“Un mod es alguien que idolatra los sonidos vintage, que ama a los clásicos que han forjado parte de la historia del rock pero que no se cierra a nuevos sonidos”
The Kinks, The Rouletes, The Shadows… Àlex Oró retrocede a la década de los sesenta para seleccionar diez temas degustables para aficionados al “sonido mod”.
Texto: ÀLEX ORÓ.
Nuestra directora, Arancha Moreno, me pide diez canciones “mod” para refrescar la web de Efe Eme este verano. Le doy vueltas al asunto y me pregunto a mi mismo: ¿existe un único sonido mod? ¿Hay un denominador común para todos los estilos que gustan a los “mods”? La respuesta es no, más allá de que la mayoría de artistas que gustan a los mods tuvieron su momento de máximo apogeo en los sesenta. Los jóvenes británicos que a finales de los cincuenta empezaron a vestir con elegantes trajes de estilo italiano con ajustadas americanas de tres botones y estrechas corbatas fueron bautizados como “modernistas” por su afición al modern jazz y a frecuentar los clubes donde se programaban conciertos de este género. A medida que avanza la década de los sesenta, el espectro musical de los modernistas, abreviados como “mods”, se amplía al R&B, el soul, el beat, el garaje, la psicodelia, la música jamaicana…
A finales de los setenta y principios de los ochenta el modernismo resurgió de la mano de Paul Weller y The Jam. El liderazgo ejercido por el “modfather” ayudó a incluir entre los estilos aceptados por los mods el acid jazz e incluso comulgaron con el britpoop. En definitiva, un mod es alguien que idolatra los sonidos vintage, que ama a los clásicos que han forjado parte de la historia del rock pero que no se cierra a nuevos sonidos. Por tanto, aquí tienen una lista confeccionada por alguien que se siente mod y que entre las decenas de miles de canciones que podía elegir, ha escogido estas diez, basándose exclusivamente en su gusto personal y sin ninguna voluntad de establecer clasificación alguna. Son canciones que gustarán a los mods pero también a las personas con buen paladar musical, o como diría Álex Cooper, “canciones de la Era Pop para mods y jetsetters”. Lo mejor de todo es que el fondo de armario del modernismo es tan potente, que podríamos hacer miles de listas como esta sin repetir ni una sola canción.
1.The Kinks: ‘Sunny Afternoon’ (“Face to face”, 1966)
En 1966 The Kinks estaban en su momento álgido. Ya han tenido éxitos arrolladores como “You really got me” o “All day and all of the night” y Ray Davies se ha consolidado como uno de los compositores más ingeniosos y mordaces del pop británico de los sesenta. Retrata como nadie las viejas y decadentes costumbres de un país que no se acaba de acostumbrar a dejar de ser un imperio.
“Sunny afternoon” es uno de los temas de “Face to face” su elepé de 1966, en el que Ray Davies, su hermano Dave y el resto de los Kinks exploran nuevos sonidos y nuevas tamáticas que los alejan del beat. Esta canción es una oda a la vagancia y a la decadencia personal. En definitiva, al “dolce far niente” y se convierte en la banda sonora perfecta para los atardeceres veraniegos.
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2. The Roulettes: ‘Bad Time’ (“Stakes and chips”, 1964)
La historia de la música de los sesenta está llena de grupos de segundones, de bandas que querían llegar muy lejos pero su tren nunca salió de la estación. Es el caso de The Roulettes, una banda beat que comenzó como grupo de acompañamiento del crooner británico Adam Faith. Tenían fuerza y canciones tan potentes como ‘Bad time’, compuesta por Chris Andrews, responsable de algunos temas del repertorio de Sandie Shaw.
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3. Golden Earring (originalmente The Golden Earrings): ‘Sound of the screaming day’ (“Winter harvest”, 1967)
Holanda fue uno de los epicentros del pop europeo durante la década de los sesenta, una escena musical conocida como ‘Nederbeat’. La mayoría grupos cantaban en inglés y un buen puñado de ellos no tenía nada que envidiar a muchas de las bandas británicas de la época (evidentemente no a las de primera división: Beatles, Stones, Who, Kinks…). Golden Earring fue el grupo que consiguió más éxito durante los sesenta en los Países Bajos, equiparable al que obtuvieron Los Brincos o Los Bravos en España. Encabezaron la floreciente escena beat de La Haya, su ciudad natal, y en los setenta consiguieron el éxito internacional con ‘Radar Love’.
En el 1967 lanzaron su segundo larga duración, ‘Winter harvest’, uno de los discos imprescindibles del ‘Nederbeat’ con temas como ‘Another man in town’ o’In my house’, aunque su mayor éxito ese año fue ‘Sound of the screaming day’, que fue editada sólo en single. en la que ya se empezaba a palpar ciertos aromas de popr psicodélico que se mezclaban con las claras influencias de The Kinks, The Beatles y The Hollies.
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4. The End: ‘Why’ (1967)
Eran ingleses pero intentaron triunfar en España. The End era una banda apadrinada por Bill Wyman, el bajista de The Rolling Stones que se instaló en nuestro país tras una extraña carambola. A finales de 1966, Adolfo Waitzman, representante de la discográfica Sonoplay, viajó hasta Londres para buscar grupos y artistas a los que editar discos en España. A través de una novia suya conoce a uno de los miembros de The End, que a su vez le pone en contacto con Wyman. Firmaron un acuerdo para lanzar a The End y al productor de los Stones Glyn Johns como cantante solista, una historia que contamos en el Cuadernos Efe Eme número 10.
‘Why’ es la cara A de su segundo single para Sonoplay, una canción que mezcla beat y soul, un estilo que los propios The End calificaban como sonido Detroit, en las páginas de la revista Fans. The End tuvieron un gran impacto e influencia entre los músicos españoles. Tenían buena técnica y una imagen arrolladora. Editaron cinco singles con los que consiguieron unas ventas discretas pese al gran apoyo promocional que tuvieron. Fueron la mejor de las bandas extranjeras afincadas en España durante los sesenta.
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5. Jaques Dutronc: ‘Le responsable’ (“Le Responsable / L’Aventurier”, epé, 1969)
‘Le responsable’ es un llena pistas. Un ‘must’ del pop francés de los sesenta y de la discografía de Jaques Dutronc. Empezó su trayectoria en el ‘show business’ como codirector artístico de la discográfica Vogue y compuso algunas canciones de éxito para Françoise Hardy, que acabaría siendo su pareja. En el 66 prueba suerte como cantante con ‘Et moi, et moi, et moi’, a la que les siguieron temas como ‘Les Playboys’ y ‘Les cactus’. Formó tándem con el letrista Jacques Lanzmann vinculado al filósofo Jean Paul Sartre. Esto le permitió dotar a sus canciones de una aureola intelectual que le hizo ganar prestigio durante la revuelta parisina de mayo del 68, especialmente gracias a la canción ‘Il est cinq heures, Paris s’eveille’. ‘Le responsable’ tiene un aire más lúdico, garra y el poder del beat tardío de los sesenta con un cautivador riff inicial y una línea de bajo demoledora.
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6. The Shadows: ‘Scotch on the socks’ (“The dreams I dream”, epé, 1966)
The Shadows no fueron un grupo mod. Ni tan siquiera forman parte del santoral modernista, aunque fueran la banda seminal del rock británico. No obstante, en su discografía hemos encontrado este vibrante instrumental, que fue la cara B del single ‘The dreams I dream’, de 1966. ‘Scotch on the socks’ tiene un hipnotizante ritmo tribal, que empuja al baile. La guitarra de Hank Marvin te lleva de la mano a danzar alrededor de una hoguera y gritar ‘I’m going down to see my baby’, la única frase que se oye durante los dos minutos quince segundos que dura la canción.
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7. The Who: ‘The kids are alright’ (“My generation”, 1965)
Una lista de canciones mod no se podría calificar como tal sino tiene algún tema de The Who. ‘The kids are alright’ compartía protagonismo con ‘My generation’ en el primer elepé del grupo, editado en 1965, aunque la canción se publicó como single en 1966. Es una de las canciones más pop del cuarteto integrado por Pete Townshend, Roger Daltrey, Keith Moon y John Entwistle. De hecho, quizás es el único tema de la toda la discografía de The Who, en la que el sonido se asemeja al de The Beatles, gracias a sus harmonías vocales, su tonada beat y una guitarra que no suena tan desgarradora como en otras composiciones de Pete Townshend.
Una de las cosas más atractivas de esta canción es las múltiples interpretaciones que ha tenido su letra. Para los mods, un himno generacional, que habla de la frustración juvenil. Para otros, la historia de un muchacho que se resiste a madurar. Y hay quien da otra vuelta de tuerca y afirma que el protagonista no prefiere estar con sus amigos mods en vez de con su novia, lo que simbolizaría una homosexualidad subyacente en el colectivo modernista. Quédense con la que más les convenza, pero disfruten de la canción.
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8. Powder: ‘Turn another page’ (1968)
Los grupos británicos de los sesenta tuvieron una enorme influencia entre la juventud norteamericana de la época. The Beatles, The Rolling Stones, The Who, The Hollies, The Kinks, Dave Clark Five… protagonizaron la British Invasion y propiciaron que decenas de miles de jóvenes formaran bandas y naciera el sonido garage. Entre los grupos había muy pocos que entre sus preferencias tuvieran a grupos como Small Faces o Pretty Things y adoptaran la estética mod. Uno de ellos fue el combo californiano Powder, que en 1968 grabó esta bonita canción, una antepasada del power pop de los setenta, con su bonito riff y sus encantadoras harmonías vocales.
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9. Easybeats: ‘Sorry’ (“Volume 3”, 1966)
Fueron la mejor banda australiana de los sesenta y en sus filas estaban los guitarristas George Young y Harry Vanda, que años más tarde se convertirían en los productores de AC/DC. Lo tenían todo: canciones impactantes y una fuerza arrolladora. ‘Sorry’ forma parte de su cancionero del bienio 1965-1966, en el que el grupo grabó un éxito tras otro, entre los que destacan ‘Wedding ring’ o ‘I’ll make you happy’, canciones, algo más duras de los habituales estandares del beat. Poco después conseguirían un éxito mundial con ‘Friday on muy mind’.
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10. Small Faces: ‘Get yourself together’ (“Small Faces”, 1967)
Cualquier canción de los Small Faces podría formar parte de esta lista. Desde ‘Watcha gonna do about it’ a ‘Autumn stone’ pasando por ‘Tin soldier’, ‘Here comes the nice’, ‘Itchycoo Park’ o ‘Lazy sunday’. No obstante, nos hemos decantado por ‘Get yourself together’, una de las composiciones del tándem Marriot Lane incluidas en su tercer elepé, editado en 1967. Se podría argumentar que no es la mejor del grupo, pero es la que nos pedía el cuerpo incluir esta en la lista. Tiene un aire barroco en sus inicios y Steve Marriot ofrece una buena muestra de sus posibilidades vocales. Una gran canción que Paul Weller incluyó algunas veces en sus actuaciones en vivo.