Delicias a 45 RPM: Miguel Ríos

Autor:

Delicias a 45 RPM: Miguel Ríos

Miguel Ríos
«Cantares» / «El respeto»
Hispavox, 1972


Texto: JUAN PUCHADES.


Qué tiempos aquellos en los que se editaban singles no incluidos en LPs (en realidad, ¡qué tiempos aquellos en los que se editaban singles, sin más!): un músico tenía un par de buenas canciones, se metía en el estudio y de allí salía con un 45 revoluciones bajo el brazo. Ese es el caso de este single de Miguel Ríos en el que ninguno de los dos temas que lo integran formaron parte de ningún álbum oficial –sí, más tarde, de recopilatorios–.

En la cara A venía una tremenda versión del «Cantares» machadiano según lo musicó Serrat, pero puesto en pie a ritmo de rock progresivo por un Ríos que en aquel 1972 atravesaba su momento hippie más intenso y en el que daría forma a los Conciertos de rock y amor. Con producción del italiano Rafael Trabucchelli y arreglos del rockero portugués Johnny Galvao, este «Cantares» es hijo de sus padres: por un lado está la típica sección de vientos del productor, por otro los guitarrazos del arreglista, mientras que Ríos pone su poderosa voz, con dejes claramente andaluces, y su gusto por un rock progresivo como nadie había firmado todavía por estos pagos. Estos tres minutos tienen de todo: pasajes bien diferenciados (del pop al rock trepidante), recitado enloquecido, órgano para alucinar, pandereta y bajo para asombrar al más «fumado»… Es una versión, simplemente, increíble, que una vez escuchada tiene el efecto de que uno nunca pueda volver a sintonizar igual con la de Serrat.

Y si le damos la vuelta al single, el festín continúa con «El respeto», letra de Miguel Ríos con música del batería inglés Bob Thackway. Un trip psicodélico y progresivo, con guitarra acústica marcando el ritmo en la primera parte, flauta juguetona, sección de cuerdas y pasadas variadas en otros tres minutos y medio en los que Miguel hace diabluras con la voz mientras se pone libertario y humanista: «El respeto será la bandera, principio de libertad. Piensa, vive, siente como debas, yo te sabré respetar» canta en tiempos en los que, imaginamos, la Censura debía de tener ya gastadas sus antaño afiladas garras o no habría tragado con semejantes consignas.

Con este single, Miguel Ríos estaba comenzando a andar el camino que le llevaría a inventarse el rock urbano que explotaría dos años después en Memorias de un ser humano y que otros cinco más tarde tomó nombre en los sonidos de otros. Pero nadie se lo ha reconocido nunca jamás. Otra deuda más con quien fue un innovador permanente durante la década de los 70.

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