El desembarco de la escena cultural anglosajona al otro lado del Atlántico, a mediados de los años sesenta, revolucionó la actualidad del momento en Estados Unidos y en su forma de comprender la música. Todo comenzó con los Beatles pero, a partir de entonces, se desencadenó un auténtico movimiento. Álex Oró que, en el número 31 de Cuadernos Efe Eme analiza al detalle la British Invasion, hoy nos acerca a ella a través de estas diez canciones.
Selección y texto: ÀLEX ORÓ.
Durante el bienio 1964-1966, los grupos y artistas británicos coparon las listas de ventas y éxitos de los Estados Unidos. Nunca se había visto un fenómeno igual desde el nacimiento del rock en la década de los cincuenta. Por primera vez en casi doscientos años de historia, los Estados Unidos sufrían una invasión, la invasión británica. Con The Beatles como punta de lanza, Gran Bretaña, la antigua metrópoli, volvía a colonizar Norteamérica, en esta ocasión culturalmente.
Todo empezó en otoño del 63. La cadena CBS emitió en sus informativos un reportaje sobre la beatlemanía. La pieza tuvo una repercusión enorme. Las emisoras de radio empezaron a recibir cartas de adolescentes pidiendo que radiaran música «como esa». La primera en hacerlo fue la WWDC, de Washington DC, que emitió “I wanna hold your hand”, de los cuatro de Liverpool, el 17 de diciembre. El disco ni siquiera estaba editado en Estados Unidos. Una semana después ya estaba disponible en las tiendas. Así comenzó la British Invasion. Y estas son algunas de las canciones más representativas de lo que fue ese momento glorioso e irrepetible del pop británico. En este caso no puede ser más cierto el refrán que dice «están todos los que son pero no son todos los que están».
1.- “I wanna hold my hand” (1963), de los Beatles.
Como decíamos, fue el primer gran éxito de The Beatles en los Estados Unidos. No obstante, la gran reválida para el grupo llegó con su primera actuación en el Ed Sullivan Show, el 9 de febrero del 64. Cien millones de espectadores vieron a George, Paul, John y Ringo cantar “I wanna hold your hand”. Como sostiene Nick Cohn, con la llegada de The Beatles empezó una época de «vacas gordas» para el pop británico, hasta tal punto que algunos grupos tuvieron más éxito en Estados Unidos que en su propio país.
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2.- “Around and around”/”Time is on my side” (1964), de los Rolling Stones.
El Ed Sullivan Show también fue una catapulta al éxito en Norteamérica para The Rolling Stones. No obstante, su primera aparición en el programa, en la que interpretaron canciones como “Around and around” y “Time is on my side”, provocó escenas entre el público que al americano medio le costó digerir. Para un país que había quedado traumatizado en su momento por los movimientos pélvicos de Elvis, los bailoteos de Mick Jagger y las melenas de Brian Jones eran algo, a priori, inasumible. Tras esa actuación, Ed Sullivan afirmó que los Stones no volvierían a actuar en su programa. Meses más tarde se desdijo. En esa primera aparición en la televisión americana, los Stones todavía eran un grupo que basaba su repertorio en las versiones de rhythm and blues.
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3.- “You really got me” (1964), de The Kinks.
The Kinks consiguieron dar un zarpazo a las listas de ventas americanas con “You really got me”. No obstante, al cuarteto de los hermanos Davies no les fueron muy bien las cosas en los Estados Unidos. Su primera gira por el país fue un fracaso y, para colmo, se les prohibió volver a actuar en Norteamérica durante tres años por un presunto mal comportamiento del grupo. Es uno de los pocos casos en los que un grupo británico volviera a su país con el rabo entre las piernas después de la experiencia americana.
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4.- “Bring it on home to me” (1965), de The Animals.
En la escuadra British Invasion había la flor y nata de las bandas de rhythm and blues. Grupos como The Animals, The Yardbirds, Manfred Mann, Them o los mismos Stones habían saqueado el legado de los músicos negros norteamericanos y lo habían llevado a su terreno. The Animals, con Eric Burdon al frente, consiguieron la aceptación masiva con su revisión de “The house of rising sun”, pero también se atrevieron a versionar a Sam Cooke. En este video hacen un playback de “Bring it on home to me”, rodeados de surfers en la playa. De Newcastle a California, pasando por Londres.
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5.- “Heart full of soul” (1965), de The Yardbirds.
The Yardbirds fueron el grupo de rhythm and blues británico por antonomasia. Por sus filas pasaron Eric Clapton, Jimmy Page y Jeff Beck. Con canciones como “Heart full of soul” hicieron un giro hacia el pop que provocó la huida de Clapton a los Bluesbreakers de John Mayall. Aun así, fue precisamente con este tipo de canciones con las que consiguieron dejar huella en Estados Unidos. “Heart full of soul”, por ejemplo, fue versionada por Chris Isaak, dos décadas después, en su primer elepé.
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6.- “No milk today” (1966), de Herman’s Hermits.
El mejor ejemplo de grupo con más éxito y reconocimiento en Estados Unidos que en Gran Bretaña fueron Herman’s Hermits, una banda pop orientada al público adolescente. La aniñada cara de su cantante Peter Noone convirtió a los Herman’s Hermits en un grupo aceptable para madres y padres que temían que sus hijas acabaran enamoradas del satánico y sicalíptico Mick Jagger. Rodaron varias películas y vendieron sesenta millones de discos. Durante los dos años de la primera ola de la Invasión Británica fueron los auténticos rivales de The Beatles. La folkie “No milk today” fue una de sus mejores canciones
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7.- “As tears go by” (1965), de Marianne Faithfull.
La British Invasion no solo fue cosa de grupos masculinos. Cantantes femeninas como Marianne Faithfull, Petula Clark, Dusty Springfield o Shirley Bassey también encontraron su hueco en el mercado norteamericano. La candidez de Faithfull enamoró a Estados Unidos con esta composición de Jagger y Richards.
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8.- “Wishin and hopin” (1964), de Dusty Springfield.
Dusty Springfield fue la segunda artista femenina británica en entrar en los charts estadounidenses. Lo hizo con la canción “Wishin and hopin”, de Burt Bacarach y Hal David, dúo de compositores que le proporcionarían más canciones. Los peinados de Springfield se convirtieron en un ejemplo de glamur para las mujeres norteamericanas. Son un ejemplo de la fascinación que sentía el país por todo lo procedente de la Gran Bretaña, ya fueran músicos, actores, peluqueros o coches. En el vídeo escogido para este artículo, Springfield canta “Wishin and hopin” con Marta Reeves, en el especial dedicado al sello Motown del programa televisivo británico Ready, steady, go!!
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9.- “She’s not there” (1964), de Zombies.
Más allá de los grupos “locomotora” como The Beatles o The Rolling Stones, el pop británico de los sesenta estaba repleto de formaciones singulares por sus composiciones o por sus armonías vocales. The Zombies es una debilidad del que suscribe. La banda de Rod Argent destacaba por la complejidad de los arreglos de canciones como “She’s not there”.
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10.- “I can’t let go” (1966), de Hollies.
The Hollies fueron otro de esos grupos que trufaban sus canciones pop de bonitas armonías vocales, gracias a la presencia de Graham Nash y Allan Clarke. Durante la primera mitad de los sesenta, rivalizaron con The Beatles en Gran Bretaña. No obstante, su impacto en los Estados Unidos fue menor, pese a canciones tan redondas como “I can’t let go”.
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BONUS TRACK: La respuesta americana: The Byrds y The Monkees.
El impacto del pop británico en los Estados Unidos fue tan brutal que, en un primer momento, el país se quedo casi huérfano de ídolos propios. No obstante, la reacción no se hizo esperar. The Byrds, influenciados por las guitarras folkies de doce cuerdas de The Searchers, dieron el primer aviso. La industria reaccionó a grupos como Herman’s Hermits o los primerizos Beatles creando a The Monkees. La primera ola de la British Invasion transformó el pop norteamericano y abrió la puerta para una segunda invasión a finales de la década, liderada por The Bee Gees, The Who, Elton John o Pink Floyd, entre otros.