Delicias a 45 RPM: Los Elegantes

Autor:

Los Elegantes
«Calle del ritmo» / «Cristina» / «Fuera de sitio»
RARA AVIS, 1983

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

Desde 1980 y hasta 1984, cuando publicaron su primer LP, Los Elegantes se fueron fogueando con singles editados en diferentes sellos. Y es que el single fue, sin duda, el formato de la Nueva Ola y un soporte que le venía al pelo a este grupo madrileño, avanzadilla del movimiento mod en la capital, por aquello de que el cuarteto se manejaba como pocos disparando breves himnos que encajaban perfectamente en los pequeños vinilos.

Sin embargo, la pieza que destacamos esta semana era un 45 revoluciones pero en formato maxisingle, el que traía el himno por antonomasia de Los Elegantes: «Calle del ritmo» (luego, cuando se grabó de nuevo para el primer disco largo del grupo, se retituló como «En la calle del ritmo»). Un formidable disparo de power pop con una letra que a poco que uno se fije no dice absolutamente nada, pero que parece contener en sus escuetos versos todo el mundo pop: «Un día, un verano, un año, sigo viviendo así. No preguntes qué es lo que hago aquí. Corre, sube hasta mi calle y pronto lo verás. La Luna llena y una melodía para saltar. Tengo el tiempo del mundo para poder soñar, vivo en la calle del ritmo…». Vamos, una lúdica y juvenil invitación a dejarse llevar, a disfrutar de la música sin más. Una declaración de intenciones que sonaba como un cañón con esa melodía que engancha desde el primer momento, de aquellas con las que tienes moverte por necesidad y que te ponen eufórico por más que un momento antes te haya amargado el día escuchar sin querer una tonada de, pongamos por caso, Miguel Bosé (que entonces ya estaba ahí, y hoy sigue aquí). Además, «Calle del ritmo» incluye un amplio despliegue de riffs luminosos, una batería envolvente, coros… Es, no lo duden, una perfecta y enorme muestra del mejor power pop que se ha facturado por estos pagos.

Dos canciones acompañaban, ya en la cara B del maxi, a «La calle del ritmo»: «Cristina» y «Estoy fuera de sitio», otras dos piezas en las que Los Elegantes –Juanma del Olmo y Emilio López, los principales compositores y vocalistas del grupo– fijaban más imágenes generacionales. En «Cristina» se invita a la protagonista a romper y a aprovechar su única oportunidad, la del aquí y ahora: los madrileños, que ya eran una formación lo suficientemente rodada en sus entregados directos, suenan a grupo de rock con arrojo, compacto, atizándole con gusto al rock de sabor clásico. Lo mismo se puede decir de «Estoy fuera de sitio» –con saxo incluido, aprovechando el sonido soul tan propio de la escuela mod–, cuyo título explica perfectamente el contenido de la letra: la adolescencia y el sentirse desubicado.

Sin duda, Los Elegantes merecen un buen puesto en la historia del pop español, aunque ésta haya pasado por encima de canciones tan imprescindibles como «Calle del ritmo». Pero es que en la historia del pop sucede como en la historia en general: los grandes acontecimientos son los que se recuerdan y, desgraciadamente, Los Elegantes, pese a que grabaron bastantes discos y a tener un cancionero repleto de canciones formidables, nunca lograron el jodido éxito que, al fin y al cabo, es el que mide para los restos quién fuiste. Pero siempre queda la otra historia, esa más pequeña en la que cuenta la calidad y la emoción, y ésa no se olvida de Los Elegantes, ni mucho menos.

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