EL MIÉRCOLES, CANCIÓN
«A modo de crooner y con su personalísima calidad melódica, el compositor albaceteño ha dado vida a una composición cargada de simbolismo y arreglos orquestales»
El próximo 17 de febrero verá la luz el nuevo álbum de estudio de Jacobo Serra, Doce. Un trabajo conceptual, intimista e introspectivo, que discurre por los recovecos de la existencia y la autorreflexión a través de una docena de composiciones. “Diciembre-Doce”, la canción elegida como nuestra banda sonora de esta semana, es una de ellas. La última.
Texto: SARA MORALES.
Foto: ARCHIVO DE WARNER.
En estos últimos días, acercándonos ya irremediablemente al final del año, está siendo la escena nacional la gran protagonista de la actualidad musical. Canciones manufacturadas dentro de nuestras fronteras andan poniendo banda sonora a los confines de 2022, de la mano de los catalano-mallorquines Peligro! y su “Arco y flecha”; de Najwa, que ha vuelto con el tema “Esquiando”; Tigres Leones que adelantan su próximo disco con “Creo que empiezo a ver la luz”; Rayden con su “Multiverso”; y Karmento, que ha presentado la canción con la que participará en Benidorm Fest 2023, “Quiero y duelo”. Sin embargo, es el nuevo single de Jacobo Serra, “Diciembre-Doce”, con el que continúa dando pistas de su próximo disco, el que hoy se convierte en nuestra canción de la semana.
A modo de crooner y con su personalísima calidad melódica, el compositor albaceteño ha dado vida a una composición cargada de simbolismo y arreglos orquestales, que habla sobre la superación y cómo el paso del tiempo nos ayuda a comprendernos (y querernos) a nosotros mismos. Una convivencia con nuestro fuero interno, atestada de luces y de sombras, que concluye en un amor propio sano, sin vanidades y necesario para seguir adelante. Una coda sonora, en tintes de comprensión y aceptación como fin último, que cierra el disco que Serra tiene entre manos, previsto para ver la luz el próximo 17 de febrero bajo el nombre de Doce.
Este nuevo álbum, Doce, atiende a doce meses, a doce canciones, a doce historias que fluyen interconectadas y suenan unidas en un todo musical y conceptual. Se trata de la obra más personal e introspectiva del músico hasta la fecha, y toma como inspiración el dramatismo y el contraste de las cuatro estaciones para reflexionar, y dar sentido, a las correrías interiores, a los escenarios de la vida y de la propia existencia.
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Anterior entrega: “Año 2K”, de Monteperdido.
