Diez canciones esenciales de los primeros Pixies

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En una franja de cinco años, Pixies dejaron una buena colección de clásicos. Fernando Ballesteros elige diez canciones de esa primera etapa de finales de los 80 y principios de los 90, antes de su regreso en 2004.

 

Selección y texto: FERNANDO BALLESTEROS.

 

En la segunda mitad de los 80, los Pixies irrumpieron en el panorama alternativo, y lo hicieron para dejar una huella imborrable y una senda por la que luego transitaron otros que cosecharon más éxito que los de Boston. Se disolvieron tras un lustro de grabaciones que no bajaron nunca del notable alto, cinco años gloriosos (del 87 al 91) en los que consiguieron cambiar a muchos su percepción de la música. Luego volvieron, primero solo en directo y desde hace tres años con nuevas grabaciones, pero hoy nos toca rescatar diez de aquellas canciones de los tiempos en los que nos conquistaron con un universo particular, inclasificable, original e irresistible. Cuatro elepés y un mini para la historia. Seleccionar diez de aquellas canciones es una complicada tarea. Vamos allá.

 

1. ‘Gigantic’ de “Surfer rosa” (4AD, 1988).
La calma inicial da paso a la explosión de fuerza que llega a su cima en el estribillo, todo conducido por la voz de Kim Deal. En aquellos tiempos, sus seguidores debatían y se preguntaban por la posibilidad de que la bajista adquiriese un mayor protagonismo en las labores vocales y compositivas. Lo que no imaginábamos es que en ese punto estaba naciendo una rivalidad con Black Francis que pasó a convertirse en una relación complicada y terminó precipitando el final de aquella primera etapa.

2. ‘Where is my mind’, de “Surfer rosa” (4AD, 1988).
Al amigo Francis le valía cualquier inspiración para dar a luz una letra original y una gran canción. A partir de su afición al submarinismo, tejió un tema de guitarra punzante, voz al límite y batería seca, sobria y que marca el ritmo de uno de sus mejores números. Un temazo que tendría una segunda vida en el momento en el que fue incluida en la banda sonora de “El club de la lucha”. Para entonces, los primeros Pixies ya eran historia.

3. ‘Debaser’, de “Doolittle” (4AD y Elektra Records, 1989).
¿Bajo de ánimo? Pruebe con ‘Debaser’. Desde el momento en el que Deal comienza a desplegar su brillante línea de bajo, se desata por el que desfilarán los espíritus de Dalí, Buñuel y un chien andaluz con el que Francis nos muestra su pasión por el surrealismo. El vocalista se desgañita y la bajista le pone el contrapunto suave en el estribillo, escribiendo uno de los más brillantes capítulos que su complicada relación ha dejado para la historia.

4. ‘Wave of mutilation’, de “Doolittle” (4AD y Elektra Records, 1989).
Elegir diez canciones de “Doolittle” ya hubiera sido una tarea complicada. Estamos ante uno de los discos claves de los últimos treinta años. Y es que su debut para Elektra está plagado de canciones inmortales. En ‘Wave of mutilation’ la batería abre el fuego, la melodía entra alegre, exultante, llena de energía y todo es luminoso y contrasta con la ola de mutilación del título.

5. ‘Here comes your man’, de “Doolittle” (4AD y Elektra Records, 1989).
Una melodía abiertamente pop y sencilla que aparentemente no encajaría con el libreto que nos habían enseñado los Pixies. O quizá sí, porque si una característica tenía aquel manual de estilo de los de Boston es que todo tenía cabida. Incluso algo tan ligero y simple pero a la vez tan irresistible como este tema, que, a la postre, fue su mayor éxito.

6. ‘Monkey gone to heaven’, de “Doolittle” (4AD y Elektra Records, 1989).
Otras de las canciones del grupo que más han sonado. Esta vez, Black Francis muestra su preocupación por el futuro del planeta salpicada de referencias cabalísticas y un desarrollo en el que le escuchamos casi recitar y que desemboca en un estribillo repetitivo y brillante. Un clásico.

7. ‘Velouria’, de “Bossanova” (4AD, 1990).
Es verdad que “Bossanova” supuso un bajón respecto a “Doolittle”. Era casi imposible repetir aquella bestialidad, pero hubo algo más: Black Francis asumió el control y el proyecto se alejó del esfuerzo coral de antaño. La máquina seguía funcionando como ejecutora casi perfecta –Joey Santiago, David Lovering, Kim y él mismo seguían perfectamente engrasados–, pero las ideas y las decisiones principales solo tenían un padre. Por supuesto, el nivel sigue siendo espléndido y encontramos en el disco piezas como ‘Velouria’, que avanza lenta pero segura y no deja de crecer propulsada por un riff sencillamente magistral.

8. ‘Ana’, de “Bossanova” (4AD, 1990).
El instro-surf de ‘Cecilia Ann’, la explosión ruidosa de ‘Rock music’, la pegadiza ‘Dig for fire’… en fin, no quisiera quitarle valor a un disco en el que brillaba con luz propia la dupla formada por ‘All over the world’ y ‘Ana’, dos títulos que casi no puedo ni imaginar por separado. Hoy, sin embargo, voy a hacerlo para destacar la segunda con su guitarra inquietante, envolvente, delicada, misteriosa y esa voz hipnótica, que también acaricia.

9. ‘Head on’, de “Trompe le monde” (4AD, 1991).
“Trompe le monde” es considerado con frecuencia un disco más cercano a un debut en solitario de Francis que a uno más de los Pixies. El control ya estaba definitivamente en sus manos en este elepé de extremos, en el que conviven delicadezas como ‘Palace of the brine’, ‘Letter to Memphis’ o ‘Bird dream of the olympus mons’ con la fiereza de la áspera ‘Planet of sound’. En ocasiones, ambas caras se encuentran en una sola canción, como ocurre en los tres minutos de ‘The sad punk’. Pero me quedo con ‘Head on’. ¿Una versión en la lista? Pues si amigos, no he podido evitarlo. Meses antes de la publicación del disco, los Pixies tocaron en Madrid y aún recuerdo la emoción cuando al día siguiente me contaron que habían tocado este tema de Jesus and Mary Chain, unos contemporáneos y una canción de su último disco. Aquello fue toda una sorpresa.

Posteriormente tuvimos ocasión de escucharla grabada y fue una gozada. Aquí no hay rastro de los toques electrónicos que los escoceses cultivaron en los tiempos de ‘Automatic’. Esta es una descarga orgánica, recortada en el tiempo, urgente y que terminaría convertida en un clásico de los Pixies. Un reclásico del que los hermanos Reid reconocieron que sonaba como tenía que haberlo hecho la versión original que ellos habían grabado dos años antes. Otro temazo, por cierto.

10. ‘Isla de Encanta’, de “Come on pilgrim” (4AD, 1987).
Efectivamente, en una lista que hasta ahora ha sido cronológica, el cierre lo protagoniza la canción más antigua, procedente de su primera grabación para 4AD. Y es que aquellos ocho temas que apenas duraban un cuarto de hora fueron los últimos en llegar a los oídos de muchos seguidores. Eran otros tiempos y cuando algunos pudimos dar con aquel vinilo y escuchar al fin “Come on pilgrim” el grupo ya se había separado. ¿Hay mejores canciones incluso en aquel mini? seguramente, pero aquí está representado el peculiar manejo del castellano de Francis, y es tan alegre, tan rápida, tan enérgica, que bien merece un hueco no ya en estas listas, sino en el setlist de los actuales Pixies. No hay más que echar la vista atrás y recordar la que se montó cuando tocaron esta canción en algunas de sus últimas actuaciones en nuestro país, para comprender que ‘Isla de Encanta’ significa mucho para sus fans.

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