«Hemos madurado, y no somos los jóvenes inconformistas de antaño, pero todavía permanece la actitud, la ambición, aún hay un elemento de rebeldía en lo que hacemos. Es parte de nuestra forma de ser»
“One day I’m going to soar” supone el regreso de la banda liderada por Kevin Rowland tras veintisiete años de silencio. Un notable álbum de soul elegante que suena como si el tiempo se hubiera detenido a mediados de los ochenta.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
Fueron una de las bandas más estimulantes de los ochenta, gracias al liderazgo del carismático Kevin Rowland, pero desaparecieron tras “Don’t stand me down” (1985). Rowland probó en solitario, el teclista Mick Talbot fundó The Style Council con Paul Weller y del resto poco se supo. Hasta ahora, que vuelven con el nombre acortado y el estupendo “One day I’m going to soar”. No está toda la formación original, pero sí Big Jim Paterson (trombón y co-compositor), que responde a la entrevista.
Las primeras sesiones del disco son de 2005. ¿Qué ha pasado en estos años?
Yo no estaba involucrado entonces, me había retirado. Kevin empezó a escribir canciones antes de que nos volviéramos a reunir. Fue haciendo maquetas, probando cosas, buscando a la gente adecuada… Eso lleva tiempo, porque quería hacer un buen disco. Yo me incorporé al proyecto hacia 2009, cuando me llamó. Tenemos cuatro canciones en el álbum, pero ya escribimos juntos a finales de los ochenta y principios de los noventa.
Como es habitual, se trata de un disco confesional de Kevin. ¿Te sientes cómodo contestando las entrevistas, teniendo en cuenta que hay temas que son específicamente suyos?
Hago lo que puedo. Kevin es valiente y honesto en las letras, hace falta coraje para escribir canciones como las suyas, ya que te dejan al descubierto frente el oyente. Pero también está interpretando un papel. Desde luego, se trata de un disco muy personal, habla del amor, la pérdida, las tribulaciones de la vida…
Sentimientos universales, al fin y al cabo.
Absolutamente.
Hablando de sentimientos, ¿cómo fue reunirse de nuevo en el estudio de grabación?
Oh, fue increíble volver a estar allí con Kevin, Mick Talbot y otros músicos a los que conozco hace mucho tiempo. Fue muy hermoso. Es un grupo de gente fantástica, y todo el mundo estaba encantado de participar. Probablemente sea la mejor experiencia que he tenido en una grabación. Somos más mayores y más sabios, y no hay ningún tipo de tontería.
Ni presión, porque lo cierto es que nadie estaba reclamando vuestro regreso.
Sí, exactamente, no hubo ningún tipo de presión. Queríamos disfrutar del proceso de crear el disco, abrir las orejas y el corazón y dejar que las canciones fluyeran por sí mismas. Es un buen disco, con material muy emocional por parte de Kevin en las letras. Creo que ha cantado estupendamente, y la banda ha estado fabulosa.
¿Cómo decidisteis añadir a Madeleine Hayland, la nueva cantante femenina?
Fue antes de que yo volviera. Kevin estuvo haciendo un montón de audiciones para buscar a la chica perfecta, sin encontrar a nadie que le convenciera, hasta que un día, un amigo suyo, le dijo: “Tengo una amiga que también canta, igual te interesa”. Estaba trabajando en el este de Londres y le llevó allí. Hicieron una prueba y resultó perfecta para lo que Kevin quería. En realidad es como si hiciera un personaje, como Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó”.
De hecho, Kevin utiliza con frecuencia el diálogo en las canciones.
Exacto. En discos anteriores lo hizo con Billy Adams, el guitarrista. Esta vez suenan más sólidos, y resulta más natural. Es más interesante que tocar una canción pop de tres minutos.
«A veces, una buena canción tarda años en concretarse. Trabajamos duro, no somos prolíficos porque buscamos antes la calidad que la cantidad. Kevin es muy emocional, y es importante encontrar melodías que se complementen sus textos»
Vuestro primer elepé se titulaba “Searching for the young soul rebels”. Ahora que no sois jóvenes, ¿seguís siendo rebeldes?
Jajajajaja, es una buena pregunta. Creo que sí, que lo somos. Hemos madurado, y no somos los jóvenes inconformistas de antaño, pero todavía permanece la actitud, la ambición, aún hay un elemento de rebeldía en lo que hacemos. Es parte de nuestra forma de ser, algo con lo que hemos crecido. Hemos evolucionado como personas, pero aún queda esa llama rebelde que impide que nos dejemos manejar por las compañías de discos y cosas así.
Y vivimos tiempos en que es necesario mantener la rebeldía. Dexys siempre fue una banda de clase obrera. ¿Era el mejor momento para volver?
Sí, siempre lo fuimos, desde luego. Vivimos un momento desastroso política y económicamente, y creo que la buena música, hecha por gente honesta y trabajadora, puede ser inspiradora. Es una manera de tomarse un respiro frente a todos los problemas que tenemos. Así que era el momento perfecto para regresar.
Escuchando el disco parece que el tiempo se hubiera detenido. Por su sonido, podría ser de finales de los ochenta. ¿Era vuestro objetivo?
Es muy extraño, porque Kevin y yo estuvimos escribiendo canciones a finales de los ochenta para hacer un elepé, pero por alguna razón, nunca se publicó. Circunstancias personales, la idea de que no era el momento adecuado y la falta de motivación, en realidad, lo dejaron aparcado. Así que este paréntesis de veintisiete años ha sido accidental. Las cosas se han desarrollado así, no es como si las estrellas se hubieran alineado ni nada por el estilo. Creo que la verdadera razón es que preferíamos esperar a hacer un gran disco en vez de publicar en este tiempo otros cuatro o cinco que hubieran sido mediocres. Estamos orgullosos de él, aunque estos años deben haber sido largos para la gente.
¿Cómo ha sido el proceso de composición?
Kevin y yo ya habíamos escrito juntos, aunque hacía mucho que no nos reuníamos con ese objetivo. Normalmente preparamos una taza de té, Kevin agarra una guitarra acústica y toca algunos acordes, o usa los teclados, alguien encuentra una melodía para esos acordes y él escribe montones de letras. Hemos estado experimentando, y si algo no funcionaba, probábamos con otra cosa. No tenemos prisa, preferimos hacer las cosas bien. A veces, una buena canción tarda años en concretarse. Trabajamos duro, no somos prolíficos porque buscamos antes la calidad que la cantidad. Kevin es muy emocional, y es importante encontrar melodías que se complementen sus textos.
Me llama la atención el tema ‘Nowhere is home’, escrito con Glen Matlock (Sex Pistols). ¿Cómo nació?
Es curioso. Se encontraron en el supermercado por casualidad, hace unos cinco o seis años, y pasaron un par de días juntos buscando melodías y acordes, hasta que surgió la canción. Desde luego, es una combinación extraña: Kevin y el punk.
Solo hay trombón en un tema, “It’s O.K. John Joe”. ¿Resultó frustrante para ti?
Un poco sí, pero llevaba dieciseis años sin tocar, así que aunque no estoy en todo el disco, también ha sido una manera de motivarme. Fue duro escuchar el tema completo y ver que solo entraba al final, pero he disfrutado, es una de las mejores canciones en que he tocado. Me hizo llorar.
¿Crees que es un disco retro?
No lo sé. También es una buena pregunta. Algunas canciones se escribieron hace algún tiempo, pero se han desarrollado en el siglo XXI. Kevin está cambiando siempre las letras, hasta el último minuto antes de grabar, así que no estamos tratando de rememorar los ochenta ni de hacer otro “Come on Eileen”, sino que pretendemos progresar y desarrollarnos. No vivimos en el pasado, este disco es el ahora y el futuro del grupo. El calificativo retro es bueno para otra gente, pero no para nosotros.
¿Hay planes de gira?
Hemos tocado en algunos festivales y en septiembre haremos una gira de unos doce días por Inglaterra. Luego veremos qué pasa. Nos gustaría ir a España, cuando haga menos calor [risas]. Y hacer algunas fechas por Europa. Lo estamos pasando bien, y ha transcurrido tanto tiempo que notamos que el público tiene ganas de vernos.
También hay varias generaciones que no tienen ni idea de quienes sois.
Sí, y aunque hay otros grupos que están protagonizando regresos, esto no es lo mismo. Volvemos con nuevo material, aunque también tocamos ‘Come on Eileen’ o ‘This is what she’s like’, de ‘Don’t stand me down’…
Y supongo que ‘Geno’…
¡No, no la tocamos!
Pues la gente se va a enfadar…
Sí, siempre hay un grupo gritando “¡Geno, Geno!” [risas]. Creemos que no es algo relevante. Tenemos trombón, pero también violín, no una sección de metales, y estamos tratando de sonar actuales, no como en los ochenta. Kevin estuvo hace poco en la BBC y al salir, un tipo que debía tener 19 o 20 años le dijo que había ido un par de meses atrás al concierto de Shepherd’s Bush y le había encantado. Es bonito que pasen estas cosas y que haya gente que nos esté conociendo ahora.
¿Habrá más discos de Dexys?
Eso espero. No te puedo dar información que no tengo, pero vamos paso a paso. Estamos escribiendo canciones y nos apetece mantener la banda unida por un tiempo. Es un buen grupo, basado en la camaradería y la amistad, y estamos disfrutando un montón, así que sería una lástima parar. Sería bonito prolongar el momento.