«Queríamos algo que se pareciera más al lado oscuro del pop urbano»
El alumbramiento del magnético Flying wig lleva a nuestro compañero Carlos H. Vázquez a charlar con su autor, Devendra Banhart, semanas antes de que lo presente en directo en nuestro país, cosa que hará en Madrid (10 de noviembre, Palacio Municipal de IFEMA), Valencia (11 de noviembre, La Rambleta) y Barcelona (12 de noviembre, Paral.lel 62).
Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: DANA TRIPPE.
Durante la grabación del undécimo álbum de Devendra Banhart, Flying wig (Mexican Summer, 2023), se encontraron —en la quietud de Topanga, en California— los silencios de Brian Eno, Neil Young y Grateful Dead con los de Devendra Banhart. Después de la formación de Ma (Nonesuch Records, 2019) entre Tokio y Kioto, el artista tejano —de raíces venezolanas— publicó el álbum instrumental —con Noah Georgeson— Refuge (Dead Oceans, 2021) y se refugió en Nepal antes de Flying wig. Montañas, islas, vestidos y pelucas voladoras dieron lugar a este trabajo influido por el pop urbano y producido por Cate Le Bon. Devendra Banhart cita a los pensadores, anhela ser un alga, un —como dice— «pelo marino independiente». Ora en silencio, la materia oscura de la música.
Parte de Flying wig nació durante 2020 en Nepal. Ma se gestó entre Tokio y Kioto. ¿Lo oriental ha tenido una mayor influencia en ti y, por tanto, en este nuevo trabajo?
En Ma influyó mi tiempo pasado en Japón, más aún por el campo, islas, templos, largas carreteras hacia las montañas… Pero Flying wig está mucho más influenciado por el pop urbano. Queríamos algo que se pareciera más al lado oscuro del pop urbano.
Refuge, de 2021, fue instrumental. ¿Seguirás en esta línea en el futuro?
Swami Vivekananda tiene una cita muy hermosa, muy poderosa, que dice: «El silencio es la forma más ruidosa de orar». ¡El silencio es la materia oscura de la música!
¿Qué has aprendido de Refuge que hayas podido aplicar a Flying wig?
Que no tienes que llenar el espacio. Déjala respirar, ni siquiera le pidas que baile, simplemente déjala que haga lo suyo al otro lado de la habitación…
Tu nuevo disco hereda la atmósfera onírica de Nepal. ¿Qué le ha aportado Topanga?
Nos sirvió de telón de fondo para nuestro tenebroso mundo crepuscular. Era todo lo contrario a la música que estábamos haciendo, lo que irónicamente ayudó a dar al álbum una identidad más fuerte.
«I’m looking for a feeling / hard to explain», dice la canción “Feeling”. ¿Querías que los oyentes sintieran lo mismo que tú?
Luchar es muy diferente de dudar. Y en cualquier caso, mi vida está impregnada de ambas cosas…
¿Ha encontrado una explicación para lo que no podías expresar?
Con “Feeling” la cuestión era que cualquier palabra siempre se quedará corta; es una experiencia.
Al no poder explicar tus sentimientos, ¿te salen más canciones tristes? Pienso en “Sirens”, muy melancólica.
Bueno… No puedo rebatir eso y decir: «¡No, yo sí sé expresar mis sentimientos!», porque eso no sería del todo cierto. Pero no escribo lo que escribo porque no sepa expresar mis sentimientos. Las canciones tristes salen, simplemente, porque eso forma parte del espectáculo de estar vivo… Pero a mí me parece más bien una cucharada emocional de tutifruti.
El primer single del álbum, “Twin”, habla de sentirse atrapado en el mismo espacio sin salida. También dices que “Sirens” trata sobre bailar solo y llorar entre la multitud. ¿Son canciones hermanadas?
Todo el álbum está «hermanado». ¡Vaya, me gusta mucho ese término! ¡Gracias! Creo que todo está ligado a un poema concreto de Kobayashi Issa e incluso a la colaboración con Cate Le Bon, así que sí, todo el álbum está bastante… ¡hermanado!
Y en la canción “Nun” dices «huir» no pocas veces…
[Risas] Lo he hecho… quizás demasiadas veces. Correr siempre tiene que ver con escapar, es una cuestión de intención. Claro, puedes huir de algo y podríamos llamarlo escapar, pero también podemos correr hacia algo.
«Las canciones tristes salen, simplemente, porque eso forma parte del espectáculo de estar vivo»
Flying wig hace referencia a la peluca que Isabelle Albuquerque. Pienso en la trenza del vídeo de “Kantori Ongaku”, del disco Ma. ¿Qué fijación tienes con el pelo?
Pienso en el pelo como en las algas. Anhelo ser algas. Supongo que también anhelo ser pelo, pelo acuático independiente y sensible. Suena bien.
También te pones un vestido azul de Issey Miyake. Cuentas que esto te permitió conectar con tu lado femenino y sentirte seguro en él. ¿Entonces te sientes inseguro en tu lado masculino?
En absoluto, pero me parece una pregunta muy interesante. Digamos que me siento mucho más poderoso desde ese «lado».
¿Está “The party” escrita para una chica o para un chico?
Decirlo de repente haría que esta canción fuera mucho menos inclusiva. ¿Por qué hacerlo?
¿Las canciones tienen género?
No.
Cate Le Bon produce contigo este álbum. Ya os conocíais, pero ¿por qué ahora?
Ella era la única persona con la que podía imaginarme haciendo este álbum. Se lo pedí… ¡No! Se lo rogué. ¡Y para mi sorpresa aceptó! Si vas a grabar un disco con alguien, te recomiendo que trabajes con alguien que sea mejor que tú literalmente en todo. Te mantendrá en vilo intentando impresionarle.
¿Trabajar con mujeres saca tu lado femenino?
La verdad es que no.
¿El mundo debería dejar de estar gobernado por hombres?
¡Eso me parece bien!
¿Estamos perdiendo sensibilidad?
Sí. Yo ciertamente sí.