Diez canciones memorables de Richard Hawley

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Carlos Pérez de Ziriza repasa la carrera en solitario del músico británico, recordado también por ser guitarrista de Pulp, que atesora una decena de discos y canciones propias que han hecho historia. Una playlist perfecta para acompañar la lectura del reportaje que el mismo Ziriza firma en el número 40 de Cuadernos Efe Eme.

 

Selección y texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Acaba de cumplir 25 años de carrera en solitario. Richard Hawley se convirtió en una inopinada estrella, recabando notoriedad pública cuando ya acariciaba los cuarenta, surtido por un cancionero que no es de esta época. Casi todo en él resuena con excepcionalidad, y desde aquí, complementamos el amplio artículo que le dedico en el número 40 de Cuadernos Efe Eme —armado sobre las cuatro entrevistas que he podido hacerle para distintos medios— con este listado de algunas de sus mejores canciones.

 

1.- “The ocean” (2005)
No sé si se puede decir algo más acerca de esta canción. Será aquella por la que se le recuerde eternamente. Hace unos días compartí una entrevista con él en twitter y saltó alguien diciendo que sonó el día de su boda. Al rato, éramos ya más de cinco los que presumíamos de eso. Seguro que a él se lo han dicho cientos de veces. Debe estar hasta el gorro. Qué se le va a hacer: es inmensa.

 

2.- “Tonight the streets are ours” (2007)
Enorme melodía en tecnicolor, con aroma a los años sesenta, para una de sus mejores canciones, sin duda lo más brillante de un disco (Lady’s bridge, de 2007) que sonaba ligeramente acomodado en su continuismo. El videoclip tampoco tiene desperdicio.

 

3.- “Open up your door” (2009)
Otro romántico y memorable crescendo, reclamando foco desde Trulove’s gutter (2009), su trabajo más crepuscular y sombrío y, quizá por eso, el más infravalorado. Si esto no te emociona, este no es tu artículo ni esta tu música.

 

4.- “Tonight” (2005)
Balada ingrávida, flotante, divina. Como el parpadeo de una estrella fugaz. Para quedarse colgado de ella. Entre lo mejor del sobresaliente Coles corner (2005).

 

5.- “Baby, you’re my light” (2001)
Creo que prácticamente nadie podía imaginar, recién estrenado el siglo, que aquel guitarrista que tocaba en directo con Pulp fuera a destaparse como el gran compositor de canciones que es a día de hoy. Este fue uno de los primeros avisos, extraído de su primer elepé.

 

6.- “The world looks down” (2015)
Le tengo especial cariño a Hollow meadows (2015) porque supuso la primera excusa que tuve para entrevistarle y porque su música ya se había convertido en esa especie de amigo fiel a quien recurrir tras un tiempo sin verle. Sin grandes sorpresas, pero con la fiabilidad de canciones tan sobrias y bellas como esta.

 

7.- “Coles corner” (2005)
Esos arreglos de cuerda, esa voz, ese temple, esa portada con nuestro hombre sosteniendo un ramo de flores en la esquina que da título a esta canción y al álbum que la descorchaba… Es casi imposible empezar mejor un disco. «Mi soledad flota en al aire», cantaba. «Puede que haya alguien esperándome con una sonrisa y una flor en el pelo».

 

8.- “Don’t stare at the sun” (2012)
No me terminó de convencer Standing at the sky’s edge, el lifting eléctrico y psicodélico que abordó en 2012, aunque la necesidad le obligaba a desmarcarse de su sombra, pero esta canción es tremenda.

 

9.- “Doors” (2019)
Es, con diferencia, su canción que más recuerda a Morrissey. Incluida en Further (2019). Curiosamente, Hawley se presentó a principios de los noventa a una audición para ser su guitarrista. Si quieres saber lo que ocurrió y por qué, lo mejor es que te hagas con el número 40 de Cuadernos Efe Eme.

 

10.- “Do I really need to know” (2024)
He escogido esta delicia para cerrar este listado porque me parece lo más sorprendente de su último disco, In this city they call you love (2024). Con ese punto de bossanova y de easy listening que le sienta tan bien. Él me dijo que tuvo sus dudas a la hora de incluirla.

 

Bonus track
“Soldieron” (2009)

No quería terminar esto sin rescatar la abisal “Soldieron”, una de las mejores piezas del nunca bien ponderado True love’s gutter (2009).

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