Diez canciones esenciales de M Clan

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Once discos —nueve de estudio y dos de directo— publicados entre 1995 y 2016 avalan la trayectoria de M Clan. Javier Escorzo reconstruye la historia de la banda a través de diez de sus canciones más representativas.

 

Selección y texto: JAVIER ESCORZO.

 

A estas alturas, cuando caminan con paso firme hacia las tres décadas de carrera, ya nadie duda de que M Clan es una de las grandes bandas de nuestro rock. En su dilatada trayectoria han atravesado distintas etapas y han flirteado con diferentes estilos, aunque siempre han mantenido el sello indeleble de su propia personalidad. Jugando con el título de su primer disco, este es un buen momento para repasar algunas de sus canciones más memorables.

 

1. “Perdido en la ciudad” (Un buen momento, DRO East West, 1995)

Primero probaron con otros nombres, tales como Murciélagos, El Clan De Los Murciélagos o Murciélagos Clan; después encontraron su denominación definitiva: M Clan. Su estreno discográfico vio la luz en 1993 con el sello independiente Subterfuge Records, con el que publicaron un rarísimo single en carpeta triangular (se les ocurrió fabricarlo así para que llamase la atención). Sin embargo, su primer álbum largo llegó en 1994. Un buen momento se grabó en Memphis y en él colaboraron los músicos de los Memphis Horns, mítica sección de vientos de la Stax Records que había grabado en discos de Otis Redding o Sam & Dave. El resultado fue un impecable alarido de rock sureño y setentero, en la línea de sus admirados The Black Crowes. Entre tan brillante cancionero, “Perdido en la ciudad” estaba destinada a perdurar en los repertorios de sus conciertos.

2. “Nacional 120” (Coliseum, DRO East West, 1997)

Pese a que su debut no alcanzó la repercusión que hubiesen deseado, sí que los situó en el mapa rockero nacional. En su segundo trabajo redoblaron la apuesta y endurecieron aun más su sonido, escorándose hacia el hard rock. Coliseum fue grabado en Canadá (en aquellas sesiones, por cierto, conocieron al mismísimo David Bowie); en medio de un clima glacial, M Clan alumbró un fogonazo intenso y pasional. El primer single del álbum fue “Nacional 120”.

3. “Llamando a la tierra” (Usar y tirar, DRO East West, 1999)

La historia de M Clan cambió con su tercer trabajo. De entrada, quisieron que les produjera Alejo Stivel; cuenta la leyenda que, cuando los vio tocar en directo, el excantante de Tequila les dijo que eran una fantástica banda de rock… de hacía treinta años. El argentino les invitó a actualizar su sonido y a abrir su mente y su paleta de estilos. Tarque y los suyos decidieron probar y ya nunca nada volvió a ser igual. Pasaron de vender diez mil discos a despachar doscientas cincuenta mil. Y la canción que lo cambió todo fue una versión del “Serenade”, de Steve Miller Band (se barajaron otras opciones como “Friday on my mind”, de los Easybeats, o “Abracadabra”, también de Steve Miller). Su adaptación se tituló, como todo el mundo sabe, “Llamando a la tierra”.

4. “Carolina” (Sin enchufe, 2001, DRO Atlantic)

Tras la explosión que supuso Usar y tirar, M Clan se enfrentaba al reto de demostrar que su éxito no era flor de un día. En los últimos tiempos habían recuperado el formato acústico y decidieron que así grabarían su siguiente trabajo. Para prepararlo, repasaron su propio repertorio, añadieron algunas versiones e incluyeron nuevas composiciones propias. Casi en el último momento, Carlos Tarque apareció en el local con “Carolina”, que terminó siendo uno de los mayores himnos del grupo. Curiosamente, este tema, que indudablemente mostraba una cara más accesible de M Clan, simbolizó el choque entre las dos almas que convivían en el seno de la banda. Por un lado, Santi Campillo era partidario de seguir fiel a los postulados que habían mostrado en sus dos primeros discos (llegó a espetarle a Tarque que “Carolina” era una canción para niños); por otro, al resto de miembros le apetecía seguir probando nuevos estilos, y más viendo la buena aceptación que estaban recibiendo por parte del público. A la postre, Sin enchufe fue la última grabación de Campillo con M Clan.

5. “Antihéroe” (Defectos personales, DRO East West, 2002)

Tras dos discos de éxito arrollador a las órdenes de Alejo Stivel, el grupo decidió que había llegado el momento de cambiar de aires y quiso trabajar con Nigel Walker (Aerosmith, Dire Straits, Los Rodríguez…). Defectos personales, quinto disco de M Clan, continuaba la senda emprendida en Usar y tirar: partiendo de la base del rock, se acercaba a otros estilos como el pop, la psicodelia o incluso ciertas sonoridades latinas. Aunque, seguramente, la principal novedad fue la inclusión del guitarrista Carlos Raya en su alineación titular. El primer sencillo fue la irónica “Antihéroe”.

6. “Miedo” (Sopa fría, DRO East West, 2004)

Después del inciso que supuso Defectos personales, grabado junto a Nigel Walker y que significó un cierto endurecimiento de su sonido, para Sopa fría volvieron a confiar en el buen hacer de su amigo Alejo Stivel. Como era costumbre, el disco contenía una buena colección de canciones, comandada por la que daba título al álbum (y que fue elegida como primer sencillo), u otras como “Juerga general”, “Filosofía barata”, “Mario” o la versión de los Kinks “Lola”. Aunque, muy posiblemente, la que mejor ha resistido el paso del tiempo haya sido esa escalofriante “Miedo”. Años más tarde conseguirían sublimar la belleza de esta composición en el Circo Price junto a Carlos Raya y Enrique Bunbury, pero aquí recuperamos la versión original de estudio.

7. “Roto por dentro” (Memorias de un espantapájaros, DRO Atlantic, 2008)

En 2008 llegó un nuevo punto de inflexión en su carrera, en la que hasta ese momento se podían distinguir dos etapas claramente diferenciadas. La primera, más cruda y underground, comprendía sus dos discos iniciales. La segunda, marcada por el gran éxito comercial, abarcaría desde Usar y tirar hasta Sopa fría. Y la tercera, que al final acabaría siendo la más fructífera de todas, dio comienzo con la publicación de Memorias de un espantapájaros, un álbum de corte más melancólico e intimista, producido por Carlos Raya y construido a partir de una serie de poemas que había escrito Tarque. Con este trabajo, el grupo se apeaba voluntariamente de la liga de las radiofórmulas y apostaba por seguir su propio camino, algo que ya se podían permitir, pues se habían convertido en auténticos clásicos de nuestro rock. Estaban dispuestos a dar lo mejor de sí mismos, y eso fue lo que hicieron a partir de entonces.

8. “Para no ver el final” (Para no ver el final, DRO / Warner, 2010)

Ahondando todavía más en la interesante línea que habían iniciado con su anterior trabajo, Para no ver el final era una espléndida continuación. Se trataba de un álbum en el que flirteaban sin ningún tipo de complejo con el soul y el rhythm and blues (ellos definían la mezcla como «rock and soul»). El grupo, reconvertido definitivamente a dúo formado por Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez, entregaba su disco de sabor más añejo y atemporal.


9. “Escucha mi voz” (Arenas movedizas, DRO / Warner, 2012)

Con Arenas movedizas sucedió algo curioso: inmediatamente después de publicarlo, el grupo grabó un disco en directo (el aplastante Dos noches en el Price) y, para sorpresa de todos, no incluyó ni una sola canción de este álbum en el repertorio. No sabemos cuáles fueron las razones de la ausencia, pero, desde luego, no parece que estas tuviesen nada que ver con la calidad del elepé, que se encuentra entre lo más excelso de toda su trayectoria. Aquí no obviaremos semejante exhibición de sabiduría y visceralidad y rescatamos el vídeo del que fue su primer y épico adelanto: “Escucha mi voz”.

10. “California” (Delta, DRO / Warner, 2016)

Hasta la fecha, el último disco de estudio de M Clan es Delta. Lo grabaron en Nashville (Tennessee) de la mano del productor Brad Jones (que había estado a lo mandos de Daiquiri blues y Delantera mítica, de Quique González). En este trabajo, Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez daban rienda suelta a su pasión por el folk y el country estadounidense, mostrando así su veta más tranquila, madura y reposada, algo que quedaba patente, por ejemplo, en la soleada “California”.

Bonus track: “Las calles están ardiendo” (Dos noches en el Price, DRO /Warner, 2014)

Como se ha visto, M Clan ha evolucionado mucho a lo largo de sus discos de estudio, acercándose a diferentes estilos. Sin embargo, hay algo que nunca ha cambiado: su ferocidad encima del escenario. En 2014 grabaron unos de los mejores discos en directo de cuantos se han publicado en nuestro país, Dos noches en el Price, en el que contaron con invitados como Bunbury, Ariel Rot, Miguel Ríos o El Drogas, con quien despacharon una incendiaria versión de “Las calles están ardiendo”.

 

 

 

 

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