Hay músicos aventurados que decidieron un buen día desplazarse más allá de las paredes de un estudio de grabación. Quién sabe si realmente iban buscando un sonido especial o poder decir que se pasearon por sitios singulares. No todo es como la pieza “Fifty—eight” (“58”), escrita en 1992 por John Cage para ser interpretada (y grabada) una única vez por cincuenta y ocho músicos en el edificio Landhaus de Graz (Austria), cada uno de ellos en una de sus arcadas. Aun así, algunos lo hicieron a su manera. Aquí van diez localizaciones muy especiales elegidas por otros músicos.

 

 

1. Can: “Tago Mago” (en el castillo de un coleccionista millonario, 1971).

La carrera de Can se caracterizó desde un principio por estar totalmente abierta al azar; de hecho, reclutaron a su vocalista Damo Suzuki cuando este estaba tocando en la calle en Munich. Lo mismo sucedió con el castillo Nörvenich, en Westfalia, donde grabaron su disco “Tago Mago”: su propietario, un millonario coleccionista de arte llamado Christoph Vohwinkel, quedó tan impresionado con la banda que les ofreció su fortaleza para vivir en él durante un año sin que tuviesen que pagar alquiler, aunque el imprevisible combo acabó quedándose tres.

 

 

 

2. Cowboy Junkies: Trinity Session (en una iglesia, 1988).

Cierto, hay unos cuantos discos grabados en iglesias. Arcade Fire incluso compró una, en la que registraron dos discos, antes de venderla, porque su reforma requería una inversión muy seria. No obstante, fueron los también canadienses Cowboy Junkies los que más partido le sacaron a la atmósfera especial de la iglesia de Santa Trinidad de Toronto (escogida por su especial reverberación) con todo el grupo dispuesto en torno a un único micrófono. Para convencer mejor a quienes custodiaban la antigua iglesia, la banda les aseguró que se trataba de una formación llamada The Timmins Family Singers y que estaban grabando un especial de Navidad para la radio. Al final tuvieron que pagarle veinticinco dólares a un guardia de seguridad para poder tener dos horas extra y acabar su disco en una única jornada, sin retoques ni añadidos posteriores.

 

 

 

3. Julian Cope: “Paranormal in the West Country” (en el túmulo neolítico de West Kennet, 1994).

Conocido por su interés por lo oculto, el paganismo y las culturas neolíticas (tiene un libro sobre este tema titulado “El anticuario moderno”), además de por su carrera discográfica, Julian Cope grabó en 1994 en uno de esos lugares tan señalados que tanto le apasionan. Fue, en concreto, en una de las tumbas de cámaras neolíticas más grandes de Gran Bretaña, la de West Kennet Long Barrow, construida alrededor del año 3650 antes de Cristo.

 

 

 

4. Killing Joke: “Pandemonium” (en la Cámara Real de la Gran Pirámide de Giza, 1994).

La idea fue del productor y músico Youth mientras estaban grabando en un estudio de Egipto. Pensó en hacer algo en la Gran Pirámide y se dirigió al Ministerio de Antigüedades a comprobar si era posible su ocurrencia. Según el grupo, poder utilizar la Cámara Real durante tres días les costó un soborno de 3.000 dólares a un funcionario más amigo del dinero que preocupado por que le podía pasar al monumento. A pesar de los problemas eléctricos (sus generadores se consumían en muy poco tiempo) y de una primera jornada que acabó con su cantante Jaz Coleman llorando desconsolado en el interior de la Gran Pirámide, lograron grabar varias canciones con Coleman prácticamente desnudo y en medio de una escenografía compuesta por arbustos de salvia, flores, guirnaldas, incienso, agua bendita y cristales de cuarzo dispuestos en círculo.

 

 

 

5. Los Jaivas: “Alturas de Machu Picchu en concierto” (en Machu Picchu, 1981).

Los Pink Floyd andinos, Los Jaivas, consiguieron algo único en 1981: filmar su disco “Alturas de Machu Picchu” en el mismo lugar al que hacía referencia su título y contenido. La idea partió del productor peruano Daniel Camino, mientras estaban en París, conminándolos a realizar una cantata latinoamericana sobre la base del poema de Pablo Neruda del mismo título. La filmación se realizó en el sitio arqueológico entre las 5 de la tarde y las 11 de la mañana del 9 al 11 de septiembre de 1981, cuando se encontraba libre de la presencia de turistas, y contó con la narración del futuro Premio Nobel Mario Vargas Llosa.

 

 

 

6. Paul Horn: “Inside the Taj Mahal” (en el Taj Mahal, 1968).

Si hay un músico al que le gusten las localizaciones extraordinarias, ese es el flautista de jazz Paul Horn, quien ha grabado en desiertos, cañones, ríos, bosques, océanos, un palacio en Lhasa y, también, la Gran Pirámide. Con el disco que grabó en el Taj Mahal el 25 de abril de 1968, mientras acompañaba a The Beatles en su estancia en la India, se convirtió en un precursor de la new age. Los responsables del tempo le dijeron que no podía tocar su flauta allí y él les intentó convencerlos diciéndoles: “Pero si ustedes cantan allí”. Las autoridades indias aseguraron que “Cantamos para Dios”, a lo que él replicó: “Yo toco mi flauta para Dios”. Fue todo lo que necesitó para lograr el permiso.

 

 

 

7. Pink Floyd: “Live at Pompeii” (en las ruinas de un anfiteatro romano, 1971).

La idea partió del realizador Adrian Maben, después de perder su pasaporte en las ruinas de Pompeya mientras se encontraba de vacaciones en Italia. Al volver a buscarlo, descubrió que sería un lugar perfecto para filmar a Pink Floyd sin público. Un profesor de la Universidad de Nápoles, fan del grupo, se encargó de los permisos y de conseguir que cerraran el recinto para ellos durante una semana. El grupo insistió en hacerlo en directo y el equipo tuvo que ser transportado por carretera desde Inglaterra en un viaje de tres días. Al llegar, descubrieron que el suministro eléctrico era insuficiente, así que el rodaje se retrasó varios días hasta que consiguieron extender un cable desde la población más cercana.

 

 

 

8. Radiohead: “OK Computer” (en una mansión medieval, 1997).

Cerca de Bath, en el sudoeste de Inglaterra, se encuentra la vieja mansión señorial de St. Catherine’s Court, una edificación que perteneció en la Edad Media a los Priores de Cantlow y que en 1984 compró la actriz Jane Seymour. Tras rehabilitarla y divorciarse, Seymour decidió alquilarla como plató de cine, casa de campo para eventos sociales y, también, estudio de grabación (The Cure, New Order…). Allí se compuso y grabó parte del disco “OK Computer” en 1996. En la vivienda, si alguien gritaba por la noche, se podían registrar sus aullidos y –decían– había una cama encantada por una mujer que había sido asesinada en el pasado. A Thom Yorke, acostumbrado al ajetreo urbano, aquel completo silencio le ponía nervioso, factor que acabó por ser decisivo en el contenido del álbum: “Estaba obsesionado por la idea del ruido. El ruido de fondo. Todo es ruido de fondo en nuestras vidas, así es como la mente trabaja. Y todo el disco habla de ello, de distintos niveles de bullicio mental”.

 

 

 

9. Red Hot Chili Peppers: “Blood sugar sex magik” (en la casa ‘encantada’ de Harry Houdini, 1991).

Red Hot Chili Peppers quiso grabar su disco de 1991 en un entorno atípico, creyendo que así mejoraría su creatividad. El productor Rick Rubin sugirió la mansión en la que había vivido Harry Houdini. El grupo decidió que permanecería dentro de la mansión mientras durase la grabación, aunque el baterista Chad Smith optó por ir y volver todos los días en su moto, algo que, según el vocalista Anthony Kiedi se debía al temor que le infundía la casa encantada. «Definitivamente hay fantasmas en la vivienda», aseguró el guitarrista John Frusciante, «aunque son muy amigables. Nosotros no sentimos más que cálidas vibraciones y felicidad dondequiera que vayamos en esta casa”.

 

 

 

10. The Grateful Dead: “Rocking the Cradle, Egypt 1978” (en las pirámides de Giza, 1978).

La idea de grabar en las pirámides de Egipto partió de su mánager, Richard Loren, durante unas vacaciones allí. Él y el bajista Phil Lesh trataron durante semanas con las autoridades egipcias, ayudados por el Departamento de Estado norteamericano. El equipo se lo alquilaron a The Who y tuvo que ser transportado desde Inglaterra. Fueron tres los conciertos de septiembre de 1978 de los que se sacó el material para el correspondiente disco en directo, coincidiendo el último de ellos con un eclipse lunar. Incluso llegaron a colocar un micrófono en la Cámara del Faraón para enviar la señal en audio y captar su eco natural, pero no pudo se utilizado por problemas técnicos. Según su baterista Bill Kreutzmann, «Egipto se convirtió en nuestra aventura más grande, pésima y legendaria en nuestros treinta años como banda… No tuvo precio, pero fue perfecto y, por medio millón de dólares, resultó ser finalmente una ganga, aunque tuvimos que sufrir una negociación muy costosa”.

 

 

 

Bonus track: Prince Harvey y “PHATASS” (en una tienda de Apple, 2015).

No todo va a ser localizaciones históricas, así que nos vamos del pasado al futuro o, más bien, el presente. El rapero Prince Harvey grabó su álbum de 2015 utilizando ordenadores de exposición en una tienda Apple de Manhattan, una vez que su ordenador y su disco duro se estropearon y se encontrase sin dinero para comprarse un nuevo equipo. Su título es un acrónimo de “Prince Harvey at the Apple Store SoHo” (“Prince Harvey en la Tienda Apple del SoHo”).

 

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