El “efecto halo” provoca que se le atribuya a una persona cualidades generales a “partir de su brillantez en una actividad específica”. Esto ha hecho que durante cuarenta años la prensa musical haya magnificado las opiniones de las estrellas del rock, elevándolas a la categoría de líderes de opinión. En contraste con lo que ocurre en la última década –según expone Diego A. Manrique en “El País”, en su artículo ‘Del halo al anonimato’–, donde los músicos son “escépticos, evasivos amantes de la ironía, demasiado conscientes de la historia como para atreverse a intentar hacer historia”, aunque los periodistas parece como si siguieran “en el universo de grandes iconos, herederos del concepto hippy de podemos-cambiar-el-mundo”.
Para leer ‘Del halo al anonimato’, de Diego A. Manrique, pincha aquí.
